Diario Algarve, Huelva y Cádiz, día 12: Aracena

MIÉRCOLES 23 SEPTIEMBRE 2020

Nos despertamos tranquilamente en el Hotel Ayre de Sevilla, hicimos las maletas y bajamos a recepción para pagar el parking, que fueron 10€. La verdad es que el precio de este hotel fue excelente y las instalaciones una maravilla. Pusimos rumbo a Huelva, pues queríamos Aracena, en la Sierra de Aracena. Al haber bastante turismo y mucho empleado temporal (Minas de Río Tinto, Aguas Tintas, El Pozo, etc) el alojamiento nos pareció bastante caro para una localidad tan pequeña. De camino telefoneé a un alojamiento llamado El Molino, en cuya página web figuraban 56€ por la habitación doble, pero por teléfono me pidieron más así que me decanté por otro, Los Cinco Balcones (60€/noche) y fue lo mejor que hicimos.

Casa Rural Los Cinco Balcones

El dueño del alojamiento Los Cinco Balcones, llamado Miguel, es estupendo y me atrevo a decir que nuestro viaje no hubiese sido igual sin él; guardamos un gran recuerdo de nuestra estancia en Aracena, fue una parte especial del viaje.

Calles de Aracena y su Castillo al fondo

Miguel nos ayudó durante todos los días proponiendo excursiones, recomendando restaurantes, lugares a visitar, preparando unos estupendos desayunos por la mañana, etc. El cuarto, por cierto, era amplio, bonito y limpio.

Aracena

Dejamos el coche aparcado enfrente del alojamiento, dejamos las maletas y charlamos un buen rato con Miguel. Después nos dirigimos al Museo del Jamón, en cuya entrada adquirimos el ticket conjunto para el Castillo de Aracena, la Gruta de las Maravillas y el Museo del Jamón (12’5€/persona). Para la Gruta te ofrecen una hora de visita concreta, pues es guiada y depende de la disponibilidad, así que nosotros escogimos para las 17:45 de esa misma tarde. Las otras dos atracciones tienen entrada libre, por lo que se pueden visitar sin reserva dentro de su horario de apertura.

Museo del Jamón de Aracena

Entramos sobre las 13:15 al Museo del Jamón, pues cerraban a las 14, así que nos tuvimos que dar prisa en ver la exposición. Fue una pena no disponer de más tiempo, pues era realmente interesante. El Museo consta de varias salas cuyo protagonista es el cerdo y podremos por tanto conocer su crianza, vida en la dehesa, alimentación, matanza, curación, etc. También podréis conocer cómo elaboran jamón en otros lugares del mundo, exposición curiosa.

Partes del cerdo

Llamó mi atención un dato: se encontraron restos de cerdo doméstico en China, en excavaciones que datan de4300 AC (Neolítico) y es que este animal ha acompañado al humano desde hace mucho tiempo. También aprendimos a diferenciar la raza ibérica, de gran calidad, de las demás razas blancas: patas finas y largas, hocico afilado, que por su metabolismo es capaz de infiltrar una buena cantidad de grasa en el músculo (dando textura, jugosidad y sabor). Me hizo gracia también la figura del Concejil, que era un pastor que se encargaba de recoger los cerdos de los vecinos y los llevaba a comer a las dehesas comunales; al final del día volvía con ellos, pero cada uno se sabía el camino para su morada, sin tener que acompañarlos.

Restaurante Casas deGa Aracena

Tras la visita buscamos un local para comer que nos había recomendado Miguel, Restaurante Casas, muy cerca de la entrada a la Gruta. Cuando llegamos estaba a tope así que el camarero nos dijo que estaban completos; al decirle que veníamos de parte de Miguel avisaron al dueño (un señor muy mayor llamado Manolo) y enseguida nos sentaron en una mesa de dos al lado de la entrada. Pedimos lo que nos aconsejaron:

-Aperitivo de la casa

Restaurante Casas. Aracena

-Migas

Restaurante Casas. Aracena

-Secreto ibérico

Restaurante Casas. Aracena

-Secreto ibérico

Restaurante Casas. Aracena

-Tocinillo del cielo

Restaurante Casas. Aracena

Además de raciones abundantes, estaba todo buenísimo. Nos sirvieron un plato, a modo de aperitivo cortesía de la casa, de tomate con salchichón ibérico que estaba delicioso. Pagamos por todo 65’20€, lo que nos pareció un precio más que correcto. Nos llamó la atención que Manolo, a pesar de los años que tenía, era el que más trabajaba, siempre muy atento a todas las mesas, da gusto un profesional así, que ya podía estar jubilado pero sigue con su pasión.

Castillo de Aracena

Tras la genial comida dimos un paseo hasta el Castillo de Aracena, que está en lo alto de una colina (y por tanto desde ella hay unas bonitas vistas del lugar). Había un sistema de audio guías a través de códigos QR que fuimos siguiendo: viviendas, alcázar, patio de armas, aljibes, Iglesia Prioral Nuestra Señora del Mayor Dolor (la más antigua de Aracena, construida entre los siglos XIII-XV, de estilo gótico-mudéjar), etc. Había alguna parte cerrada al público que no pudimos visitar, imagino que en restauración, así que la visita no nos llevó mucho tiempo. Se trata de un castillo-fortaleza que fue construido por el Reino de Portugal en el siglo XIII tras invadir un asentamiento musulmán.

Vistas de Aracena desde el Castillo

Volvimos al centro de Aracena donde visitamos el lavadero, cuyas aguas provienen del interior de la Gruta de las Maravillas. En la Plaza anexa había unos llamativos bancos con baldosas en donde se representan las figuras más conocidas de la cueva: los garbanzos, los nenúfares, etc.

Lavadero de Aracena

Nos sentamos un rato en una de las agradables terrazas de la plaza para beber algo y hacer tiempo hasta la visita a la gruta: tomamos dos aguas con gas, pagando 3€. Cuando se acercó la hora nos dirigimos hasta la entrada, donde nos hicieron una foto, que luego te venden al salir por 8€, además de medirnos la temperatura.

Entrada a la Gruta de las Maravillas

Una vez dentro no se permite hacer fotos así que sólo puedo enseñaros una de la entrada pero ninguna de las maravillosas estampas que allí contemplamos, no teníamos ni idea de que había una gruta así en España. El recorrido consistió en 1’2 kilómetros, con una guía muy agradable, que nos fue señalando las partes más importantes. Al parecer sólo se enseña una pequeña parte y, de hecho, siguen investigando y accediendo a zonas nuevas.

Aracena
Gruta de las Maravillas

Fue una estupenda visita, de unos 45 minutos de duración, que recomiendo vivamente. Se trata de un recorrido de un sentido donde abundan formaciones impresionantes, varios lagos espectaculares, columnas, cortinas, coladas, estalactitas, estalagmitas, etc. Fue descubierta a finales del siglo XIX y finalmente abierta al público en 1914. Consta de tres alturas diferentes por la que corre agua que sale al exterior desembocando en el lavadero, como ya mencioné antes.

Una vez fuera nos dirigimos al hotel, pasando por delante de la Confitería Rufino, donde había una enorme cola y es que al parecer hacen unos pasteles riquísimos (que quedan pendientes para la próxima vez). Una vez en Los Cinco Balcones nos tomamos un café y dos cervezas con Miguel en el bar, es encantador.

Gastrobar Russes

Tras una ducha y un poco de descanso salimos a cenar a un local que nos recomendó Miguel: Gastrobar Russes, y la verdad es que nos encantó. Se trata de un negocio familiar en el que trabajan los padres y cinco hijos. Se llevan tan bien que incluso pasan juntos las vacaciones, algo que llama la atención. El local está reformado, moderno y con buen gusto. Pedimos varios platos:

-Salmorejo de mango

Gastrobar Russes. Aracena

-Ensaladilla de pulpitos

Gastrobar Russes. Aracena

-Oreja frita

Gastrobar Russes. Aracena

-Cochinillo

Gastrobar Russes. Aracena

Las raciones eran abundantes y excelentes de sabor, de hecho fue demasiada comida (no pudimos acabarnos el cochinillo y tampoco pedir postre). Quisimos probar vinos de la zona así que nos sirvieron dos blancos y tres tintos del Condado de Huelva que nos gustaron bastante, sobre todo Viña Barredero en blancos y Vallehondo en tintos:

-Viñalúa de Bodegas Marqués de Viñalúa, y Viña Barredero de Bodega Contreras Ruiz

Russes Gastrobar. Aracena

-Vallehondo Syrah de Bodegas Ruiz

Russes Gastrobar. Aracena

-Bemoles, vino tinto plurivareital elaborado por la Bodega Cerro San Cristóbal, de Almonaster La Real (muy cerca de Aracena)

Russes Gastrobar. Aracena

Pagamos por todo 47€, lo que nos pareció un regalo. Tras la comida nos quedamos un buen rato charlando con Javi y Jose, dos de los cinco hermanos, grandes amantes del vino. Nos gustó tanto el local que decidimos reservar mesa para el día siguiente.

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