Bodega Ramos Pinto. Oporto

Oporto es una ciudad que nos encanta y no nos cansamos de volver. En esta ocasión fuimos seis amigos a pasar el día en la ciudad y cenamos en un resturante que tenían ganas de probar que se encuentra en Vila do Conde, otra localidad muy recomendable.

Por motivos laborales no pudimos llegar a Oporto mucho antes del sábado a la hora de comer. Como la bodega Ramos Pinto se encuentra en el Barrio de Vilanova de Gaia nos dirigimos allí directamente con el coche y lo dejamos en un parking privado, pues es prácticamente imposible.

Decidimos subir al teleférico así que compramos los billetes  por 9€ por persona (6 euros de teleférico y 3 euros de una invitación a un vino en una bodega concertada). El viaje dura unos pocos minutos, pues sube hasta el puente de Luis I. Desde allí hay unas preciosas vistas pero considero que el precio es exagerado, de hecho si vais en coche es mejor opción subir con él o incluso dando un paseo.

Una vez arriba tomamos un montón de fotos, ya que hay varios puntos estratégicos desde donde se divisa la desembocadura del río Douro de una forma espectacular. El vino lo degustamos después de la Bodega de Ramos Pinto por lo que dejó bastante que desear… Creo que no merece la pena pagar 3 euros por esta degustación, yo pagaría sólo los 6€ del teleférico, si es que os apetece subir.

A continuación buscamos un sitio para comer por Vila Nova de Gaia,  que es el distrito en donde se encuentran las famosas bodegas de vino de Oporto, decantándonos por BACALHOEIRO, que se encuentra justo en el paseo que borde el río. En mi opinión desde allí podréis hacer las fotos más bonitas de la ciudad.

Como su nombre indica, está especializado en bacalao. Es un lugar en el que, a pesar de estar en una de las zonas más turísticas de Portugal, comimos correctamente. No es el mejor lugar, dado que los precios están inflados, pero no nos quedaba mucho más tiempo antes de comenzar la visita a la Bodega Ramos Pinto. Aquí tenéis la opinión que escribí en Tripadvisor de este restaurante, con fotos de los platos.

Tras la comida nos dirigmos a la Bodega, en donde ya habíamos reservado las entradas para la única visita que tenía plazas libres, que era la última del día, concretamente a las 17 horas y en inglés. Por lo que nos explicó la chica del mostrador, la primera persona que se inscribe en la visita decide el idioma. Por cierto, pagamos 6 euros por persona, lo que me pareció un precio más que razonable.

Esperamos al guía en el hall, que es precioso, con un espectacular techo de madera. Enseguida apareció, presentándose como Nunho, y nos informó que la visita se dividía en dos partes:

-Museo: se muestra una serie de preciosas estancias de madera en las que se exhiben objetos de la época, etiquetas, etc. En esta parte no se pueden tomar fotografías.

Allí el guía nos contó la historia de la bodega, fundada en 1880 por Adriano Ramos Pinto (1859-1927), quien desde el origen fue innovador, provocador y adelantado a su época. Tenía muy claro que sus vinos serían de mucha calidad. Los carteles publicitarios, en los que aparecían a menudo mujeres desnudas, fueron muy polémicos para la época.

Había en las vitrinas expuestos varios regalos que la marca ofrecía hace muchos años a sus clientes y que eran verdaderos artículos de lujo; por lo que nos contó el guía a veces entraban a robar en las tiendas para llevarse estos obsequios, en vez del vino.

Me llamó la atención una botella que llevaron dos pilotos en el primer viaje que se hizo en avión para cruzar el Atlántico (en teoría tenían para ofrecérsela al presidente de los USA de la época). Tuvieron una avería por el camino y muchas horas después fueron finalmente rescatados. Durante ese período tan largo de espera se bebieron el vino, por lo que la botella volvió vacía para Portugal.

Nos mostraron una sala en la que Adriano y su hermano Antonio se reunían con sus clientes para hacer negocios. Había una especie de trono en el que se sentaba el agraciado para hacerle todos los honores y que se sinitese como un rey.

-Bodega: nos enseñaron la pequeña bodega que hay en el edificio principal, pero al parecer tienen otra nave a unos kilómetros mucho más grande. Vimos los toneles de roble francés apilados en filas, los cuales están a una temperatura constante todo el año.

El guía nos explicó que el vino de Oporto es fortificado y se elabora a partir de uvas propias que se encuentran en la zona del Douro (concretamente poseen 360 hectáreas):

-blanco: Gouveio, rabigato, Viosinho y Malvasía fina.

-tinto: Toruiga Naiconal, Touriga Franca, Tinta Barroca, Tinta Roriz y Tinto Cao.

Nos explicó que no dejan que el mosto termine la fermentación, añadiendo para ello aguardiente vínico neutro, el cual no es de elaboración propia. Este proceso se llama apagamiento y provoca que quede azúcar residual a la vez que aumenta la graduación alcohólica.

A continuación volvimos al Centro de Visitas y allí nos dieron a degustar un vino blanco y un tawny que nos encantaron. Nos sentamos en la mesas del hall y allí lo bebimos tranquilamente. Disponen además de una pequeña tienda en la que podéis comprar vino, objetos de la marca, posters, etc. Por cierto, como desde 1990 pertenecen al Grupo Roeder, podréis comprar en la tienda mucho más que Ramos Pinto.

por cierto, el guía nos advirtió que, una vez abierta una botella de vino de Oporto, hay que consumirla durante los 2-3 días siguientes como máximo porque sino se oxidará.

Tengo que decir que es la visita más bonita de todas las que hemos realizado en Vilanova. Por si os interesa, hay visitas guiadas todos los días del año de 10 a 17 horas (excepto el 1 de enero, domingo de Pascua y Navidad). Si no os da tiempo a hacer la visita guiada, al menos entrad a ver el hall, el cual puede visitarse libremente de 10 a 18 horas.

Tras la visita recogimos los coches del parking y nos dirigimos al hotel que habíamos reservado en Vila do Conde, pero no os lo voy a recomendar porque fue muy caro para lo que nos ofrecieron.

Buscamos alojamiento en esa localidad porque nuestros amigos querían cenar en el famoso restaurante ROMANDO PRIVÉ, en donde al parecer había estado Cristiano Ronaldo en alguna ocasión. Tengo que decir que es un local muy moderno, con gente MUY arreglada pero la comida nos gustó y no fue tan caro como podríamos haber pensado al ver el local y su ambiente. Puede ser un buen lugar para celebrar una cena romántica o especial. Os dejo aquí la opinión que escribí en Tripadvisor.