Diario de Brasil, día 10 y 11: Aracaju

LUNES 27/06/2022

Nos levantamos sobre las 8 de la mañana y aprovechamos para desayunar todos juntos, como viene siendo costumbre. Luego compramos los billetes de bus para ir el miércoles a Salvador de Bahía. La cuestión es que teníamos que ir Flavio, Alessandra, Kayná, Bruna, el bebé, Pelayo y yo pero evidentemente todos no cabíamos en el coche así que decidieron que fueran en el autobús Pelayo y Alessandra (109R/persona). Kayná, Bruna y el bebé cogerían en Salvador un avión hasta Espirito Santo, que es donde los esperaba la familia de Bruna y donde iban a examinarse de una oposición, para quedarnos Flavio, Alessandra, Pelayo y yo unos días en Salvador de Bahía antes de coger el avión de vuelta.

Cocinando en la estupenda terraza de Flavio y Alessandra

 

Esta noche venían a cenar a casa de Flavio y Alessandra unos cuantos amigos así que fuimos a hacer la compra, con el fin de que Pelayo cocinase algún plato español. Esta tarea no fue sencilla, de hecho tuvimos que ir a tres centros comerciales hasta que encontramos todos los ingredientes. El menú era el siguiente: tortilla española, mejillones, pulpo con cachelos y ossobuco guisado.

Tortilla
Mejillones
Guiso de carne

Para el mediodía prepararon pollo con puré de ñame, curry y genjibre, muy bueno, así como mango de postre, que está mucho más sabroso que el que comemos en España. Dormí algo de siesta mientras Pelayo preparaba el guiso de carne para la noche. Los amigos de Flavio y Alessandra comenzaron a llegar sobre las 19 horas: Marcelo y Aile, Marilia, Adriana y Marco. Además también cenaron con nosotros Bruna y Kayna.

Estupenda velada entre amigos

Los ploatos quedaron riquísimos, fue un éxito. Tras la cena comenzó una serie de rondas de cachaças y demás copas hasta las 23 horas, que fue cuando los invitados se marcharon. La verdad es que fue una estupenda jornada, a pesar de que yo estaba con algo de gastroenteritis.

MARTES 28/06/2022

Nos levantamos sobre las 8m, yo seguía con gastroenteritis así que sólo desayuné una manzanilla. Tras el desayuno fuimos con Flavio al Club de Tenis Playa Kite Surf pero hacía mucho viento y la arena estaba como una piedra, después de haber llovido tantísimo así que no pudimos jugar. Pelayo aprovechó para darse un baño en las aguas revueltas pero cálidas y luego nos tomamos un coco cada uno en el bar del club (22’77R/4’27€). Más tarde compramos varias cachaças para llevar para España en un supermercado: una blanca llamada 43 y otras dos de Weber, que es una marca que me encanta (la de madera de umburana y la de siete maderas), pagando por las tres botellas 254R/47’8€.

Cocos en Club de Tenis Playa Kite Surf

Comimos al mediodía unas bolas de arroz frito que preparó Alessandra, muy ricas, además de lo que había sobrado del día anterior. Tras la siesta Kayna se levantó vomitando y con diarrea así que fue con Alessandra al médico mientras Flavio se quedó trabajando. Pelayo y yo aprovechamos para dar un paseo por el condominio, encontrándonos de casualidad con Samara: nos dijo que si queríamos jugar al pimpón con su hijo de 13 años a lo que accedimos rápidamente. Estuvimos un buen rato jugando con el chaval, llamado Edoardo, que era mu educado y hablaba algo de español porque estudiaba en el colegio. Jugaba muy bien así que conseguí ganarle solamente un par de partidas y Pelayo no tuvo éxito…

Playa de Aracaju

Cuando volvimos a la casa resulta que Kayna ya había vuelto pero como se había puesto malo el bebé, se habían ido con él al hospital Bruna y Alessandra. Cuando volvieron resulta que el bebé tenía bronquiolitis y el médico no le recomendaba coger el avión al día siguiente para ir a Espirito Santo. Se nos complicaba por tanto el viaje. Tras deliberar entre todos, decidimos que Pelayo y yo iríamos en bus a Salvador a las 7 de la mañana, como estaba previsto, y ellos decidirían si cogían el avión o si tiraban en coche hasta Espirito Santo (que era una buena tirada de 19 horas de coche) o no se presentaban al examen. Flavio pudo cambiar el nombre de Alessandra por el mío sin ningún problema, cosa que no sé si hubiese sido tan sencillo en España…

Cenamos todos juntos, a pesar de las enfermedades variadas, por última vez en Aracaju y nos fuimos a dormir.  Nos dieron la tarjeta de teléfono de Kayna para meterla en nuestro móvil y estar en contacto con ellos al día siguiente, además de poder pedir un Uber, usar Google Maps y todas esas aplicaciones sin las que ya es imposible viajar hoy en día…

 

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