LUNES 20/06/2023
Me desperté sobre las 6 de la mañana por lo que aproveché para empezar a escribir este diario y leer un poco. Cuando se levantó todo el mundo preparamos el desayuno: huevos, tostas de tapioca con sésamo y chía, tomate rallado, tostadas de pan, lomo de cerdo, café, piña, etc. Vamos, que poco tenía que envidiar al buffet del hotel del día anterior…
Después acompañamos en coche a Alessandra hasta Aracaju, pues quería mostrarnos sus amplias playas, con olas muy pequeñas. El color era más bien oscuro, que por lo que nos contó Alessandra es porque la arena es muy fina y se mantiene en suspensión.
Hicimos una parada en el Club Duna, que está al lado de la playa, de motivos romanos, que a Alessandra le gusta especialmente. También en el Kite Beach Club, del que son ellos socios, pues allí juegan a menudo al tenis playa; cuenta con tres pistas en la playa, restaurante, zona de casetas, y club de Kite, un espacio estupendo para los amantes de estos dos deportes.
A continuación visitamos la famosa estatua de los arcos, en la Playa de Atalaia, uno de los símbolos de la ciudad de Aracaju. Paseamos un poco por la llamada Orla de Atalaia, con curiosas estatuas (por ejemplo una muy famosa con forma de cangrejo), y aprovechamos para sentarnos en un chiringo y tomar un riquísimo y fresco coco verde cada uno (5R cada coco).
De repente se puso a llover con todas las fuerzas así que tuvimos que atecharnos y esperar un poco hasta poder volver al coche. Nos quedamos con ganas de ver el Proyecto Tamar, que estaba por allí cerca, cuya labor consiste en una serie de acuarios con más de 70 especies marinas como tortugas, rayas, tiburones, moluscos, crustáceos, etc. con el fin de concienciar sobre la conservación de la naturaleza.
Una vez que paró un poco y conseguimos llegar al vehículo, nos adentramos en el centro de Aracaju que, al ser de relativa reciente construcción, es prácticamente una cuadrícula. Paramos en el Largo da Gente Sergipana que se trata de un conjunto de 8 esculturas cercanas a la desembocadura del río Sergipe al Océano Atlántico y que al parecer se trata de personajes folclóricos típicos del estado. Enfrente estaba el bonito edificio que alberga el Museu da gente sergipana.
A continuación visitamos el Mercado de Artesanía y el Mercado de Abastos, que están uno enfrente del otro, separados por una amplia plaza que da al río. La plaza estaba decorada con vistas a celebrar la fiesta del Forró, que es un género musical con su correspondiente danza, muy típicas de las fiestas populares del nordeste de Brasil, y su máxima celebración coincide con el San Juan. Podéis ver en este vídeo el bonito movimiento de las banderolas con el viento.
Vimos un montón de puestos de artesanía y alimentos variados, típicos de la zona. Compramos una salsa picante (llamada «15 segundos no inferno») en un estupendo puesto de guindillas, así como cacahuetes cocidos salados (de sabor especial, muy diferente a cómo los comemos en España), dulce de caju, etc. Llamó mi atención que Alessandra pagó casi todo por Pix, que es una aplicación que funciona como nuestro Bizum, cosa extraña a día de hoy en los mercados españoles.
Volvimos al condominio, donde Flavio se había quedado teletrabajando y Kayna y Bruna estudiando. Con la carne que sobró del día anterior prepararon un arroz carreteiro, plato típico brasileño; además ensalada, dulce de caju del marcado, fruta, etc. Estaba todo muy rico, incluido el vino, que era Susana Balbo 2018, un Malbec de Argentina.
Tras la sobremesa y una siesta reparadora posterior nos fuimos, sobre las 17 horas, en coche a comprar el pan a un local llamado Forneria, en la calle Melício Machado 545, donde hornean pan por la tarde. Al parecer aquí el pan se consume principalmente por la noche, en vez de como hacemos nosotros, que acudimos a las panaderías por la mañana. La tienda tenía un montón de variedades de pan, comida preparada, conservas y un largo etc. Cuando llegamos la gente hacía cola esperando a que saliese el pan francés recién horneado, alucinante. Cogimos varios patés (de queso, de salmón, de ricota con albahaca y de tomates secos) y diferentes panes, pagando 132R.
Flavio preparó para cenar un chuletón que había quedado del día anterior, además de los patés y diferentes viandas más, incluyendo estos dos vinos:
-Cono Sur Reserva Especial: vino tinto de Chile elaborado a base de Cabernet Sauvignon
-Quinta de bons-ventos 2019: vino tino de Lisboa
Tras un rato de charleta nos fuimos a dormir sobre las 23 horas.
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