Hoy habíamos decidido ir a visitar el Palacio de Versailles, que se encuentra a las afueras de París. Nos levantamos a las 9:00, desayunamos y cogimos el RER hasta Versailles, lo que nos llevó sobre una hora de viaje. Una vez allí caminamos desde la Estación hasta el palacio, siguiendo un poco a la gente, y compramos la entrada de visita completa.
Después salimos a los jardines, que están muy cuidados, con espectaculares estanques, para luego pasar a una especie de pequeño bosque. Comimos algo en un chiringuito: Pelayo pidió un bocadillo de pollo y yo pasta a la bolognesa; de postre tomamos un helado. La comida era bastante mala así que os recomiendo llevar mejor algo de casa. A continuación caminamos por el Trianon y los dominios de María Antonieta, en donde había una granja con animales y casitas con huerto que parecen de cuento. Para mi fue una de las partes con más encanto de la visita.
Volvimos caminando hasta el palacio pese al cansancio, aunque estuvimos tentados de coger el trenecito, pero los 4 euros por persona que había que pagar por 5 minutos nos disuadieron.
Al llegar a casa ya estaba allí Miriam, pues sale de trabajar a las 18 horas. Pelayo preparó entonces la cena: ensalada de canónigos, tomate, pepino y salchichas troceadas. Miriam estaba encantada, pues es experta en cocina de supervivencia así que le pareció todo un manjar. Estuvimos de cháchara un buen rato y finalmente nos fuimos a dormir.
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