SÁBADO 10/03/2018
Teníamos el forfait pagado para el sábado por la mañana pero decidimos no subir a esquiar dado que había llovido durante horas y horas sin parar, probablemente la nieve estuviese peor que una papa… Pero no hay mal que por bien no venga así que decidimos aprovechar para visitar el Monasterio de San Juan de la Peña.
Dejamos el hotel, pagando la debida factura con los desayunos, spas y la cena de un día (147€, de los cuales 100 eran de desayunos así que echad cuentas a ver qué os compensa…), y nos dirigimos hacia San Juan de la Peña. Antes de abandonar la zona pasamos por Jaca para coger unos dulces de la fantástica CONFITERÍA ECHETO.
Por cierto, en Jaca y alrededores nos dejamos algunos locales por conocer que nos habían recomendado pero que dejo aquí por si volvemos o queréis probarlos y dejar un comentario:
–Canfranc: El Flores (comida casera), Anglase (comida moderna), Ara (bueno, bonito y barato)
–Jaca: La Cadiera (especializados en cordero), La Fragua (para chuletón), La Cocina Aragonesa, El Corbacho (brasa), Tres Ranas (al parecer se ha vuelto muy famoso porque cenó allí el Rey hace unos mesesq), La Fragua (para longaniza y bondades de la zona).
San Juan de la Peña se encuentra en los Pirineos y consta de un conjunto de edificios:
-Monasterio Viejo: siglos X-XIII
-Monasterio Nuevo: data del siglo XVII
-Iglesia de San Caprasio
-Iglesia de Santa María, ambas en Santa Cruz de la Serós y románicas, pero no nos dio tiempo a visitarlas.
Tras una preciosa ruta en coche por la montaña llegamos al Monasterio Viejo, donde adquirimos entradas para visitar ambos Monasterios, pagando 8,5€/persona. A las 12 resulta que había una visita guiada gratuita en el Viejo así que nos apuntamos, pues faltaban sólo unos minutos.
La guía se llamaba Andrea y la verdad es que nos hizo una visita estupenda, muy interesante. El Monasterio se adaptó a la piedra de la montaña, construyendo el edificio justo debajo. Hay una gran mezcla de estilos, albergando frescos, enterramientos, preciosos capiteles tallados, tumbas de nobles y reyes, etc.
Hay un Panteón Real neoclásico, muy posterior a la época medieval, en el que hay numerosos nobles enterrados y que Andrea abrió con llave para que lo viésemos. En una capilla vimos además una copia del Santo Grial, pues se supone que estuvo en el Monasterio durante un tiempo. Posteriormente se lo llevaron a la Catedral de Valencia, por lo que el que hoy en día se observa en San Juan de la Peña es una copia.
Tras una época de esplendor el monasterio entró en decadencia por culpa del deterioro, aislamiento, incendios, etc., por lo que acabó por construirse el Monasterio Nuevo, no muy lejos del anterior.
Una vez finalizada la visita, cogimos el coche y seguimos subiendo por la carretera de montaña, admirando el precioso paisaje. Nos encontramos con el Monasterio nuevo, que es enorme. Alberga el Centro de Interpretación del Monasterio de San Juan de la Peña, Centro de Interpretación del Reino de Aragón y un Hotel de cuatro estrellas. Aprovechamos para darnos una vuelta por sus estancias, que no son pocas. Está restaurado de una manera muy moderna, demasiado para mi gusto. Pinchando aquí vereis más fotos de este conjunto histórico.
De ahí tiramos hacia Olite, pues allí habíamos quedado con nuestros amigos Iván y Raquel, de BODEGAS CAUDALIA, sobre los que ya escribí un artículo cuando vinieron a Galicia a presentar sus vinos. En esa localidad buscamos previamente habitación para una noche a través de AIRBNB, encontrando finalmente una con dueños incluidos por 51€. Resulta que ese sábado se celebraba la Javierada, una peregrinación que se hace todos los años al Castillo de Javier, por lo que apenas había disponibilidad. Se trataba de una casa de tres pisos en la que sus dueños vivían solos y por tanto habían decidido alquilar una de las plantas a huéspedes (con baño y desayuno incluidos).
Al llegar nos recibió su dueño, Esteban, quien nos entregó las llaves y nos mostró su morada. Comimos algo en la cocina de lo que llevábamos, dormimos una siesta y sobre las 17 horas vino Iván a buscarnos en su coche.
Nos mostró varios de los viñedos que trabajan en San Martín de Unx, bebiendo el vino que sale de cada parcela directamente donde comienza el largo proceso, lo que me pareció una idea estupenda.
Vimos parcelas como la que trabajan en La Celada, con Syrah en suelo calizo, donde probamos la añada 2014 de Paal 01 (preciosa finca rodeada de almendros y olivos). Este vino lleva 27 meses en hormigón, habiendo sido embotellado en abril de 2017.
También probamos Xiipal Garnacha 2015 en otra estupenda finca, Las Bajadas, cerca de la bodega donde elaboran y con fantásticas vistas del pueblo. Aquí plantaron el llamado clon de San Martín de la variedad, fermentando en hormigón y una crianza posterior en fudres de roble francés.
Cuando nos dirigíamos a La Abejera, para ver las cepas de Tempranillo, como había llovido tanto, tuvimos la mala suerte de que se atascó la furgoneta en el barro. A pesar de meter piedras, palos y todo lo que encontramos, en plan rally París-Dakar, nos daba el barro por encima de los tobillos y el coche se hundía cada vez más.
Iván llamó a un amigo, llamado Juan Mari, para que viniese a sacarnos. Mientras esperábamos probamos Xiipal 2015, fermentado en hormigón para pasar luego a fudres durante dos años. La noche se cerró y finalmente apareció Juan Mari, conduciendo un 4×4 bastante antiguo, con ruedas de carretera, y una cadena.
Atamos los dos coches y Pelayo se puso al volante del todotereno; tras varias intentonas, ¡¡¡logró sacar la furgoneta del barrizal!!! Quiero por tanto agradecer la rápida ayuda de Juan Mari.
Tras la aventura, y una vez en Olite, Iván nos llevó a probar las bondades de la zona a un local llamado MERINDAD DE OLITE, en donde pudimos catar un montón de vinos blancos, rosados y tintos, además de riquísimos pinchos:
-Unsi Terrazas Blanco, elaborado con Garnacha Blanca
-Inurrieta Orchidea 2017 elaborado con Sauvignon Blanc
-Pago de Cirsus 2016, elaborado con Chardonnay
-Ochoa Rosado de lágrima 2017
-La huella de Aitana Rosado 2016
-Inurrieta Mediodía Rosado 2017
-Blaneo Syrah 2015
-Paal 01 Syrah
-Unsi Terrazas tinto 2015
-Ochoa Crianza 2014, elaborado a base de Tempranillo
-Palacio de Sada Rosado
De comer pedimos varios pinchos:
-Rabas
-Croquetas
-Un sinfín de tosas de las que lamentablemente no saqué foto.
Pagamos por todo 70€ (17 vinos y 19 pinchos), lo que me pareció una ganga. Pinchando aquí podreis ver más fotos del local.
Finalmente Iván nos dejó en nuestro alojamiento, tras una estupenda e inolvidable jornada, con aventura incluida. Disfrutamos muchísimo con él, pues aprendimos y nos divertimos a partes iguales. Por cierto, nos recomendó dos restaurantes que le gustan mucho y que antes o después tendremos que visitar: El Tubal, en Tafalla, y Restaurante 33, en Tudela, ambos sirven fantásticos productos de la huerta de Navarra.
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