Diario de Londres, día 4: Destilería Silent Pool y Arundel

VIERNES 04/08/23

Mario pidió libre en el trabajo así que organizamos varias actividades a lo largo del día para ir los cuatro juntos. Tras un contundente desayuno nos llevaron al huerto urbano que tienen alquilado, llamado Depot Road Allotments, donde recogimos calabacines, tomates, okras, etc. Aprovechamos para ver los demás huertos, destacando las preciosas dalias que había en una de las parcelas.

Una vez que dejamos la cosecha en casa nos dirigimos en coche a la destilería Silent Pool, en Albury (Surrey) que hacen una ginebra muy buena y teníamos ganas de visitar (20L/persona).

La visita duró alrededor de una hora y media, con una guía muy agradable. Según cuenta una leyenda de la zona, hace muchos años se estaba ahogando una dama en este pequeña lago y un caballero que había por la zona no la salvó, pues con la armadura se hubiera ido él también para el fondo. Por ello en la botella aparecen, entre los dibujos, una dama, un caballero y una corona, pues el padre de la dama encontró en el lugar el escudo real del príncipe. Al parecer también Agatha Christie desapareció un tiempo de la faz de la tierra, al enterarse que su primer marido le era infiel. A pesar de la búsqueda intensa por parte de la Policía y muchos voluntarios, no apareció hasta once días después. Nunca dio explicaciones sobre la desaparición, no se sabe si fue por una crisis nerviosa, para simular su asesinato a manos de su marido, para avergonzarlo, etc., pero según la guía se dice que estuvo en esta zona.​

Según nos contaron, sus dos fundadores, Ian McCulloch y James Shelbourne, tomando algo en un pub, allá por 2014, decidieron hacer una pequeña destilería, inspirándose en las de whisky escocés. Para que fuese sostenible necesitaban una fuente de agua dulce y utilizar productos locales. Querían un lugar histórico para ubicar la destilería así que, después de recorrer el sur de Inglaterra, encontraron el lugar ideal en Sherbourne Farm, antiguo establo de vacas, a orillas de Silent Pool, en Surrey Hills.

Tras hablar con el Duque de Northumberland, dueño de las tierras, obtuvieron el visto bueno para restaurar los edificios y comenzar con la destilación. Tras cientos de pruebas dieron con la receta perfecta y comenzaron a elaborar la que es hoy en día Ginebra Silent Pool base, que nos encanta. Más tarde fueron ideando otras recetas con nuevos ingredientes: rosa, bergamota, lima, etc., pero siempre de la misma manera artesanal.

La guía nos mostró todo el proceso que realizan con dos destiladoras (cuñadas Julieta y Ofelia en honor a Shakespeare), para luego macerar con los ingredientes, algunos de los cuales nos mostraron durante la visita.

Como el negocio les salió bien, crecieron y cada vez fueron ocupando más espacio en la granja, a la vez que van sacando más productos al mercado. Durante la visita catamos algunos de sus productos solos o con tónica: gin básica, cítrica, con kaffir lime, Green Man (en botella de cartón, como un pequeño bag in box, para reducir residuos), licor de ciruelas, etc.

Tras la interesante visita nos invitaron a la tienda para probar todos los productos que quisiésemos. Nosotros solicitamos gin de rosas (riquísimo), el whisky y el vodka. Les regalamos un par de botellas a Maca y Ari: Martini expreso con café (es una especie de licor café que llamaron así porque se sirve en un vaso de Martini) y un gin de rosa; además compramos una gorra para Pelayo (por 2 libras, lo más barato que vimos en UK) y dos preciosos medidores (10 libras).

Al acabar la visita fuimos a comer a un restaurante que no estaba lejos que nos había recomendado la guía: The Drummond at Albury. Nos decantamos por la estupenda terraza donde, como hacía algo de fresco, había mantas a libre disposición que yo utilicé. Pedimos los siguientes platos:

-dos raciones de Scotish eggs, riquísimos, para compartir de primero

-Pork belly para Maca, Mario y Pelayo

-Fish and chips para mí, que resultó ser una ración gigante.

Para beber tomamos agua y cerveza, pagando por todo 101,5 libras. Tras la comida nos dirigimos a un bonito pueblo que se llama Arundel, de origen medieval y con un espectacular castillo que pertenece al Duque de Norfolk (se puede visitar pero cuando llegamos estaban cerrando). Conseguimos aparcar el coche en la calle, sin pagar. Dimos un paseo por los alrededores del castillo y borde del lago.

Aprovechamos para tomar un café y dulces en un lugar muy original, llamado LG Cafe Nitro Bar, pues estaba todo el espacio absolutamente decorado con flores de plástico, muy rosa. No sé lo que costó, creo recordar que invitó Mario.

Vimos el río, que conoce bien Mario por su trabajo, varios puentes, tiendas, un típico cementerio rodeando la iglesia, etc. Se dio la casualidad que un hombre entraba en dicha iglesia justo cuando nosotros estábamos a punto de salir de la finca. El hombre nos invitó amablemente a entrar en la iglesia, aprovechando que tenían ensayo con el coro, a lo que accedimos. Pudimos así admirar su claustro, el órgano, etc. Agradecimos amablemente al señor, que estuvo hablando algo con nosotros en español, pues según nos contó, había vivido unos años en Puerto Rico

Volvimos a Horsham y como no daban lluvia para ese día, pero sí para el siguiente, decidimos comprar algo de carne para hacer en la parrilla y cenar en casa. Mario preparó en la barbacoa, en el jardín de la casa, unas estupendas hamburguesas acompañadas de los productos que recogen en la huerta. Para beber tomamos un vino espumoso rosado inglés llamado Coolhurst Lady Elisabbeth 2017, elaborado en Sussex con Pinot Noir, que había comprado Mario en una tienda de vinos que tienen unos amigos en Horsham (37 libras). Fue una estupenda cena tras la cual salimos Mario y yo a cazar babosas al jardín, pues les destrozan todas las plantas.