Diario de Italia, día 10: Siracusa, Ortigia, Avola, Noto y Mazarmemi

MARTES 26/10/2022

Desayunamos en el B&B Franco e Tina sobre las 9: pasteles recién horneados, yogur, frutas, etc., nos cuidan mucho. La ruta de hoy se compondría de visitas a las localidades de Ortigia, Noto, Ávola, Mazarmemi y vuelta a nuestro alojamiento en Ragusa (total: 240 km).

Etapa 4

Nos dirigimos entonces a Siracusa, con el fin de ver el islote de Ortigia, a partir del cual nació la ciudad. Aparcamos al lado del puente de salida de la isla (está conectada con tierra por dos puentes: uno de entrada y otro de salida) y con la aplicación Easypark pagamos los minutos consumidos a la vuelta. Al parecer hubo un gran terremoto en 1693 por lo que la mayoría de las construcciones que se pueden observar a día de hoy son posteriores a esa fecha.

Estatua de Arquímedes en Ortigia

En la entrada de la isla está la famosa estatua de Arquímedes, quien al parecer vivió en la isla un tiempo, y allí pronunció la célebre frase de: ¡Eureka! (que significa «lo he descubierto»). Cuenta la historia que el matemático llegó al principio que lleva su nombre (todo objeto sumergido en un fluido sufre un empuje vertical igual al peso del fluido desalojado) cuando se estaba dando un baño y que entonces salió corriendo desnudo por las calles de Siracusa, lleno de alegría, diciendo la famosa frase.

Ortigia

Continuamos hasta el mercado de abastos pero estaba cerrado y los puestos de alrededor también echando los candados. Callejeamos por la isla, viendo el mar embravecido desde el paseo, pues había una fuerte marejada. Vimos la fuente de Diana, la preciosa Piazza del Duomo, etc.

Ortigia

Ortigia

Cuando nos dio el hambre nos acercamos a Caseificio Borderi, que es un local que se encuentra al lado del mercado, que sirve embutidos y demás delicatessen, pero también comida y bocadillos para comer en mesas que hay en el exterior. Rápidamente nos prepararon una mesa con sombrilla para no mojarnos con la lluvia. Pedimos un tagliere, dos cervezas y un agua con gas, pagando 22 euros por todo. El tagliere tenía distintos quesos, embutidos, berenjena, calabacín, tomates secos, aceitunas, etc., todo estaba riquísimo.

Comida en Caseificio Borderi

Volvimos hacia el coche y, muy cerca de donde aparcamos, tomamos un par de cafés (un cappuccino para mí y un expreso para Pelayo) con un estupendo croissant relleno de pistacho. El local se llamaba Caffe Story y a Pelayo le gustó tanto el expreso que le hicieron que pidió un segundo, pagando por todo 4’3€. Recogimos el coche y nos dirigimos a Avola, parando por el camino a echar gasolina (50€).

Noto

En las afueras de Avola visitamos un dolmen, que no nos pareció gran cosa, pues estaba restaurado con ladrillos y la zona carecía de mantenimiento. Al parecer el monumento megalítico puede tener su origen entre 4000-1000 A.C.. Fuimos hasta la playa, donde caminamos por el paseo y la Tonnara que estaba cerrada y abandonada. Continuamos hasta Noto pero llovía tanto que dimos una vuelta en coche y sólo bajé yo un momento para hacer unas fotos del precioso Duomo.

Dolmen de Avola
Jugando a las cartas delante de la Tonnara de Avola
Vistas desde la Tonnara

Pusimos rumbo a Marzamemi, un precioso pueblecito a pesar de estar casi todos los locales cerrados por la tempestad, y es que las olas llegaban hasta la plaza y los locales más expuestos al mar. Son casas bajas de color blanco y azul que albergan tiendas de objetos elaborados a mano, restaurantes, etc.  Aprovechamos para tomar algo en la única cafetería que estaba abierta de la Piazza Reina Margherita, un local estupendamente decorado pero en el que nos cobraron por dos cervezas Messina 8’8€, un robo  (se llamaba Liccamuciula).

 

Marzamemi

Marzamemi

Después nos acercamos hasta un conocido local llamado Adelfio, un negocio local que vende conservas y productos derivados de distintas especies de pescado, principalmente atún. Compramos huevas/bottarga di ricciola, anchoas con alcaparras, atún en conserva y bresaola di tonino (similar a la mojama), pagando por todo 16’5€. Además había pestos variados, vino, pasta, etc. Quisimos que nos explicasen un poco los productos, para elegir, pero no estaban muy por la labor, no fueron muy amables.

Marzamemi

Volvimos hacia Ragusa pero antes paramos en Portopalo di Capo Passero, otra de las puntas de la isla. Apenas se veía nada, pues cuando llegamos ya había anochecido. Decidimos volver al alojamiento, parando de camino en un supermercado, donde compramos algo para cenar: Ensalada, mozzarella, tomates, pan, etc (7’79€). Cenamos en la sala del B&B con el vino que nos había regalado Biagio, que lo elabora él y que resultó estar buenísimo.

Vino de Biagio

Tras la cena se acercaron Franco y Tina con una botella de licor de mirto que elaboran ellos, riquísimo. Nos quedamos charlando los cuatro hasta tarde, son realmente simpáticos y hospitalarios.

Licor de Mirto elaborado por Franco y Tina

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