Diario de Sri Lanka, día 6: Sigiriya, Polonnaruwa y Habarana

DOMINGO 7 OCTUBRE 2018

Nos levantamos para desayunar a las 9, hora acordada el día antes con el dueño del alojamiento, que fue el que nos atendió en el comedor. Tras una animada charla volvimos al cuarto para hacer las maletas y dejar con mucha pena el bonito Sigiriya Water Cottage.

Desayuno del Sigiriya Water Cottage

Cuando fuimos a pagar estaba su esposa así que fue una pena no poder despedirnos de él, pues nos ayudó mucho durante nuestra estancia en Sigiriya. Pagamos por dos noches de alojamiento y desayuno 80$. Por cierto, aquí os dejo el enlace a las fotos y opinión que escribí en Tripadvisor sobre este fantástico alojamiento.

Sigiriya Water Cottage

Nuestra idea era visitar Polonnaruwa, otra de las antiguas capitales del país (de hecho sucedió a Anuradhapura tras el saqueo de los ejércitos del sur de la India), sede de reyes entre los siglos XI-XIII, declarada en 1982 Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. El día anterior habíamos comunicado a Rocky los problemas que teníamos con el tuktuk, quien nos recomendó parar por el camino, antes de llegar a Polonnaruwa.

Habarana

Nos dijo que conocía al dueño de un taller que se encontraba en Habarana así que una vez que llegamos a esta localidad buscamos el lugar. Dio la casualidad que nos encontramos con el conductor de un tuktuk con el que habíamos coincidido en Sigiriya y fue el que nos indicó dónde estaba el taller así como un sitio para cambiar dinero, pues apenas teníamos rupias.

Tienda donde cambiamos dinero

Fue muy amable al ayudarnos, y sólo nos dijo si nos interesaba hacer algún safari por la zona, que él nos llevaría, declinando su invitación.

Taller de tuktuks en Habarana

Aprovechamos para cambiar dinero en la tienda que nos había indicado, en donde nos dieron 192 rupias por cada euro, y luego nos acercamos al taller, que estaba en la carretera, muy cerca de la rotonda central que hay en el pueblo (que realmente son poco más de cuatro calles). Como el chico no hablaba inglés llamamos a Rocky y él le explicó todos los problemas en cingalés: freno y cambio de marchas principalmente. El chico nos dijo que en un rato lo tendría listo así que fuimos a dar una vuelta por el pueblo.

Compra del supermercado

Continuamos por tanto con el viaje a Polonnaruwa, parándonos la Policía otra vez pero al mostrarle todos los papeles en regla nos dejaron continuar e incluso les hice una foto con Pelayo. 

Foto con la autoridad

Atravesamos la Reserva de Mineriya con la gran suerte de encontrarnos a una enorme elefanta en la carretera, fue un momento mágico. Dimos la vuelta para volver a verla y, justo cuando estábamos a su altura, el tuktutk hizo un ruido estrepitoso, pues tenía problemas de carburación. La elefanta se asustó y se dirigió hacia nosotros; Pelayo aceleró todo lo que daba el tuktuk y la esquivamos…

Elefanta

La verdad es que no la culpo porque el motor hacía un ruido infernal… Nos acordamos muy a menudo de Rocky… Aquí podéis ver el vídeo del elefante.

Un poco más adelante vimos un coche parado en una valla y la gente estaba fuera mirando hacia el interior del recinto vallado por lo que paramos a ver de qué se trataba. Resulta que había tres elefantes, dos grandes y uno pequeño, a modo de familia, a orillas del lago. Una preciosa estampa que pudimos contemplar mejor con los prismáticos.

Reserva de Mineriya

Una vez en Polonnaruwa compramos primero las entradas en el Museo (25$/persona), que está a un kilómetro, más o menos, de la entrada más cercana al recinto arqueológico. Aprovechamos para visitar el Museo, que no es muy grande, por lo que es ideal a modo de introducción. Quiero recordar que Polonnaruwa está reconocido por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad.

Aquí están las fotos de algunos de los lugares de mayor interés del recinto arqueológico:

-Sala del consejo

-Palacio Real

-Piscinas 

-Estupa de Sath Mahal Prasadaya

 

-Vadatage y aledaños: para mi gusto una de las partes más bonitas. 

-Rankoth Vehera, una de las estupas más grandes del país

-Gal Viharaya: varias estatuas de Buda de gran belleza, en diferentes posiciones.

Comenzó a llover así que dimos por finalizada la visita y nos subimos al tuktuk en busca de un restaurante donde comer, aquí podéis ver la que estaba cayendo. Nos acercamos a un local recomendado en Tripadvisor llamado Wishma, a las afueras.

Cuando llegamos el buffet de mediodía ya se había acabado así que pedimos de carta los siguientes platos:

-Cerdo con piña y mostaza para Pelayo

-Chicken devilled con arroz para mí

De postre pedimos un Curd and treacle cada uno y para beber una cerveza Lion y una soda, pagando 3000 rupias/15€.

 

Tras la comida pusimos rumbo a hacia Trincomalee pero llovía sin parar, Pelayo veía dificultosamente la carretera. Paramos nuevamente en Habarana para echar gasolina pero se habían quedado sin luz así que no podían servir. Tras un buen rato esperando en la cola por fin pudimos adquirir gasolina (3’22 litros, 733 km, 400 rupias/2€).


Como ya eran las 19 horas, seguía lloviendo y era de noche cerrada decidimos no continuar el viaje y hacer noche en Habarana. Busqué en Booking el hotel mejor valorado de la zona, siendo el Levona Garden Resort, que en realidad se trataba de una familia que alquilaba habitaciones, así que nos acercamos hasta allí. Cuando llegamos ya tenían el portón de la casa cerrado pero llamamos igualmente. Tras un rato salieron asustados a abrirnos, pues ya no contaban con  nadie más esa noche, y de hecho nos dijeron que tenían las habitaciones sin arreglar. Tras negociar con ellos nos dijeron que nos la preparaban a cambio de 17€, con desayuno incluido, en unos treinta minutos. Les dijimos que nos la quedábamos, que aprovecharíamos para ir a cenar algo mientras preparaban el cuarto y que volveríamos luego. Nos recomendaron entonces un par de sitios en Habarana: Juicy Bar y Hot Dish.

El primero no lo encontramos pero sí el segundo, pues estaba justo enfrente del Supermercado Food en el que habíamos comprado cosas por la mañana. Pedimos lo siguientes:

-Sandwich Club para mí

Hot dish Habarana

-Chicken Villed

-Garlic Kankung

Además tomamos una ginger beer y una soda, pagando por todo 1760 rupias/9€. La chica se confundió con la guarnición del pollo de Pelayo pero nos la cambió amablemente. El local era un poco extraño, estaba prácticamente vacío y la comida fue normalita pero suficiente.

Volvimos para el Levona donde ya no contaban con nosotros, pues tardaron bastante en servirnos la cena. Nos llevaron a la habitación, muy acogedora, con baño, en el jardín de la casa pero separada de la vivienda de la familia.

La wifi era buena, pues de hecho vimos una película antes de dormir, The Blues Brothers (que si no la habéis visto os la recomiendo vivamente). Por cierto, por la tarde hablamos con la empresa de alquiler de tuktuks y decidieron que al día siguiente nos traerían otro a nuestro alojamiento, sobre las 10 de la mañana, veríamos si cumplirían su promesa…

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