Diario de Lisboa, día 2: Sintra

MARTES 14/09/2021

Nos levantamos sobre las 8:30 y cuando estuvimos listos nos dirigimos a la Estación de tren de Sintra, que está a dos minutos del hotel en el que nos quedábamos, llamado María Parreirinha. Una vez allí cogimos el autobús 434, que recorre todos los puntos turísticos importantes de la ciudad. Hay dos opciones:

-billete hop on-hop off de día completo, para poder subir y bajar las veces que uno quiera (10€/persona)

-billete de ida y vuelta simple (6’9€/persona)

Palacio da Pena. Sintra

Palacio da Pena. Sintra

Como sólo íbamos a pasar un día en Sintra, tras recomendación de la recepcionista del alojamiento, decidimos visitar el Palacio da Pena por la mañana y Quinta da Regaleira por la tarde. Por tanto sólo necesitábamos el billete de ida y vuelta hasta el primer palacio, que fue el que adquirimos. El bus recorrió durante 20 minutos los puntos más importantes de Sintra hasta que llegó a su última parada, el Palacio da Pena, por lo que nos sirvió para ver rápidamente la localidad.

Palacio da Pena. Sintra

Palacio da Pena. Sintra

Cuando llegamos al Palacio da Pena sólo había una persona en la taquilla, y eso que eran las 10 de la mañana, así que rápidamente adquirimos las entradas: Adulto (14€) y minibus (3€) por persona. El minibús ya estaba en la puerta esperando con gente dentro, completando el viaje con nosotros dos, por lo que en cuanto entramos arrancaron. Tardó cinco minutos en llegar a lo alto de la colina por lo que no sé si realmente merece la pena el gasto.

Palacio da Pena. Sintra

Palacio da Pena. Sintra

Una vez arriba cogimos un audio guía: por 1’09€ la chica de la recepción te entregaba una tarjeta con un código QR que tenías que escanear para descargar una aplicación y escuchar con tu propio móvil (os recomiendo por tanto llevar auriculares). Las explicaciones estaban disponibles solamente en inglés y portugués.

Palacio da Pena. Sintra

Comenzamos la visita del espectacular Palacio, mezcla de estilos y colores, paseando libremente por las estancias y patios. Realmente vimos pocas habitaciones o lugares cerrados, prácticamente todo es visitable. Me pareció una visita espectacular y además tuvimos suerte de que no había mucha gente. Recuerdo especialmente el paseo por el Cuerpo de Guardia, que es muy estrecho y en algunos puntos con barandillas muy bajas, no apto para gente que sufra vértigo o miedo a las alturas. El interior es también espléndido, con mobiliario, vajilla, habitaciones completas, cuartos de baño, etc. Hicimos mil fotos pero creo que no le hacen justicia, es mucho más bonito en vivo y en directo.

Palacio Nacional

Cuando rematamos la visita, que es totalmente libre por las amplias instalaciones, volvimos a coger el mini bus de vuelta a las taquillas y allí esperamos al bus 434, que llegó a los pocos minutos (11:45). De vuelta a Sintra aproveché para llamar a un local llamado Tascantiga y reservar mesa para comer sobre las 12:30. El bus nos dejó en el centro histórico y, como teníamos tiempo, paramos a coger unos pasteles para llevar en la pastelería Piriquita (traveseiras, quijadas, joaoninas, etc) que nos pusieron en una caja, pagando 9’1€. Se puso a llover a cántaros así que esperamos un poco antes de salir en dirección al restaurante.

Tascantiga

El local resultó estar muy cerca, y contar con una bonita terraza que no pudimos aprovechar, dada la mala climatología. Nos sentaron en una mesa dentro y nos dieron una carta con un lápiz, para marcar lo que quisiésemos pedir: petiscos, bocadillos, bebidas, cócteles, postres, etc. Esto fue lo que comandamos:

-carrilleras de cerdo, bastante ricas

-ensalada de queso, naranja e hinojo, por 6’5€ nos pareció poca cantidad

-ternera con mostaza, cuya carne estaba durísima

-buñuelos de bacalao, muy buenos

-papas fritas

Restaurante Tascantiga. Sintra

Para beber tomamos una cerveza, un agua con gas y dos cafés, pagando por todo 41 euros. El local era curioso, con decoración vintage, mesas y sillas todas diferentes, un original baño con ropa tendida, etc., pero la comida nos pareció muy normal. Como seguía lloviendo decidimos ir a tomar los pasteles a Piriquita, donde pedimos un riquísimo cappuccino y dos vinos de Oporto. No pusieron ningún problema en que tomásemos los dulces que llevábamos en la caja, adquiridos un par de horas antes en la misma tienda. Sólo puedo decir que estaban exquisitos, no dudéis en adquirir cualquier dulce de esta tienda.

Dulces de la Pastelería Piriquita

Caminamos después hasta la Quinta da Regaleira, pues estaba muy cerca. Pagamos 10€/persona en la taquilla, donde a cambio nos entregaron un mapa que nos vino bien para ver los puntos más importantes de esta gran finca. El recinto está lleno de construcciones, estanques, jardines, grutas, un bonito castillo, etc (me recordó al Pasatempo de Ferrol, pero con un bonito Castillo). Durante la visita cayó una tromba de agua así que tuvimos que atecharnos un rato. Aún así nos pareció un lugar precioso, bien merece una visita.

Quinta da Regaleira

Quinta da Regaleira

 

Volvimos dando un largo paseo hasta nuestro hotel, pasando por el Palacio Nacional, el Ayuntamiento, etc. Paramos antes de llegar para tomar algo en un local llamado Tópico, que resultó ser el más barato de Portugal, pues pagamos 1€ por una caña y 2’5€ por una caneca. Había que pedir dentro y pagar al contado.

Quinta da Regaleira

Quinta da Regaleira

Llegamos al hotel sobre las 17:15, descansamos un poco y sobre las 18:30-19 volvimos a salir. Dimos un paseo hasta la Taberna Criativa con la idea de tomar un vino, pues al parecer se trataba de una buena vinoteca, pero cuando llegamos nos dijeron que era un restaurante y que no servían vinos por copa, ni siquiera en las mesas que tenían vacías en la terraza, cosa que nos pareció extraña…

Tras el chasco fuimos hacia la segunda opción que tenía anotada: Incomum by Luis Santos. Cuando entramos nos reservaron amablemente una mesa para las 20:30 así que nos fuimos otra vez al Tópico a tomar algo, pues estaba justo al lado. Pedimos una cerveza y un té, pagando 3’2€, precio que no nos concordó con las consumiciones que habíamos tomado unas horas antes, se ve que según el camarero que esté cobra unos precios u otros. Tras las bebidas, esta vez dentro porque fuera estaba lleno, nos dirigimos al restaurante, donde nos sentaron enseguida en una de las acogedoras mesas de la entrada. Nos atendió Joao, un gran profesional que habla inglés, portugués, español y francés, además de ser un amante de los vinos. Nos decantamos por el menú degustación pero mientras esperábamos nos sirvieron a mayores dos copas de vino blanco:

-Incomum: elaborado con Antao Vaz, Arinto y Viogner

Incomum by Luis Santos

-Patrao Diogo: elaborado con Fernao Pires, Arinto y Seara Nova

Estos fueron los platos que conformaron en menú degustación:

-Gazpacho de sandía y albahaca

Incomum by Luis Santos

-Bacalao marinado con higos y ensalada

Incomum by Luis Santos

-Vieiras con zanahoria Vichy, anís e hinojo

Incomum by Luis Santos

-Magret de pato con cacao y puré de maiz

Incomum by Luis Santos

-Un postre a elegir de la carta: tiramisú con pera para Pelayo y Pudim de Azeite, sorbete de frambuesas y queso «Ilha de Azores» para mí

Incomum by Luis Santos

Incomum by Luis Santos

Pelayo además cogió el maridaje de vinos :

-Espumante Messias Milesime 2017, elaborado a base de  Baga, Bical y Chardonnay

-Encosta da Coriveira 2020: vino rosado elaborado con Tinto Roiriz y Trincadeira

-Casa do Capiteo Mor 2019, elaborado a base de Alvarinho, Vinho Verde de Monçao

-Xaino Selection 2018, vino del Douro elaborado con Touriga Nacional Touriga Franca, Tinta Roiriz, Souson y Tinta Amarela

 

Yo bebí algo de los blancos, agua con gas y una copa de tinto:

-Adega Mayor Reserva 2018, vino Alentejano

Con los postres nos sirvieron dos copas de vino dulce:

-LBV 2016, vino de Oporto Messias

-Quinta de Alorna Abafedo 5 años DC Teijo: vino licoroso, elaborado al estilo de Jerez, a partir de la variedad blanca Fernando Pires. Pasa 5 años en barrica de roble

Pagamos por todo 115€, invitándonos al café que pidió Pelayo, precio que nos pareció más que justo. En la mesa de al lado había un par de americanos de San Francisco con los que charlamos un rato, pues eran muy majetes. Al salir buscamos algún sitio abierto para tomar una copa pero no había nada más que Tópico, así que allí acabamos por tercera vez en el día. Tomamos un Beirao (2€) y una ginjinha (1’5€), rodeados de gente con no muy buena pinta, yo creo que todos los crápulas acabamos esa noche en el único local abierto de Sintra… Nos acercamos después hasta el Palacio Real para hacer un par de fotos nocturnas y volvimos para el hotel, sin cruzarnos con ninguna persona durante todo el trayecto.

Sé el primero en comentar

Dejar una contestacion