DÍA 8, MARTES 23 MAYO 2017
Bajamos al hall a desayunar sobre las 9:30. El mío era un plato con muchísimos ingredientes: embutido, paté, salchichas, tres quesos distintos, tomate, pepino, huevo duro, etc., que no fui capaz de acabar. El de Pelayo eran tres tostadas con jamón y queso fundido, además de tomate y pepino. Estaba encantado de no desayunar lo mismo que le ponen en su hotel de Svilengrad. Aquí os dejo la opinión sobre el hotel que escribí en Tripadvisor.
En recepción tenían información sobre visitas guiadas a la ciudad, de dos horas de duración, saliendo desde la Oficina de Turismo a las 11:30. Parecía interesante pero finalmente lo descartamos porque sino se nos hacía tarde para llegar a Sofía.
Hicimos el check out y marchamos en dirección a ARBANASSI con el fin de ver la IGLESIA DE LA NATIVIDAD, la llamada “Capilla Sixtina” ortodoxa, que data del siglo XVI. Antes paramos en uno de los puentes para hacer unas fotos de la fortaleza, aprovechando la luz del día. La verdad es que la parte antigua de Veliko Tarnovo es preciosa.
Una vez en la Iglesia pagamos 6+2 (estudiante)=8 Levas; tengo que decir que las señoras de la puerta eran bastante antipáticas. Las paredes y vigas están enteramente pintadas con escenas de la Biblia, la verdad es que es bonita. Por cierto, permiten la entrada al templo hasta las 17:30 y cierran a las 18 horas. Aquí os dejo el enlace a más fotos que subí a Tripadvisor.
Luego cogimos el coche y cruzamos al otro lado del río, pues nos tenía intrigados una estatua de un hombre con las manos en alto (suponemos que Dios). Hasta allí fuimos e hicimos unas cuantas fotos más. Ya no nos daba tiempo a visitar la FORTALEZA, una pena porque debe de ser interesante y desde allí las vistas seguramente sean espectaculares.
A continuación bajamos hasta el MONUMENTO DE LOS CUATRO ZARES o ASENOVTZI, en la parte más baja de la ciudad. Conmemora los 800 años de la rebelión contra Bizancio, que terminó con la liberación de Bulgaria. Se representa en ella a los líderes de la revuelta, los hermanos Assen y Peter, así como sus sucesores, los Zares Kaloyan e Ivan Assen II, que consiguieron gran prosperidad para el país. Estos últimos gobernaron durante los siglos XII y XIII, siendo los zares más gloriosos de la dinastía Assen. Al lado hay un edificio que es un Museo de pintura y escultura nacional, por si os interesa. Aquí tenéis el enlace a más fotos que subí a Tripadvisor.
Continuamos el viaje en dirección a Sofía y por el camino apareció un cartel indicando el MONASTERIO TROYAN. Decidimos ir a verlo por lo que nos desviamos 27 km de la ruta. Al llegar pagamos 2 Levas para aparcar y entramos dentro (gratuito, como todos los monasterios en Bulgaria). Mereció la pena, pues es el más bonito que hemos visto, muy cuidado, y además se puede subir por las plantas, todas de madera, y ver algunas habitaciones desde fuera. Al parecer es el tercero más grande del país y data del siglo XVI. Aquí os dejo el enlace a las fotos que subí a Tripadvisor.
Continuamos el viaje y a las 15 horas paramos a comer en un restaurante de carretera que encontramos llamado DOBRE. Gracias que tenían carta en inglés y hablaban cuatro palabras así que al final nos entendimos. Pedimos dos tarator y carne a la brasa (hamburguesa y costillas), además de dos tortas de pan que estaban muy buenas. Pedimos Baklava de postre pero no quedaba. Para beber un agua con gas y un refresco, pagando 22’5 Levas. No es lo mejor que hemos comido durante el viaje pero tampoco estuvo mal. Eran curiosas dos figuras que tenían en la puerta del baño que en realidad eran dos zorros disecados, uno tocando la gaita con una pistola en el cinturón y otro vestido de camarero.
Seguimos el camino hasta Sofía y aproveché para reservar, a través de BOOKING, antes de llegar una habitación en el HOTEL GLORIA (50€ con desayuno, cama extra grande y parking privado por 5€ más). A pesar de alguna crítica negativa que tenía, nos pareció un buen hotel por la situación, personal (amable y hablaba perfectamente inglés), limpieza, amplitud de la habitación, cafetera de cápsulas por cuarto, baño con mampara, TV, mini nevera, etc. En cuanto a plazas de aparcamiento, sólo había 5-6, por lo que en la web recomiendan reservar (nosotros al ser día de semana no tuvimos ningún problema).
Al llegar a recepción pagamos la habitación y el chico que nos atendió, muy amablemente nos comentó que a las 18 horas había una visita guiada gratuita por la ciudad, por si nos interesaba. Nos pareció una genial idea, pero queríamos ir primero a comprar el billete de autobús para que Pelayo volviese al día siguiente a Svilengrad. Teníamos el tiempo justo así que cogimos el coche y lo aparcamos en la calle (el chico nos había recomendado en el aparcamiento del supermercado Billa, pero estaba cerrado). Preguntamos en la oficina de información de la Estación de buses y nos dirigieron a la taquilla de al lado, en donde en menos de dos minutos compramos el billete para el día siguiente por 20 Levas a Svilengrad (sólo hay uno al día, que sale a las 15:15 horas).
Al salir resulta que el coche tenía un cepo en la rueda y un papel en el cristal, evidentemente en búlgaro. No sabíamos qué hacer ni porqué nos habían puesto el cepo. Yo vi una chica aparcando al lado y le pregunté si hablaba inglés, respondiéndome que un poco. Resulta que estaba casada con un italiano así que nosotros en español, y ella en italiano, pudimos entender lo que pasaba. Resulta que aparcamos en la ZONA VERDE y para pagar hay que enviar un SMS a un teléfono búlgaro que entiendo que es como cobran.
En el papel de la multa venía un teléfono al que había que llamar para que se acercasen a quitar el cepo, una vez entregado el dinero de la multa. Después de aclararnos con el prefijo y los números que hay que marcar (creo recordar que era 0035070013233) si se llama desde un número extranjero, Pelayo consiguió que le cogiesen pero en cuanto empezó a hablar en inglés le dijeron que sólo entendían búlgaro y le colgaron. La chica entonces llamó desde su teléfono, les explicó lo que había pasado y dónde estaba el coche aparcado, además de facilitar el número de matrícula. Al poco rato apareció una furgoneta, le pagamos 15 Levas y nos sacaron el cepo. Nunca estaremos suficientemente agradecidos a esta chica… Así que mucho ojo con los carteles de la zona verde porque no se ven nada bien.
Arrancamos y nos dirigimos al hotel, en donde dejamos el coche aparcado y caminamos rápidamente hasta la CORTE DE JUSTICIA, pues es el punto desde el que salen las visitas gratuitas. Llegamos sólo con 5 minutos de retraso por lo que no hubo problema, aún estaba allí el guía, llamado Nikola, y un grupo mediano de personas de todas las nacionalidades.
Primero nos explicó un poco de la historia de Bulgaria y porqué había tanto barullo en la ciudad; resulta que era el día de graduación de los institutos y por eso había tanto claxon, globos y gente vestida de largo.
Nikola nos contó, para empezar, un resumen de la historia del país y la ciudad de Sofia, de origen tracio, nos habló de los distintos Imperios Búlgaros, de las invasiones de Alejandro Magno, romanos, hunos, eslavos, otomanos, etc.
El nombre inicial de la capital parece que era Serdica, y acabó llamándose Sofia probablemente por la Iglesia Hagia Sofia de la ciudad. Se trata de una de las capitales más antiguas de Europa y cuenta con algo más de un millón de habitantes. El país es una república desde 1946.
A lo largo de la visita vimos edificios de estilo otomano, ortodoxo, comunista, baños públicos, vías romanas, etc. Entre ellos destacaría la CATEDRAL DE ALEJANDRO NEVSKI, construida durante el siglo XIX, considerada una de las ortodoxas más grandes.
También nos relató orgullosamente cómo Bulgaria no envió finalmente a los judíos a los campos de concentración, como exigía Alemania.
Hay un punto muy interesante, a lo largo del recorrido, en el que en unos pocos metros cuadrados se pueden observar una MEZQUITA, una SINAGOGA, la CATEDRAL ORTODOXA y la CATÓLICA. En medio de todas estas construcciones hay unas ruinas romanas que afloraron durante las obras del metro. También aquí se encuentra la estatua de Sofía, icono de la ciudad, aunque al parecer no están muy contentos con la obra…
Como había una manifestación en el centro, tuvimos que cambiar la ruta y aprovechó para mostrarnos la antigua Iglesia de San Jorge, del siglo IV, que está dentro del MINISTERIO DE LA PRESIDENCIA y es uno de los templos más antiguo de los Balcanes.
Para rematar Nikola nos habló del ALFABETO CIRÍLICO, que tan de cabeza trae a los turistas, pues fue creado por San Clemente, nacido en el Primer Imperio búlgaro. Están muy orgullosos de que millones de personas en el mundo lo utilicen actualmente (rusos, bielorrusos, mongoles, macedonios, serbios, ucranianos, uzbecos, etc.).
Tras dos horas que pasaron rápido, pues Nikola hablaba muy bien inglés y era muy simpático. Le dimos algo de propina al final y aprovechamos para preguntarle un sitio para cenar, recomendándonos un local de comida tradicional búlgara. Aquí os dejo la opinión y más fotos de la visita que subí a Tripadvisor.
A continuación dimos un paseo por el animado BULEVAR VITOSHA, peatonal y repleto de tiendas, bares, etc. Su nombre hace referencia a los montes que rodean la ciudad. Nos sentamos a tomar algo en un sitio muy pijo llamado CAFÉ MEMENTO: Pela una cerveza y yo un cóctel de CANTO (especie de vermú), pagando 10’7 Levas.
Como Pelayo había pagado la habitación de hotel yo decidí invitarlo la última noche en un buen restaurante. Estuvimos leyendo en Internet y nos decidimos por SECRET, el primer restaurante del país que ofreció un menú degustación. Pertenece al chef BORIS PETROV, famoso por su participación como jurado en el Masterchef Búlgaro, pero con formación en el extranjero, incluyendo España, EEUU, países árabes, etc. Teníamos ganas de probar cocina búlgara moderna, cosa muy difícil de encontrar (de hecho creo que además de SECRET hay otro que se llama COSMOS y poco más).
Nos presentamos en el local, muy céntrico, y no hubo problema para sentarnos, pues sólo había un par de mesas ocupadas. El menú de carta no es muy largo, contando con varios entrantes, platos de mar, de tierra y postres. Proponen un menú de 12 (79’80L) o 17 platos (89’90 levas), decidiéndonos por el largo. También disponen de un menú vegano con 9 pases por 77’90 Levas. Las referencias de vino son nacionales y algunas internacionales (Austria, Nueva Zelanda, Italia, España, Estados Unidos, Francia, Chile, etc.) Los camareros comenzaron a servir un sinfín de platos con diversas técnicas, ingredientes, sorpresas, etc.:
-Aperitivo cortesía de la casa: cremas de queso son aceite y con kimchi.
-Electrolito: bebida a base de remolacha, manzana, zanahoria y lima curiosamente presentada en un recipiente con forma de bombilla con hielo seco en la base.
-Huevo poché con crema trufada.
-Apertitivos variados: ceviche, mini hamburguesa de Angus, tartar de buey, sobre tierra de wasabi, maiz, pipas, etc., originalmente servidos en una caja.
-Sunrise: salmon nigiri.
-From winter to Spring: tartar de vacuno.
-Sea and colours: ceviche y tapioca.
-Way of Garum-Caesar and India: pescado fermentado.
-Between Bulgaria and Italy: burrata y ensalada búlgara Snejanka; servido sobre hielo.
-France and nuts 2016: foie gras, cacahuetes, nueces y mermelada de cebolla, elegante plato con una ciudada presentación.
-Spain and Korea with pasta 2015: potente plato elaborado a base de tallarines y gambas al ajillo.
-McKenna’s Gold 2014: sopa vichyssoise servida dentro de un cubo de pan y polvo de oro como decoración.
-Calamari and concrete: calamares rebozados al estilo “hormigón” con crujiente de arroz.
-Salmon from the east 2015: salmon en sup unto exacto con salsa de sus proteínas, teriyaki, tierra de wasabi y ajo negro.
-Quails on the Beach 2008: gracioso plato con vegetales, maíz en distintas elaboraciones, caldo, etc. Dispuesto como si se tratase de una playa, con patito de plástico incluido.
-Crispy Confit and roots 2015: bocaditos de pata de cerdo con salsas de ajo, zanahoria y remolacha.
-Explosion 2011: cóctel de lima y menta con un bombón explosivo.
-Relas 2015: piruletas heladas de violetas, elaboradas directamente en la mesa.
-The sweet taste of the earth: un delicado postre elaborado con apio, zanahoria, remolacha.
-Easter: trampantojo con forma de huevo cocido que en realidad se traa de una panna cotta en nido de glucosa.
Para beber pedimos vino de Bulgaria:
-All in one 2013 de Dragomir: blanco elaborado con Chardonnay y Dimita (42 Levas/21€)
-Midalidare 2015: elaborado con Cabernet Sauvignon y Petit Verdot (35 Levas/17€)
La verdad es que disfrutamos mucho el menú, fue muy divertido y sabroso. Al acabar el servicio salió Boris a saludar y, como habla español muy bien, estuvimos de cháchara con él hasta cerca de la 1 de la madrugada. Los camareros eran agradables pero aún les faltaba algo de preparación, como nos comentó Boris, pues al parecer es difícil encontrar en Bulgaria personal comprometido con el negocio.
Nos sacó a mayores nuevos platos que estaba diseñando, para que le diésemos nuestra opinión: una cereza, una naranja, kimchi de elaboración propia, un cóctel de saúco, etc. Pagamos por todo 258 Levas/130€, lo que nos pareció un precio excepcional y un lugar muy a tener en cuenta a la hora de repartir la primera estrella del país. Aquí os dejo el enlace a las fotos y opinión que subí a Tripadvisor.
Tras la fantástica velada volvimos dando un paseo hasta el hotel y a dormir. Por cierto, la Bodega Midalidare, que se encuentra entre Stara Zagora y Plovdiv, dispone de hotel con spa y restaurante. Los vinos que hemos probado de ellos nos han encantado, así que podría ser una buena visita para los amantes del enoturismo. La entrada al spa son 10-15€ para los externos y gratuita para los huéspedes, que sería una buena opción para relajarse del viaje. Aquí tenéis el enlace a su web.
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