Diario de Levante, día 6: Cartagena y Lorca

MARTES 29 JUNIO 2021

Nos levantamos a las 9 y bajamos al comedor del Parador de Lorca a desayunar: fruta, dulces, embutidos, zumos, y un largo etc para repetir y repetir. El edificio nos pareció aún más bonito de día, rodeado de restos arqueológicos (todavía en investigación) y dentro del recinto del Castillo de Lorca; de hecho desde el comedor se puede ver una parte de los restos excavados a través de una cristalera. Hay una sinagoga del siglo XV, un aljibe, restos de la muralla, varias torres y más construcciones pero no pudimos visitarlas al estar cerradas por el COVID. Desde la terraza del Parador hay estupendas vistas del Valle del río Guadalentín.

Parador de Lorca con el Castillo al fondo

Tras el desayuno nos dirigimos a Cartagena, dejando al llegar el coche en un parking gratuito que se encuentra en el número 2 de la Calle Ribera de San Javier. Caminamos hasta el centro de la ciudad donde nos topamos con el Teatro Romano pero no fuimos capaces de encontrar la entrada y es que está a bastantes metros, al lado del Ayuntamiento: al parecer se entra por un túnel subterráneo (había tanta cola que al final desistimos de visitarlo). El teatro fue construido entre los años 5 y 1 a.C. cuando la ciudad era Carthago Nova, con capacidad para unos siete mil espectadores.

Vistas de Cartagena

Alrededor del yacimiento hay varias fotos y explicaciones muy interesantes que relatan cómo se iniciaron las excavaciones en 1988 y no remataron hasta 2003, encontrando una compleja superposición de estructuras y épocas. Al parecer estuvo en uso hasta el siglo III y fueron construyéndose edificaciones, entre ellas la Catedral, que acabaron dejando sepultado al teatro. No podían imaginar la grandiosidad romana que iban a descubrir.

Teatro Romano de Cartagena

Vimos el Ayuntamiento y alrededores, que es una zona realmente preciosa, justo enfrente del puerto. Allí hay una enorme estatua de un hombre, en honor a las víctimas del terrorismo, o la cola de ballena, que hace alusión a Cabo Tiñoso y Cabo de Palos, zona de paso de las migraciones de estos grandes animales. Entramos en la estancia del Museo Naval donde se encuentra el famoso submarino del Teniente de Navío de la Armada Española Isaac Peral (entrada: la voluntad, recomendando 3€/persona), que es un edificio anexo. Además del submarino diseñado por Peral hay una exposición muy interesante sobre la vida del ingeniero, construcción del submarino, vida en el interior, otros submarinos famosos, colección de maquetas de barcos y submarinos, etc.

Cartagena

Se trata del primer navío de propulsión eléctrica, uno de los hisos en la historia de la navegación mundial. Isaac, nacido en Cartagena en 1851, recibió una educación militar y científica que se dedicó a investigar diversos campos, entre ellos la electricidad y la ingeniería. Inicialmente el proyecto de Isaac, un submarino torpedero, fue apoyado por el Ministro de Marina y la Reina Regenta María Cristina, consiguiendo la botadura del mismo en 1888.

Submarino de Isaac Peral en el Museo Naval de Cartagena

A pesar de que las pruebas fueron un éxito, el nuevo Ministro de Marina detuvo el proyecto, Isaac abandonó la Armada y el submarino quedó abandonado durante años. En 1929 se recupera y se expone en el paseo marítimo de Cartagena. Con el paso de los años se fue deteriorando por la acción de a sal, humedad, contaminación, etc., por lo que se restauró y se trasladó al Museo para exhibirlo a cubierto. Al lado se encuentra el primer torpedo lanzado en inmersión de la historia, que tuvo lugar en Cádiz en 1890 por Isaac. Según el almirante norteamericano George Dewey, la guerra de 1898, tras la cual se perdieron las últimas colonias españolas, hubiese sido muy diferente si España hubiese utilizado submarinos.

Limpiando anchoas en el Bodega La Fuente de Cartagena

Tras la interesante visita nos sentamos en una de las agradables terrazas de la Calle Mayor (Bar Columbus): una caña y un agua con gas (6€). Allí decidimos dónde ir a comer, decantándonos por Bodega La Fuente, un local tradicional que sirve un montón de pinchos pero la especialidad son las anchoas. Tienen una serie de ofertas que incluye bebida y pincho por 2’2-2’7€, dependiendo de la composición de este último. Esto fue lo que pedimos:

-Plato de lomo de cazón

-Plato de anchoas

Bodega La Fuente. Cartagena

-Pinchos variados con bebida

Bodega La Fuente. Cartagena

Pagamos por todo 35’8€ y la verdad es que estaba todo buenísimo, sobre todo el cazón y las anchoas. Por cierto, había una chica limpiando anchoas en el propio local, a la vista de los clientes, todo un arte. Caminamos de vuelta al parking para recoger el coche y nos dirigimos a la Batería de Castillitos, en Cabo Tiñoso; ya os aviso que la carretera es muy estrecha, virada y está falta de mantenimiento (buenos agujeros). La batería fue construida en 1930 para dar defensa a la Base Naval de Cartagena y hoy en día está en estado de abandono; Aún así el lugar tiene mucho encanto y es ideal para ir con niños e investigar las numerosas edificaciones con túneles, cañones, estancias, fosos, bóvedas, barrotes, pasillos, etc. Al parecer fue declarada Bien de Interés Cultural.

Cabo Tiñoso

Batería de Castillitos en Cabo Tiñoso

Construida bajo las órdenes de Primo de Rivera como parte de un plan de defensa, fue dotada de dos cañones de costa que todavía se pueden ver y que en su momento eran lo más avanzado que existía (y que según la Wikipedia eran capaces de disparar proyectiles de casi una tonelada a 35 km). Estuvo en servicio hasta 1994, momento en que comenzó el deterioro hasta que se restauró en 2009. Tiene pinta de castillo medieval, mimetizándose muy bien con el entorno.

Batería de Castillitos en Cabo Tiñoso

Batería de Castillitos en Cabo Tiñoso

Volvimos a hotel y nos dimos un baño en la bonita piscina, que cierra a as 20:30 (llegamos justos, de hecho). Después de la ducha nos dirigimos en coche hasta el centro de Lorca, aparcando en un parking privado que hay al lado del Ayuntamiento (3’45€). Lorca es conocida como la «Ciudad de los cien escudos» por sus fachadas y pasado noble. Dimos una vuelta por el casco y nos sentamos a tomar algo en una terraza en plena Plaza de España: agua con gas y cerveza (2’75€).

Piscina del Parador de Lorca
Colegiata de San Patricio de Lorca

Buscamos un local para cenar, decantándonos por Museo de los Musso, que resultó ser un agradable local regentado por una encantadora familia, que nos atendió de maravilla. Esto fue lo que pedimos:

-Berenjena frita

Museo de los Musso. Lorca

-Pulpo frito

Museo de los Musso. Lorca

-Entrecot

Museo de los Musso. Lorca

-Postre de la casa: tarta de queso en la base y tocinillo del cielo en la parte alta

Museo de los Musso. Lorca

Tengo que decir que estaba todo riquísimo y las raciones eran gigantes, además nos quedamos un buen rato de charla con la encantadora familia. Pedimos para beber tres copas de vino, una agua con gas y un café, pagando por todo 52’3€.. Volvimos al Parador a dormir.

Sé el primero en comentar

Dejar una contestacion