Diario de Rumanía, día 6: Râșnov, Castillo de Bran y Busteni

MARTES 21 MAYO 2019

Nos levantamos a las 8 con la intención de desayunar en un local, llamado Old Jack, que nos había recomendado Eugen, el camarero que nos atendió la noche anterior en Le Sommelier. Al parecer él trabajaba allí de vez en cuando, así que seguimos su consejo.

Brașov

El local estaba en plena plaza mayor de Brașov, por lo que nos llevó escasos cinco minutos desde nuestro apartamento. Nos sentamos en la agradable terraza y pedimos tres desayunos ingleses, tres cafés, un refresco y un agua con gas. 

Plaza del Ayuntamiento

En la terraza había varias mesas ocupadas que habían llegado antes que nosotros y que todavía no habían sido servidas. Total, que estuvimos esperando cincuenta minutos de reloj hasta que nos trajeron los desayunos. Yo aproveché entonces para comprar en una librería que había en la Plaza Mayor un libro que me había encargado una amiga (El Principito en rumano, 12 Leu/2’5€) y algo de ropa interior en un outlet (25 Leu/5’3€).

Desayuno en Old Jack. Brasov

Por fin llegó el desayuno, que estaba bastante bueno, pagando 113 LEu/24€ por todo. Después volvimos al apartamento y sobre las 11 salimos en dirección a Râșnov con la intención de ver su Ciudadela. Esta localidad se encuentra en lo alto de los Cárpatos, a unos quince minutos en coche de Brașov.

Râșnov

Al llegar dejamos el coche en el parking y un tractor nos subió en un remolque adaptado para turistas hasta la Ciudadela (20 Leu/4’25 los cuatro viajes de ida y vuelta). No dejan acceder a vehículos particulares hasta la parte alta así que las opciones son: caminar por la cuesta o coger el tractor. 

Râșnov
Tractor

Râșnov

El viaje en tractor duró unos pocos minutos pero fue divertido. Una vez en la entrada de la Ciudadela pagamos las entradas en la taquilla (12 Leu/2’53€ por persona, 6/1’3€ Leu para estudiantes). Entramos entonces a la bonita fortaleza, que recuerda ligeramente a Juego de Tronos.

Ciudadela de Rasnov

La Ciudadela es una fortaleza medieval de los siglos XIV-XVII, erigida por los sajones para posteriormente pasar a manos húngaras. Tras numerosas incursiones turcas se entregó la fortaleza al burgo.

Rasnov
Interior de la Ciudadela

Durante el Siglo XVI se da el momento de máxima ocupación, llegando a construirse muchas viviendas, una capilla, una escuela, una fuente (de 140 metros de profundidad), etc.

Rasnov
Vistas desde la Ciudadela

Vistas desde la Ciudadela

Al parecer a partir del Siglo XVIII las fronteras de Transilvania están ocupadas por militares, controlando los asedios, por lo que la población empieza a abandonar la Ciudadela y desciende a las zonas bajas, donde se encuentra la actual Râșnov. Esto significa que la Ciudadela comienza a deteriorarse hasta la actualidad, de hecho es una pena que no esté totalmente restaurada.

Daniel con Gheorghe Samoila

Dimos un paseo por entre sus callejuelas y casas, hoy en día ocupadas algunas por tiendas de recuerdos; además hay buenas vistas del paisaje desde los puntos más altos de la construcción. Dentro de uno de los edificios hay un hombre llamado Gheorghe Samoila que expone numerosos objetos, entiendo que de su propiedad, para que los turistas los vean y firmen en su Libro de Visitas.

Castillo de Bran

Castillo de Bran

Tras la visita volvimos en tractor al parking y pusimos rumbo al famoso Castillo de Bran, el lugar más turístico de Rumanía (¡¡y vaya cómo se nota!!). Dado que se relaciona con Drácula, leí la novela de Bram Stoker unos meses antes de nuestro viaje a Rumanía (y que por cierto me encantó, os la recomiendo).

Castillo de Bran

Drácula, publicado en 1897, fue la obra más conocida de este escritor irlandés quien, al parecer, nunca estuvo en Rumanía. Sin embargo, a la hora de construir el personaje, se inspiró en el príncipe de Valaquia (actualmente al sur de Rumanía) Vlad Drăculea III, alias El Empalador, quien vivió en el siglo XV (Vlad Tepeș en rumano). Al parecer Vlad era famoso por empalar a sus prisioneros y enemigos, de ahí el nombre.

Vlad Tepes

Pero en el folclore rumano también aparecían los vampiros, los strigoi (almas de los muertos que salen por la noche de sus tumbas cuando hay luna llena, que se matan mediante estacas) y otros personajes mitológicos que probablemente ayudaron a la creación del personaje.

Castillo de Bran

En el libro no se concreta la localización exacta del castillo, sin embargo esta fortaleza se ha utilizado para películas basadas en la novela de Drácula; la cuestión es que Vlad tampoco vivió en el castillo (parece que sólo estuvo unos días encerrado el mismo). He leído en alguna web que la relación de este castillo con Drácula pudo proceder de la invención del famoso dictador rumano, Ceaușescu, con el fin de explotar el turismo en el país, pues realmente Vlad vivió en el castillo de Poienari, mucho peor conservado.

Castillo de Bran
Pasadizo

El castillo se levanta en una roca de 200 metros de alto y se trata en realidad de una vivienda medieval, construida a finales del siglo XIV por orden de Luis I de Hungría, en la frontera de su reino, con el fin de controlar las invasiones.

Castillo de Bran

Tras la Primera Guerra Mundial, Transilvania pasó a pertenecer a Rumanía y Brașov regaló el castillo a la Reina María, quien ordenó restaurar y dotar de modernidades a la construcción. Durante la época comunista se expropió pero, tras su fin, se devolvió a sus legítimos herederos, quienes lo administran hoy en día.

Castillo de Bran
Cuidado con Drácula

Pagamos 40 Leu/8’5 por la entrada de Pelayo y 25 Leu/5’3 por la mía, con el descuento de la tarjeta universitaria. La visita nos llevó alrededor de una hora, paseando por las numerosas estancias, escaleras, pasadizos, etc. Drácula ha dado una gran fama al castillo y al lugar, lleno de chiringos turísticos, pero he de confesar que la visita me gustó. Hay numerosos carteles informativos sobre historia, muebles, armaduras, cuadros y demás objetos que se exponen. Además hay dos salas que se pagan aparte pero que no visitamos:

-sala de tortura (10 Leu)

-visita del túnel y antigua cisterna mediante un moderno ascensor (20 Leu)

 

Castillo de Bran

Al salir de la fortaleza vimos los chiringos, donde se vende toda una serie de objetos tradicionales y, como no, recuerdos de todo tipo haciendo alusión a Drácula. Hay una zona que reproduce un antiguo poblado con dos partes, una de pago (restaurada) y otra de visita libre (con mucho encanto pero sin restaurar).

Poblado, zona de pago

Aprovechamos para tomar un zumo de granada de uno de los puestos, que lo pagamos a precio de oro (35 Leu/7’4€) y después buscamos un lugar para comer que nos había recomendado Vasile, nuestro amigo el dueño de la Taberna Triana, en Cambados. 

Poblado, zona de entrada libre
Poblado, zona de entrada libre
Antiguo telar

El local se llamaba La Cristi y estaba construido en madera, de estilo tradicional (se encuentra saliendo del castillo, a pocos metros, a la derecha). Pedimos tres sopas de cerdo ahumado con habas, servido en pan, al estilo tradicional, que resultaron deliciosas.

La Cristi
Ciorba de fasole cu afumatura in paine

Pagamos 82 Leu/17’5 por todo, refrescos incluidos. De camino al coche nos encontramos una tienda de kürtőskalács y no pudimos resistirnos a comprar dos de postre (30 Leu/6’5).

kürtőskalács

Nos dirigimos entonces a Busteni, en donde Daniel había reservado un alojamiento llamado Casa Bucegi, con dos habitaciones muy amplias y bonitas, dos baños (uno en cada cuarto) y terraza con barbacoa por 300 Leu/64€ la noche. Se puso a llover bastante por el camino y no paró hasta varias horas después.

Casa Bucegi

Cuando llegamos al alojamiento nos recibió la dueña, que vivía en el segundo piso del edificio. Le pedimos información para ir al día siguiente a la Esfinge y la Cruz de los Héroes Nacionales, en el Parque Natural de Bucegi, así que nos organizó una cita con un conductor (pues al parecer hay que subir en 4×4) en el bar de al lado, que también debe de ser de ella porque cuando entramos estaba detrás de la barra.

Casa Bucegi

El conductor resultó ser su hijo, quien nos comunicó que la zona estaba todavía nevada, a pesar de ser Mayo, así que no se permitía el paso sin ir bien equipados por lo que tuvimos que declinar la idea, muy a nuestro pesar…

Parque Natural de Bucegi con la Cruz de los Héroes Nacionales

Como había parado de llover, y para recuperarnos del disgusto, decidimos hacer una barbacoa para cenar. Nos acercamos entonces al Lidl, que estaba muy cerca del apartamento, donde compramos comida para cenar esa noche y desayunar el día siguiente (222 Leu/47€).

Entre Pelayo y Daniel prepararon la barbacoa, echándonos unas risas. Como apenas había menaje en el apartamento tuvimos que pedirle algunas cosas a la dueña.

El menú fue el siguiente:

-Verduras en salmuera

-Champiñones con queso

-Ensalada de tomate, pepino, cebolla y queso

-Solomillo de cerdo

-Tiramisú

Cenamos estupendamente los cuatro en la terraza hasta bien entrada la noche. Estos fueron los vinos que bebimos:

Purcari rosé 2018, rosado elaborado con Cabernet Sauvignon, Merlot y RaraNeagră,  IGP Ștefan Vodă, Moldavia.

Cervus Magnus Monte 2017, tinto elaborado con Fetească Neagră por la Bodega Ceptura, DOC Dealu Mare, en Prahova.

Eclipse 2015, vino tinto elaborado con Cabernet Sauvignon, Merlot y RaraNeagră por la Bodega Basilescu, DOC Dealu Mare, en Prahova.

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