Hoy nos despertamos sobre las 7:30, cosa extraña, pues todos los días amanecimos más temprano. Parece que, finalmente, cuando ya estamos a punto de marchar, el cuerpo se empieza a acostumbrar a este horario… Esta mañana me levanté con una especie de sarpullido/granitos en la cara, no sé de qué sería, quizás de tanto factor y antimosquitos, porque sol nos ha dado bastante poco…
Pela pidió para desayunar un plato que llevaba revuelto, bacon y tostadas y yo un desayuno inglés (huevos fritos, bacon, salchichas, patatas fritas y rebozadas, tomate natural, etc.). Para beber zumo de naranja amarga y café. Tras el desayuno cogimos las cosas de la playa y pedimos un taxi en recepción que nos llevó hasta el hotel de Dani y Noemí (10$). Fuimos a la PLAYA DE BIESANZ, que está muy cerca de su hotel, y la verdad es que era bonita y poco turística, pues la gente que allí estaba era mayormente de origen costarricenses (eso sí, pequeña de tamaño).
Estaba rodeada de vegetación y había varios pelícanos pescando en el agua; además había un señor que alquilaba aletas y gafas a todo aquel que quisiera bucear. Con el tiempo fueron llegando varios yates que echaron el ancla en la bahía. Yo no me bañé por el sarpullido que tenía en la cara y por el trancazo que me había provocado el aire acondicionado del local en el que tomamos las cervezas 2×1 el día anterior.
Los chicos se fueron a dar una vuelta por el bosque mientras Noemi y yo nos quedamos en las toallas; al rato apareció Pelayo y nos dijo que le siguiésemos. Fuimos hasta el lugar que nos indicó, entre la vegetación, y resulta que había dos perezosos, moviéndose, cosa que no habíamos visto hasta ese día (normalmente están enganchados a una rama y no se mueven aunque pases un buen rato mirando para ellos). Un poco más adelante había una caseta en la que encontramos murciélagos, también vimos cangrejos, etc. Aquí tenéis las fotos y opinión que subí a Tripadvisor sobre esta playa.
Sobre las 12 recogimos las cosas y caminamos hasta el HOTEL PARADOR. En la entrada había muchísima seguridad, tuvieron que decirles a los guardias que éramos amigos de ellos y que nos querían invitar a entrar. Una vez dentro hicimos uno de los senderos que estaban marcados dentro del territorio del hotel. En un momento dado a Noemí le entró hambre y sacó de la mochila un plátano que le había sobrado del desayuno; inmediatamente bajaron de todos los árboles que había alrededor titíes como locos y la rodearon. Al final tuvo que volver a guardar el plátano en la mochila para calmar los ánimos, dejándonos la situación estupefactos, pues nos sentimos totalmente acosados por los monos. Menos mal que poco a poco se fueron volviendo para los árboles…
Tras la caminata, que no fue muy larga, subimos a su cuarto, que era realmente bonito; este hotel sí tenía las estrellas merecidas.
Comimos en uno de los restaurantes del Hotel, llamado LA FRAGATA. Pedimos un ceviche mixto de primero para compartir y de segundo un wrap tex mex de pollo cada uno; para beber cerveza, agua y café, pagando 50$/pareja. Aquí os dejo la opinión y fotos que subía a Tripadvisor sobre este lugar.
Tras la comida regresamos a nuestro hotel, nuevamente en taxi (pagando 10$) y una vez allí decidimos hacer también los senderos que tenían marcados. El paseo fue muy agradable pero llegó un punto en que estaba el camino cortado por culpa de las lluvias y no pudimos continuar. Quisimos comprar alguna bebida, pues hacía mucho calor, pero fue imposible, no había nada abierto en todo el hotel, ni siquiera alguna máquina de refrescos… Aprovechamos entonces para bañarnos en las piscinas, en donde estuvimos alrededor de una hora y media allí, rato que estuvimos absolutamente solos, aquello parecía un hotel fantasma.
Volvimos para el cuarto sobre las 18h, nos duchamos y quedamos con Dani y Noemi para cenar. Nos habían hablado de un sitio que al parecer estaba muy bien, LA LANGOSTA FELIZ, pues van incluso los locales, pero estaba en MATAPALO y los taxistas nos cobraban alrededor de 50$ por ida y vuelta (estaba a media hora de viaje). Al final decidimos no ir, quedándome con las ganas. Barajamos otras posibilidades que nos habían recomendado en el Hotel Parador: el Z (al parecer muy caro), el BLUE MARLIN (que ya habíamos probado), el MAR LUNA, etc. Al final nos decantamos por este último.
Pelayo y yo pedimos un menú para dos que incluía Ensalada, Langosta, 2 Pargos y Camarones por 35.000 colones/60). Como era la última noche que pasábamos en Costa Rica nos pegamos el lujo, además nos habíamos quedado con ganas de probar la langosta del Caribe.´.. Para beber pedimos cerveza y agua, pues el vino, como siempre, era prohibitivo.
De postre tomamos bizcocho de chocolate con helado de vainilla. Aquí os dejo la opinión y fotos que subí a Tripadvisor de este restaurante. Tras la cena Dani y Noemí no quisieron quedarse a tomar nada así que volvimos para el hotel, no sin antes despedirnos de ellos con muchísima pena, pues era la última noche que pasábamos juntos, pero con ganas de vernos lo más pronto posible.
Pelayo y yo nos habíamos quedado con ganas de ir al Restaurante que hay enfrente del Hotel Costa Verde (y que es del mismo dueño), llamado LA CANTINA BBQ, pues anunciaban música en directo para las noches, pero justo ese día estaba totalmente vacío así que nos fuimos directos al cuarto.
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