El archipiélago de Sálvora pertenece, junto a los de Cíes, Ons y Cortegada, al Parque Nacional Marítimo Terrestre de las Islas Atlánticas de Galicia. Las visitas a Sálvora, que pertenece al municipio de Ribeira y consta de 190 hectáreas, no comenzaron hasta 2008, pues antes de esa fecha la isla era propiedad privada. La isla mayor tiene una altitud máxima de 70 metros y es la que se visita, debiendo de respetar escrupulosamente las normas de conservación con el fin de preservar su especial flora y fauna.
Podréis llegar al archipiélago en barco privado, para lo cual hay que sacar una serie de permisos que podéis obtener en la web del Parque Nacional o en líneas de barco de navieras, más o menos regulares, en verano. Al parecer los fondos marinos que las rodean son dignos de ser buceados pero de momento sólo es posible con una excursión privada.
El día marcado llegamos sobre las 10h a O Grove y dejamos el coche aparcado fuera del puerto, justo delante de las taquillas. Hay bastantes aparcamientos por esa zona pero hay que tener en cuenta que es una localidad muy visitada en verano.
En 1770 se instaló una Fábrica de salazón de pescado, conocida como O Almacén, y al parecer podría tratarse de la primera salazón que se estableció en Galicia. A principios del siglo XIX más personas se desplazan a la isla para dedicarse a la agricultura y ganadería, consolidando la aldea. Por aquella época los habitantes tenían que entregar una parte de lo producido a los dueños de la isla, por eso se potenció la pesca, pues en ese caso no estaban obligados a entregarla.
Los colonos abandonaron finalmente la isla en 1972. Al parecer dejaron todo como estaba, pues tenían pensado volver (en su momento se encontraron en las casas incluso cacerolas y diversos enseres), pero esto no ocurrió.
En 2007 el Banco Caixa Galicia compró la isla por 8 millones de euros para, al parecer, construir viviendas y un spa. El Ministerio de Medio Ambiente ejerció su derecho de tanteo y adquirió Sálvora, Noro y Vionta. Actualmente este Ministerio y la Xunta son los encargados del mantenimiento y restauración de la zona.
2.RUTA DEL FARO
Desde la aldea nos acercamos al faro pasando por el Alto de Gralleiros en el cual parece que se hacían enterramientos aéreos hace muchos años, al igual que en otras culturas, dado que todo el terreno se dedicaba al cultivo y ganadería, no existiendo cementerioen la isla (dejaban los restos del muerto en lo alto de la colina para que se los comiesen los pájaros). Con el paso de los años cambiaron las costumbres y entonces comenzaron a llevar a los muertos en barco hasta tierra firme, en donde eran enterrados.
Según cuentan las leyendas de la zona, que son muchas, la Santa Compaña se guarecía en esta colina, por ello los habitantes de la isla ni se acercaban a ella de noche. De camino al faro podréis apreciar los bolos de granito, de insospechadas formas, testigos de la gran erosión que sufre la isla. Tuvimos suerte porque llegando al faro nos cruzamos con la farera y su familia, que nos saludaron amablemente.
El barco cubría una larga ruta desde Bilbao hasta Cádiz, habiendo pasado el fin de año en La Coruña, y llevaba casi trescientas personas entre tripulantes y pasaje el fatídico día. Cuando quisieron entrar en la ría de Arousa, debido al temporal, el faro nuevo todavía no funcionaba (pues el antiguo había sido construido en 1852 y estaba siendo sustituido en ese momento), pasando por encima de las Rocas de Lapegar. Esto provocó tres vías de agua y que el barco empezase a hundirse por la proa hasta que se partió en dos.
El perro del farero comenzó a ladrar y así fue como se enteraron los habitantes de Sálvora, que acudieron a su rescate en dornas, a pesar del temporal. Desgraciadamente en ese momento, que coincidía con año nuevo, pocos isleños se encontraban en Sálvora, pues la mayoría se había marchado a pasar estas fechas con sus familiares en tierra.
Se recuerda principalmente a las Heroínas de Sálvora, cuatro mujeres que ayudaron a salvar más de 50 vidas y que posteriormente fueron condecoradas por su valentía: Cipriana Oujo, María Fernández, Josefa Parada y Cipriana Crujeiras.
El segundo oficial del barco, Luis Cebreiro, fue un hombre muy laureado por su arrojo y apreciado por sus labores de salvamento, al parecer descrito por él mismo como el más difícil de su vida. Según nos dijo Eladio, se trata del hombre más condecorado de la Marina Mercante Española. Sobre este naufragio pudimos ver una interesante exposición tiempo después, con vídeos de las heroínas, maquetas, objetos del barco, etc.
Durante la Segunda Guerra Mundial el faro fue utilizado por la Marina como observatorio del tráfico marítimo y actualmente pertenece a la Autoridad Portuaria de Vilagarcía de Arousa.
Volvimos a la zona del puerto y allí Eladio nos contó el origen de la famosa estatua con forma de Sirena que hay en las rocas: cuenta la leyenda que hace muchos años habitaba en la isla una sirena muy bella llamada Mariña. Un caballero llamado Froilaz se la encontró un día, quedando totalmente enamorado de ella; de ese amor nació un hijo al que llamaron Mariño. La familia Mariño sería por tanto la primera pobladora y propietaria de la isla de Sálvora. Por cierto, la estatua es cinco veces más grande que la de Copenague y está hecha en piedra. La mandó construir Joaquín Otero-Goyanes, Marqués de Revilla, último propietario de la isla, con el fin de que no se olvide la historia de los Mariño.
Acabamos la visita en el Pazo, donde se alojaba el Marqués de Revilla cuando visitaba la isla, y que anteriormente había sido fábrica de salazón. Este edificio está en proceso de reconversión a museo por lo que en él se expondrán diversos objetos y embarcaciones ligadas a la historia de la isla. Eladio aprovechó para hablarnos sobre las salazones, técnica de conservación de alimentos de origen fenicio.
A continuación nos dejaron un poco de tiempo libre (20 minutos más o menos) que yo aproveché para darme un baño en las frías aguas de la Playa del Almacén, que por cierto estaban llenas de peces. Sobre las 14:30 nos subimos al barco pero un niño había pisado en la playa una faneca brava y no paraba de llorar. Avisaron a la patrullera de la Guardia Civil, que andaba por la zona, y lo trasladó hasta O Grove, pues el barco de ellos era más rápido. El resto salimos de la isla más tarde de lo previsto pero comiendo mejillones al vapor, acompañados de vino blanco.
Al llegar a O Grove comimos en el Restaurante O CHIRINGUITO, restaurante de comida tradicional que sirve producto de la zona, y que nos gustó mucho. Aquí os dejo un enlace a las fotos y opinión que subí a Tripadvisor del local.
RECOMENDACIONES PARA LA VISITA A SÁLVORA
-llevar zapatos cómodos, pues los caminos están llenos de gravilla y piedras
-llevar algo de abrigo, pues siempre pega el viento en la isla y en el viaje en barco (si queréis ir en cubierta, dentro no)
-no hay agua potable así que se aconseja llevar alguna botella de agua; si el barco es grande es probable que vendan bebidas
-no hay papeleras así que si pensáis comer algo llevad bolsas para tirar los desperdicios
-no hay aseos en la isla, pero sí en el barco
-no salirse de los caminos marcados
-no molestar a la fauna, no arrancar plantas ni llevarse nada de la isla (piedras, conchas, etc.)
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