LUNES 9 NOVIEMBRE 2015
Nos levantamos sobre las 8:00 y fuimos a desayunar. Comí como si fuese el último día del mundo, qué peligro tienen los buffets libres…
Tras el desayuno, y mientras Pelayo acababa de arreglarse, me fui a dar un baño rápido al mar, que estaba como un plato. Estaba chapoteando cuando, de repente, vi una pequeña medusa naranja, me asusté y salí; me fui entonces a la piscina, a seguir con el baño.
Estando allí, salió Pelayo de nuestro bungalow y me acompañó nuevamente a la playa, pues él también quería bañarse en el mar. Luego volvimos a la piscina otra vez, en donde estuvimos jugando al voley con los balones del hotel.
Después de tanto remojo nos vestimos y cogimos la moto, tomando dirección hacia Sala Den. Allí Pelayo se cortó el pelo en una peluquería por 200B/5€. Yo, mientras, me di una vuelta por la calle principal (aunque en realidad el pueblo es poco más que eso), mirando los puestos de comida que había, y aproveché para comprar pasta de dientes en un Seven Eleven por 14B/0’35€ (resultó que estaba amarga como un diablo, a mí no me gustó nada, sin embargo a Pelayo le gustó).
Cuando Pela salió de la peluquería se emperró en que probase yo a conducir la moto, con el fin de perderle el miedo, tras un desagradable incidente que había tenido en España. Arranqué y anduve unos metros por una recta en la que que no había tráfico, con Pelayo de paquete, pero desistí porque no me veía segura y no quería liarla.
De camino al hotel vimos un mercado de comida y paramos en él. Había pescados del día (muchos de los cuales no conocíamos), verduras variadas, especias, fruta, etc. Por fin tuvimos la oportunidad de probar el DURIAN, que es una fruta con la que está prohibido el acceso a los hoteles. Suponemos que las cáscaras huelen mal porque la señora que lo vendía nos dio un trozo y estaba riquísimo (sabía a plátano pero tenía textura como de ciruela).
Dejamos la moto en el hotel y mientras Pelayo se duchaba yo aproveché para buscar un restaurante en Tripadvisor un restaurante por la zona, decantándome por el THAI CAT, que estaba justo al lado del hotel, en la playa. Disponían de pequeñas casetas de madera para comer tumbados mirando a la playa, en las que caben 2-4 personas. Nos llamó la atención el gran número de camareros que había sirviendo, a pesar de que los clientes éramos pocos.
Esto fue lo que pedimos:
-Ensalada de papaya frita con calamares, gambas y salsa de cacahuetes (exquisito)
-Morning glory con arroz blanco
-Noodles chinos de huevo con pollo y verduras
-De postre plátano en leche de coco
Para beber pedimos una cerveza Shinga, un batido de guava y un capuccino iced (riquísimo), pagando 800B/20€ por todo. Después de comer yo me recosté en las colchonetas y dormí durante más o menos una hora sin que ningún camarero me molestase, hay que importar esta idea a España :).
Mientras yo dormía, Pelayo estuvo de cháchara con uno de los camareros y éste le vendió un bálsamo de Bayer que, según él, era estupendo para las molestas picaduras de mosquito (le cobró 50B/1’25€). La verdad es que no nos vino mal, pues teníamos unas cuantas. Os dejo aquí el enlace a la opinión y fotos que subí a Tripadvisor del Restaurante Thai Cat.
Volvimos para el hotel, nos pusimos el bañador y nos metimos nuevamente en el mar. El agua picaba por momentos, como si hubiese medusas microscópicas que no veíamos. Al rato salimos y nos fuimos para la piscina, donde estuvimos nuevamente jugando al voleibol acuático.
Tras un buen rato nos vestimos y cogimos la moto con el fin de buscar un cajero para sacar dinero. Vimos uno en la carretera principal que llevaba a Sala Den, en una tienda tipo ultramarinos, así que paramos allí. Sin embargo fue imposible sacar dinero con las tarjetas de ING que llevábamos, Menos mal que Pelayo llevaba una de Barclays, porque fue la única que funcionó… Si no, no sé qué hubiéramos hecho…
A las 19 habíamos quedado con Dirk e Ivette para cenar en el BAMBOO así que en cuanto conseguimos sacar el dinero nos dirigimos al restaurante de Kung. Esta vez dejamos al chef que nos pusiese lo que él quisiese de cenar:
-Ensalada de papaya
-Tallarines con curry verde
-Marisco con leche de coco
-Phad Thai
-Plátano frito con miel
Para beber tomamos varias cervezas, iced cafés y un batido, pagando entre los cuatro 1930B/48’25€. Después de cenar acompañamos a Dirk e Ivette hasta su hotel para pagar la excursión a las islas Phi Phi que ellos se habían encargado de reservar para los cuatro en recepción. Querían hacerlo con una empresa llamada OPAL, pues habían quedado muy contentos después de la de las CUATRO ISLAS que hicieron con ellos, al contrario que nosotros con Lanta Hill Gardens. El precio era 1300B/32’5€ por persona, y 2€ más por pagar con tarjeta (nos dimos cuenta que es bastante habitual que te hagan un pequeño recargo cuando no pagas en efectivo).
Mientras Ivette y yo pagábamos al lady boy de la recepción, que era muy simpátic@, Pelayo y Dirk fueron a devolver la moto de alquiler de ellos a un local que había en la carretera principal (así luego volvían juntos en nuestra moto y no tenía que venir Dirk caminando desde allí). Luego nos invitaron a tomar algo en su habitación que, por cierto estaba genial, muy moderna. Nos despedimos de ellos sobre las 22:30 y tomamos rumbo hacia nuestro hotel.
Por el camino vimos un mercado nocturno así que paramos a curiosear. Había un concierto de chicos jóvenes, en el que sólo había unas jovencitas escuchando, atracciones para niños, puestos de comida, ropa, etc. Encontramos por fin un puesto de insectos y gusanos pero no nos apetecía probarlos en ese momento… Ya no teníamos hambre después de la cena y además se veía que llevaban fritos un buen rato. Sin embargo aproveché para hacer fotos, por lo que tuve que pagarle 10B/0’25€ al dueño del puesto. Tras dar una vuelta por los tenderetes volvimos ya para el hotel a dormir.
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