Buscando un destino para el mes de Octubre que no conociésemos e hiciese buen tiempo, nos ayudó a decidir los vuelos directos que había desde Galicia. Al final nos decidimos por Ryanair directo desde Santiago a Ibiza, pues era el último mes que había este vuelo. Cuando lo vimos costaba 10 euros si ibas sin equipaje pero finalmente nos decantamos por una pequeña maleta de cabina para cada uno, tanto a la ida como a la vuelta, pagando 130’14€ por ambos. Los compré el 02/09/2022 para volar del 14 (14:10-15:55) al 21 (16:30-18:15) de Octubre de 2022.
Al día siguiente se lo comenté a Mamen y Tony, amigos nuestros que han ido en numerosas ocasiones a la isla, y compraron también billetes para ellos y su hijo, David, por lo que finalmente fuimos los cinco juntos. Pelayo se encargó por tanto de reservar unos días antes un vehículo de alquiler amplio, en el que cupiésemos los cinco (Toyota Corolla berlina automático con sitio para el elevador de David) a través de DoyouSpain por 240 euros, tratándose de la empresa Budget. Además cuando llegamos al aeropuerto contratamos en el mostrador un seguro a todo riesgo sin franquicia aparte; el seguro más la fianza por depósito de gasolina fueron 285 euros, de los cuales nos devolvieron 95€ al retornar el vehículo con el tanque lleno. La verdad es que los coches de alquiler en la isla no nos parecieron baratos, menos mal que repartimos los gastos entre cuatro.
Mi amigo Carlos, natural y residente en Ibiza, me recomendó buscar alojamiento por la zona de Figueretes, en la capital de la isla, y así hubiésemos hecho si hubiésemos ido solos, pues al parecer había un parking gratuito para dejar el coche y estaba cerca del centro. Sin embargo a Tony y Mamen les prestaba una buena amiga de esta última una casa en San Antonio así que finalmente buscamos habitación doble en esa zona, decantándonos por el Rita Hostal Boutique, por el que pagamos 425,5€ por toda la semana (reserva a través de Booking). De este modo era más fácil la logística a la hora de organizar excursiones, comidas, cenas, etc. Paso sin más dilación a relatar cómo organizamos la semana en Ibiza.
VIERNES 14/10/2022
El viernes 14 nos dirigimos a Santiago, donde Pelayo había reservado una plaza de parking en el propio garaje de AENA por 50’4€. Embarcamos con normalidad y llegamos en hora a destino. Allí aproveché para visitar a mi amigo Carlos, pues trabaja en el aeropuerto, así que se acercó un rato a vernos. También vino María, una antigua y buena amiga de Mamen que vive en Ibiza, que se encargó de traer un elevador para David y de llevarlos a los tres para la casa en la que se iban a alojar durante la semana.
Pelayo y yo cogimos el coche de alquiler y nos dirigimos a San Antonio, para hacer el check in en el Rita Hostal Boutique. Resultó ser una sencilla habitación, pero muy amplia y decorada con mucho gusto. En la recepción siempre nos ayudaron con cualquier cuestión y la limpieza era exquisita por lo que lo recomiendo si queréis alojaros en San Antonio. Sólo hay un pero: la habitación no tenía ventanas al exterior, sólo a patios interiores, por lo que no era muy luminosa. Además hay que tener en cuenta es que es casi imposible aparcar el coche en la calle en San Antonio, lo bueno es que el hotel, previa reserva, dispone de un acuerdo con un parking por sólo 6 euros al día.
Nos citamos con Tony y Mamen en el supermercado Mercadona para hacer cena varias noches (73€ para los cinco) y desayunar el resto de la semana (16€ para nosotros dos). Tras pagar en caja nos dirigimos a la casa de María y Dani, en la que se iban a alojar Tony y Mamen durante la semana, que estaba a las afueras de San Antonio. Resultó ser un precioso chalet de estilo ibicenco, con piscina, hamaca, barbacoa, etc. Preparamos la cena y la servimos en el porche: ensalada, embutidos, encurtidos, etc; eso sí, tuvimos que echarnos una buena cantidad de anti mosquitos porque sino nos acribillaban. Estuvimos charlando hasta casi las 23 horas y después Pelayo, Tony y yo nos fuimos a San Antonio, en busca de un local donde tomar una copa.
Después de dar bastantes vueltas hasta que conseguimos aparcar el coche de alquiler, echamos a andar por las calles pero no había mucho ambiente. Prácticamente el único que encontramos fue uno llamado Babel, que justo nos lo habían recomendado en la recepción del hotel. Pedimos dos caipirinhas y un mojito, pagando 27 euros (9 por cóctel). Resultaron estar muy malos, sobre todo las caipirinhas, que eran prácticamente imbebibles, pero tampoco supimos identificar porqué… Tras el poco éxito de las copas Tony nos dejó en el hotel y se llevó el coche hasta el chalet, pues era muy difícil aparcar por la noche en las calles de San Antonio.
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