
DOMINGO 13 OCTUBRE 2019
Nos despertamos sobre las 8 y desayunamos comida del Walmart, junto con café y zumo que cogimos en la recepción del Motel 6 en el que nos habíamos alojado esa noche, en la localidad de Saint George. Por cierto, el baño no estaba muy limpio cuando llegamos la noche anterior, pero estábamos tan cansados que no nos apeteció ir a recepción otra vez.

La noche fue más o menos tranquila salvo algún ladrido y ruido de la habitación de al lado. Pensábamos que no se podía tener perros pero luego vimos que un cartel permitía a las mascotas en el alojamiento.

Antes de empezar la ruta pasamos por un Walmart para coger más provisiones, pagando 79$. Continuamos entonces la ruta hacia Death Valley, teniendo que pasar inevitablemente por las afueras de Las Vegas.

Atravesamos el sur del Estado de Nevada parando sólo a echar gasolina (80$), y nos adentramos de nuevo en el Estado de California. Justo antes de llegar al Parque Nacional de Death Valley había una recta infinita así que aproveché para conducir yo un rato a Titán, que no veas cómo empuja.
En el control de entrada no había nadie, sólo máquinas para sacar los tickets, así que entramos directos sin enseñar el Anual Pass. Hay que decir que Death Valley es uno de los lugares más secos y calientes del mundo, con temperaturas que en verano superan los 50ºC (la más alta registrada nunca fue en 1913, 57ºC) y lluvias por debajo de 5 cm al año. Solamente las tormentas más severas consiguen pasar las altas montañas que rodean al valle y soltar algo de lluvia muy de vez en cuando.
A pesar de ello hay numerosas especies que viven en el parque: más de 900 plantas (algunas con raíces que se hunden más de 15 metros en la tierra) y animales (principalmente nocturnos como muerciélagos, coyotes, zorros, escorpiones, serpientes, roedores, etc, pero también reptiles y aves). Aseguraos de llevar suficiente gasolina y agua, y no salgáis de los caminos marcados, porque además apenas hay cobertura de teléfono.

Death Valley es el parque nacional más extenso de USA (si no contamos con los de Alaska), pues cuenta con más de 13.000km2 de extensión. Es un lugar de contrastes, donde abunda el desierto pero también cae nieve en los picos durante el invierno y aparece un bonito manto floral en Primavera. Al parecer el nombre de Valle de la Muerte proviene de un grupo de exploradores que se perdieron, llevados por la fiebre de oro, y casi pierden la vida.

La primera parada fue en Zabriskie Point, desde donde hay bonitas vistas y una ruta circular por Twenty Mule Team Canyon. Según los carteles informativos hace 3-5 millones de años había lagos en esta zona. Sus sedimentos, junto con ceniza volcánica, emergieron como resultado de la acción del agua y terremotos. La erosión acabó de conformar el paisaje que hoy en día observamos. El nombre de Twenty Mule Team hace referencia a las mulas que se usaban para transportar el borax de las minas que había en el Valle.

Posteriormente vimos Devil’s Course Golf o Campo de Golf del diablo, pues el suelo está lleno de grandes piedras de sal que cortan como cuchillos, recuerda a un arrecife de coral. Se dice que ni el diablo sería capaz de jugar allí al golf, de ahí el nombre. Los abruptos cristales provienen de los depósitos de sal de los lagos, moldeados por la lluvia y el viento. Se escucha como crujen los cristales debido a los cambios de temperatura. No recomiendan caminar por los cristales, pues un tropezón podría causar lesiones muy dolorosas. Os recomiendo caminar por la zona pisada que hay al lado del parking pero no adentrarse mucho más.

Badwater Basin fue el siguiente punto, que por cierto es el más bajo del hemisferio occidental (casi 86 metros bajo el nivel del mar). Esta profundidad no se debe a la erosión fluvial, sino a movimientos tectónicos. Se trata de un gran lago salado, de ahí el nombre (Badwater), pues no se podía beber. Sin embargo en el agua, proveniente de un acuífero que aflora en este punto, se pueden observar insectos, larvas e incluso una rara especie de molusco (llamada caracol Badwater) que sólo habita ahí. Para no cargarse el hábitat recomiendan caminar sólo por las zonas marcadas.

Allí dimos la vuelta, en vez de seguir hasta el interior del cañón, pues no teníamos tiempo suficiente y además a partir de ahí dicen que la temperatura se hace más y más insoportable.

A continuación visitamos Golden Canyon, donde sólo caminamos unos metros para ver la entrada al cañón, pues no estábamos dispuestos a caminar varias horas al sol (a pesar de que, por la época del año, la temperatura era llevadera).

Nos desviamos para ver la Paleta del Artista, que es una formación a base de depósitos de minerales como alumino, magnesio, titanio, etc, que dan una gran variedad de colores. Desde allí sale una de las carreteras más bonitas y divertidas que hemos visto hasta la fecha: Artist’s Drive. Es de una única dirección, con muchas curvas y un estupendo paisaje; podéis ver algunos minutos de la ruta pinchando aquí o aquí.

Paramos en el Centro de Visitantes de Furnace Creek, donde nos entregaron un mapa en el punto de información (mostrando previamente el Anual Pass). Como quedaban dos horas de luz los Rangers nos recomendaron ir hacia Panamit Springs. Por cierto, allí podréis rellenar vuestras botellas de agua en las fuentes para visitantes.

Aprovechamos para ver en el Centro el vídeo informativo en el Auditorio y una pequeña exposición. De este modo conocimos a los indios que habitaban inicialmente la zona, los Timbisha Shoshone, que salen hablando en el vídeo.

Cogimos el coche nuevamente y nos dirigimos hacia Panamit Springs, como nos habían recomendado, pasando primero por las dunas (Panamit Dunes), que son enormes pero están bastante lejos para ir caminando (5km) así que hicimos unas fotos de lejos, pues empezábamos a acuciar el cansancio y el calor del día.

Paramos entonces en el Centro de Visitantes de Stovepipe Wells y comimos algo de la comida del Walmart que llevábamos, sentados en una mesa a la sombra. Enseguida hicimos un amigo alada, que se puso las botas con las migas de nuestros bocadillos, podéis verlo aquí.

La carretera atraviesa a continuación un precioso lago seco donde paramos a hacer unas cuantas fotos. Al poco abandonamos el Parque Nacional a través de la Carretera de Trone-Wildrose hacia el sur.

Mi idea era pasar la noche en Death Valley o alrededores para ver las estrellas pero al haber luna llena no se veían demasiado bien. Paramos el coche un rato en una zona muy oscura, al borde de la carretera, y nos subimos a la parte trasera, pero no había forma, una pena…

Continuamos hasta Ridge Crest donde había reservado un cuarto en el un Motel Oyo Europa, en John Avenue, por 33’17$. Resultó ser un hotel muy bueno, con cama king size, TV, nevera secador, cafetera, microondas, etc. No se puede dar más servicios por menos dinero en USA. Preparamos una ensalada para cenar, con la comida que llevábamos del Walmart, y a dormir.

Con la información que dispongo ahora creo que me hubiese quedado otro día más en Death Valley, pues nos pareció precioso. Así podríamos haber visitado algunas de las dunas del parque, Scotty’s Castle (en obras cuando nosotros fuimos), las piedras que se mueven solas en Racetrack, rutas para 4×4, Rhyolite Ghost Town y otros pueblos fantasmas, minas abandonadas, el cráter Ubehebe, Charcoal Kilns (10 hornos de carbón), etc.
KILÓMETROS RECORRIDOS HOY: 625 Km
KILÓMETROS TOTALES: 3050 Km
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