Isla de Sálvora

El archipiélago de Sálvora pertenece, junto a los de Cíes, Ons y Cortegada, al Parque Nacional Marítimo Terrestre de las Islas Atlánticas de Galicia. Las visitas a Sálvora, que pertenece al municipio de Ribeira y consta de 190 hectáreas, no comenzaron hasta 2008, pues antes de esa fecha la isla era propiedad privada. La isla mayor tiene una altitud máxima de 70 metros y es la que se visita, debiendo de respetar escrupulosamente las normas de conservación con el fin de preservar su especial flora y fauna.

Podréis llegar al archipiélago en barco privado, para lo cual hay que sacar una serie de permisos que podéis obtener en la web del Parque Nacional o en líneas de barco de navieras, más o menos regulares, en verano. Al parecer los fondos marinos que las rodean son dignos de ser buceados pero de momento sólo es posible con una excursión privada.

Nosotros escogimos, por horario, la naviera Cruceros do Ulla, que sale desde O Grove. Durante los meses de verano navegan a Sálvora los jueves y domingos (nosotros fuimos el domingo 21/08/2016). El barco salió a las 10:30 del puerto y volvimos sobre las 15:30 (nos retrasamos un poco por culpa de un pequeño incidente que os relataré más abajo, pues la hora prevista de llegada eran las 14:30-15:00). La entrada vale 20€ para adultos y 10€ para niños hasta 12 años inclusive. A la vuelta además nos sirvieron mejillones al vapor (riquísimos), vino blanco y refrescos hasta que reventamos. La verdad es que el ticket me parece muy barato para todo lo que nos ofrecieron. Por cierto, hay que reservar plaza obligatoriamente, pues sólo se permite la visita de 125 personas al día. Es llamativa la diferencia entre el número máximo de visitantes permitidos que hay con Ons y Cíes, pues en estos casos se permiten 2.500 personas al día.
Puerto de O Grove
 

El día marcado llegamos sobre las 10h a O Grove y dejamos el coche aparcado fuera del puerto, justo delante de las taquillas. Hay bastantes aparcamientos por esa zona pero hay que tener en cuenta que es una localidad muy visitada en verano.

El viaje en barco hasta Sálvora es bonito ya de por sí, pues se navega entre bateas, divisando la provincia de La Coruña a un lado de la ría y la provincia de Pontevedra al otro. Además, al poco de salir del puerto de O Grove, se nos acercaron unos delfines que al parecer viven en la ría de Arousa permanentemente. Nos acompañaron durante un buen rato, saltando a nuestro lado, enormes y preciosos. Estuve un rato en proa y vi también, ya cerca de la isla de Sálvora, un pequeño escualo.
Bateas
 
Tardamos en llegar unos 50 minutos al pequeño puerto de la playa principal de Sálvora, en donde se encuentra la estatua de la Sirena y el Pazo. Allí nos distribuyeron en grupos para guiarnos alternativamente por las dos rutas que hay en la isla (la de la ALDEA y la del FARO). Cada una de ellas cuenta con un poco más de un kilómetro y ambas son llanas. La de la aldea sólo se puede hacer con guía autorizado, sin embargo la del faro también se puede hacer por libre si se llega en barco privado. A nosotros nos tocó un guía muy agradable llamado Eladio que nos contó un montón de interesantes historias (de las que voy a relatar sólo una pequeña parte para que visitéis la isla por vuestra cuenta).
Playa del Almacén
 
Eladio nos contó que actualmente en la isla sólo podemos cruzarnos con dos residentes:
-el farero: hay tres (trabajan un mes y descansan dos)
-el guardia: vive en la torre que hay anexa al pazo
-en alguna ocasión podréis ver también a operarios de mantenimiento, pero no duermen allí.
Indicaciones de las dos rutas de la isla
 
1.RUTA DE LA ALDEA
De camino a la aldea nos encontramos con la fuente de Santa Catalina, cuya agua, según contó el guía, tiene fama de rejuvenecer así que algunos bebimos un poco (pues no está potabilizada), así que espero que nos quitemos al menos un par de añitos ;p!!.
Fuente de Santa Catalina
 
Por lo que nos relató el guía, la primera referencia histórica de la isla se trata de la donación por parte Alfonso II al Cabildo Catredalicio de Santiago de Compostela en el año 899. La Iglesia perdió interés en la misma y la entregó a mediados del siglo XVI, a modo de coto de caza, a Marcos Fandiño Mariño, cuya familia la administró hasta el siglo XVII en régimen feudal, pues ya había personas que se habían desplazado hasta la misma para trabajar las tierras. Tras varios casamientos entre familias nobles de la época acabó en manos de los Otero.
Cartel que señaliza el lavadero

En 1770 se instaló una Fábrica de salazón de pescado, conocida como O Almacén, y al parecer podría tratarse de la primera salazón que se estableció en Galicia. A principios del siglo XIX más personas se desplazan a la isla para dedicarse a la agricultura y ganadería, consolidando la aldea. Por aquella época los habitantes tenían que entregar una parte de lo producido a los dueños de la isla, por eso se potenció la pesca, pues en ese caso no estaban obligados a entregarla.

En 1862 se construyó el primer faro de Sálvora. En 1904 la isla fue expropiada por el Estado, montando un destacamento militar en la misma. Una vez retirado el ejército, a mediados del siglo XX, la familia Otero recuperó la misma, transformando la fábrica de salazón en Pazo y la taberna marinera de la isla en la Capilla de Santa Catalina, patrona de Sálvora.
Aldea
 
La aldea tenía alrededor de ocho casas que dan a una plaza, con una población de alrededor de 70 personas en el momento de máximo esplendor. Por aquel entonces se llevó a la isla incluso un tractor Barreiros que todavía puede observarse en uno de los cobertizos. También se instaló un generador eléctrico y tres farolas, de las que aún se puede ver el mástil. Las casas están en su mayoría derruidas, lo que da un aspecto misterioso al lugar.
Tractor Barreiros
 
La mejor casa de la aldea (se identifica porque está encalada) pertenecía al maestro, pues llegó a existir una escuela para los niños de la isla. Al parecer su mote cariñoso era “El Nervioso” dado que era muy tranquilo.
Casa del maestro
 
Los habitantes disponían además de una zona de salazón en la propia aldea, un alto desde el cual el cura iba a dar el sermón una vez al año con motivo de las fiestas de la patrona, un lavadero donde se reunían las mujeres, una fábrica de tejas que se elaboraban con material propio de la isla (veréis las construcciones medio derruidas al lado de la fuente de Santa Catalina), varios hórreos, etc.
Interior de una vivienda
Desde el alto del cura se divisan los islotes del archipiélago: Vionta, Noro, Herbosa, Rúa, Insuabela, Gaboteira, las Sagres, las Forcadiñas, etc., sobre los que existen muchos mitos y leyendas.
Islotes
 
Cerca de la aldea hay otra plaza empedrada que es donde los habitantes acostumbraban a mallar el cereal.
Hórreo en plaza empedrada
 

Los colonos abandonaron finalmente la isla en 1972. Al parecer dejaron todo como estaba, pues tenían pensado volver (en su momento se encontraron en las casas incluso cacerolas y diversos enseres), pero esto no ocurrió.

En 2007 el Banco Caixa Galicia compró la isla por 8 millones de euros para, al parecer, construir viviendas y un spa. El Ministerio de Medio Ambiente ejerció su derecho de tanteo y adquirió Sálvora, Noro y Vionta. Actualmente este Ministerio y la Xunta son los encargados del mantenimiento y restauración de la zona.

2.RUTA DEL FARO

Desde la aldea nos acercamos al faro pasando por el Alto de Gralleiros en el cual parece que se hacían enterramientos aéreos hace muchos años, al igual que en otras culturas, dado que todo el terreno se dedicaba al cultivo y ganadería, no existiendo cementerioen la isla (dejaban los restos del muerto en lo alto de la colina para que se los comiesen los pájaros). Con el paso de los años cambiaron las costumbres y entonces comenzaron a llevar a los muertos en barco hasta tierra firme, en donde eran enterrados.

Según cuentan las leyendas de la zona, que son muchas, la Santa Compaña se guarecía en esta colina, por ello los habitantes de la isla ni se acercaban a ella de noche. De camino al faro podréis apreciar los bolos de granito, de insospechadas formas, testigos de la gran erosión que sufre la isla. Tuvimos suerte porque llegando al faro nos cruzamos con la farera y su familia, que nos saludaron amablemente.

Bolos graníticos
Una vez que llegamos al faro, situado en Punta Besugueiros, Eladio nos contó la historia de la mayor catástrofe naviera ocurrida en Galicia, el naufragio del vapor correo Santa Isabel el 2 de enero de 1921, ocurrido en unas piedras que se divisan desde el faro, llamadas Rocas de Lapegar.
Faro
 

El barco cubría una larga ruta desde Bilbao hasta Cádiz, habiendo pasado el fin de año en La Coruña, y llevaba casi trescientas personas entre tripulantes y pasaje el fatídico día. Cuando quisieron entrar en la ría de Arousa, debido al temporal, el faro nuevo todavía no funcionaba (pues el antiguo había sido construido en 1852 y estaba siendo sustituido en ese momento), pasando por encima de las Rocas de Lapegar. Esto provocó tres vías de agua y que el barco empezase a hundirse por la proa hasta que se partió en dos.

El perro del farero comenzó a ladrar y así fue como se enteraron los habitantes de Sálvora, que acudieron a su rescate en dornas, a pesar del temporal. Desgraciadamente en ese momento, que coincidía con año nuevo, pocos isleños se encontraban en Sálvora, pues la mayoría se había marchado a pasar estas fechas con sus familiares en tierra.

Se recuerda principalmente a las Heroínas de Sálvora, cuatro mujeres que ayudaron a salvar más de 50 vidas y que posteriormente fueron condecoradas por su valentía: Cipriana Oujo, María Fernández, Josefa Parada y Cipriana Crujeiras.

Heroínas de Sálvora
 

El segundo oficial del barco, Luis Cebreiro, fue un hombre muy laureado por su arrojo y apreciado por sus labores de salvamento, al parecer descrito por él mismo como el más difícil de su vida. Según nos dijo Eladio, se trata del hombre más condecorado de la Marina Mercante Española. Sobre este naufragio pudimos ver una interesante exposición tiempo después, con vídeos de las heroínas, maquetas, objetos del barco, etc.

Durante la Segunda Guerra Mundial el faro fue utilizado por la Marina como observatorio del tráfico marítimo y actualmente pertenece a la Autoridad Portuaria de Vilagarcía de Arousa.

Sirena
 

Volvimos a la zona del puerto y allí Eladio nos contó el origen de la famosa estatua con forma de Sirena que hay en las rocas: cuenta la leyenda que hace muchos años habitaba en la isla una sirena muy bella llamada Mariña. Un caballero llamado Froilaz se la encontró un día, quedando totalmente enamorado de ella; de ese amor nació un hijo al que llamaron Mariño. La familia Mariño sería por tanto la primera pobladora y propietaria de la isla de Sálvora. Por cierto, la estatua es cinco veces más grande que la de Copenague y está hecha en piedra. La mandó construir Joaquín Otero-Goyanes, Marqués de Revilla, último propietario de la isla, con el fin de que no se olvide la historia de los Mariño.

Acabamos la visita en el Pazo, donde se alojaba el Marqués de Revilla cuando visitaba la isla, y que anteriormente había sido fábrica de salazón. Este edificio está en proceso de reconversión a museo por lo que en él se expondrán diversos objetos y embarcaciones ligadas a la historia de la isla. Eladio aprovechó para hablarnos sobre las salazones, técnica de conservación de alimentos de origen fenicio.

Escudo de los Otero en la puerta del Pazo
 
Al lado del pazo está la Capilla de Santa Catalina, que anteriormente fue taberna de marineros.
Capilla a la derecha y Pazo al fondo
 
La fauna que podréis ver en la isla es la siguiente: ciervos (muy difíciles de ver), caballos de raza gallega (se introdujeron en la isla para que no se extingan), jabalíes (llegan a veces nadando desde la orilla), reptiles (algunos endémicos), ranas, gaviotas (principalmente patiamarilla), cormoranes, garzas, garcetas, cuervos, rapaces, grillotopos, etc. En cuanto a la flora, hay muchas especies dunares y otras que se han adaptado a las extremas condiciones de la isla como por ejemplo una higuera y varios eucaliptos que crecen como arbustos.
Higuera y Eucaliptos adaptados a las condiciones de la isla
 
Eucaliptos de Salvora

 

A continuación nos dejaron un poco de tiempo libre (20 minutos más o menos) que yo aproveché para darme un baño en las frías aguas de la Playa del Almacén, que por cierto estaban llenas de peces. Sobre las 14:30 nos subimos al barco pero un niño había pisado en la playa una faneca brava y no paraba de llorar. Avisaron a la patrullera de la Guardia Civil, que andaba por la zona, y lo trasladó hasta O Grove, pues el barco de ellos era más rápido. El resto salimos de la isla más tarde de lo previsto pero comiendo mejillones al vapor, acompañados de vino blanco.Mejillones

Al llegar a O Grove comimos en el Restaurante O CHIRINGUITO, restaurante de comida tradicional que sirve producto de la zona, y que nos gustó mucho. Aquí os dejo un enlace a las fotos y opinión que subí a Tripadvisor del local.

Restaurante O Chiringuito. O Grove
Restaurante O Chiringuito. O Grove
Restaurante O Chiringuito. O Grove
Restaurante O Chiringuito. O Grove
Como ya relaté más arriba, casualmente tres días después de nuestra visita a Sálvora inauguraron en Portonovo una exposición sobre el sonado naufragio del Vapor Santa Isabel a la que acudimos para completar la información que nos dio Eladio y poder observar objetos de la época. Aquí os dejo unas cuantas fotos.
Santa Isabel
Esquema del naufragio
Medalla de las Heroínas

 

Maqueta del barco

RECOMENDACIONES PARA LA VISITA A SÁLVORA

-llevar zapatos cómodos, pues los caminos están llenos de gravilla y piedras

-llevar algo de abrigo, pues siempre pega el viento en la isla y en el viaje en barco (si queréis ir en cubierta, dentro no)

-no hay agua potable así que se aconseja llevar alguna botella de agua; si el barco es grande es probable que vendan bebidas

-no hay papeleras así que si pensáis comer algo llevad bolsas para tirar los desperdicios

-no hay aseos en la isla, pero sí en el barco

-no salirse de los caminos marcados

-no molestar a la fauna, no arrancar plantas ni llevarse nada de la isla (piedras, conchas, etc.)

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