JUEVES 28 SEPTIEMBRE 2017
El desayuno terminaba a las 9 así que nos levantamos una hora antes, más o menos. En el comedor había gente un poco rara; por ejemplo un señor dejó cuatro niños solos desayunando y al cabo de un buen rato volvió con tres más!! Aunque la verdad se portaron muy bien mientras estuvieron sin vigilancia. Aquí podéis ver la opinión y fotos que subí a Tripadvisor del Hotel Magnuson Grand Memphis Airport-Graceland.
Recogimos las maletas y nos acercamos en el coche a Graceland, la casa donde vivió Elvis Presley, El Rey del Rock, desde los veintidós años hasta su muerte, lo que nos llevó alrededor de 5 minutos. Dimos una vuelta por el exterior (se ve un gran complejo, dos aviones, etc) pero declinamos entrar, pues la entrada costaba 35$/persona+10$ de parking y había que echar por lo menos una mañana entera para algo que tampoco nos enamoraba.
Nos fuimos entonces al Sun Studio, en el número 706 de Union Avenue, que dispone de parking gratuito en un lateral del edificio. Fue el estudio de grabación de la discográfica Sun Records, abierto en 1950. Se supone que allí se grabó la primera canción de rock and roll y por tanto el lugar de su nacimiento: «Rocket 88», de Jackie Brenston y los Delta Cats. Numerosos artistas de Blues, R&B, Gopel, Country y rock grabaron en el Sun Studio a lo largo de sus años de vida: B.B.King, Elvis Presley, Johny Cash, Carl Perkins, Roy Orbison, Ray Harris, Jerry Lee Lewis, U2, etc. Actualmente durante el día es visitado por numerosos turistas y por la noche sigue funcionando como estudio de grabación, desde 200$/hora.
Cuando llegamos la puerta estaba cerrada, cosa que nos extrañó, pues según el cartel abría a las 10 de la mañana ya eran las 10:20, según nuestros relojes. Al rato abrieron y nos vendieron los tickets de la visita guiada (14$/persona) para las 10:40. Os advierto que no existe la posibilidad de visitarlo libremente. Estuvimos sentados en la cafetería de la planta baja esperando, viendo como pasaban grupos cerrados de turistas. Aprovechamos el tiempo muerto para comprar unas chapas y unas púas (6$).
Tras más de una hora, y con un buen cabreo, entramos con un montón de gente, y es que apenas cabíamos en las salas. Nos mostraron la planta de arriba, en donde hay expuestos objetos antiguos, aprovechando para contar la historia del estudio, reproducir algunas de las canciones que allí se registraron, contar numerosas anécdotas (ej: cómo grabaron The Prissioners, que eran prisioneros de cárcel que fueron cuidadosamente vigilados por guardias durante el proceso), etc.
Luego nos dirigimos a la sala de la planta baja, donde hay instrumentos y fotos antiguas. Allí había uno de los 5 micrófonos originales con los que grabó, por ejemplo, Elvis su primera canción. Allí el guía nos relató historias sobre los inicios de Elvis y sus primeros contratos.
Dedicó un buen rato a hablar del Cuarteto del Millón de dólares, formado por Elvis Presley, Jerry Lee Lewis, Carl Perkins y Johnny Cash. Al parecer esos cuatro artistas coincidieron casualmente en Sun Studio el 4 de Diciembre de 1956 y decidieron tocar y cantar juntos. En 2003 salió un disco que se supone contiene el fruto de esa inesperada reunión.
El guía, que sabía tocar varios instrumentos, nos mostró cómo tocaban los músicos de Johny Cash, valiéndose de un billete de 1$ colocado en el mástil de la guitarra para parecer que había percusión, sin realmente existir ésta, con el fin de que los fans del country no lo rechazasen.
La visita duró menos de una hora pero a mí se me hizo larga por varias razones: el acento del guía era indescifrable, no conocía prácticamente nada ni nadie de los que estaba hablando, pues soy una “ignorante musical” y tenía un cabreo monumental tras una hora de espera para poder entrar.
Abandonamos Sun Studio y nos dirigimos en coche al centro de Memphis. Al ir a pagar en el parkímetro, ¡¡¡resulta que nos dimos cuenta de que allí era una hora menos!!! No sólo no habíamos esperado la supuesta hora en el Sun Studio, sino que nos habían dejado entrar en el local antes de la hora de apertura… Qué lerdos somos…
Nos pareció fácil aparcar y barato, pues se puede dejar en la calle durante dos horas por 3$ (luego se puede echar más dinero sin mover el vehículo). Otra opción es dejarlo en un parking privado todo el día durante por 5$, una ganga si comparamos con Nashville. Fuimos a dar una vuelta por el Orpheum, Main Street, Gayoso Street, Beale Street, etc. Vimos alguno de los preciosos murales de la ciudad, que por cierto os dejo aquí un enlace a una guía en la que se recogen todos.
Paseando por la preciosa y mítica Beale Street, que está llena de famosos carteles y neones, conocidas tiendas y locales como el de B.B. King (oriundo de la ciudad) o el Hard Rock Café, decidimos entrar en una antigua tienda llamada Schwab, que llamó mi atención desde fuera. Fue todo un acierto, pues albergaba en su interior un montón de curiosidades y antigüedades. Aprovechamos para comprar varios regalos y detalles: dos colgantes de mini harmónica, dos hebillas de cinturón, una camiseta, una harmónica, caramelos de barra y un cartel de la Highway 61 (pagando por todo 108$).
También disponían de cafetería así que aprovechamos para tomar algo allí, en la bonita y antigua barra. Probamos dos cervezas locales que nos ofreció la amable camarera, Ananda Pale Ale (IPA) y Ghost River Golden Ale (IPA), que resultaron estar muy buenas. Además probamos unos tamales caseros muy ricos, cobrándonos por todo 12$ (le dejamos 15$ con la propina).
Al salir de la tienda preguntamos a unos de los trabajadores dónde se comían las mejores costillas de la ciudad, pues Pelayo tenía antojo de ellas, respondiendo que en King Lerry Lawler, local que se encontraba en la misma calle y que pertenecía a un gladiador americano retirado.
Nos acercamos primero hasta la fábrica de guitarras Gibson, que estaba a tres minutos caminado de Bale Street, pasando por delante del DefexForum (donde juegan los Grizzlies) con el fin de reservar dos plazas en la visita guiada de las 15 horas, pues las anteriores ya estaban completas. Aprovechamos entonces para meter el coche en el parking de Gibson, que costaba 5$ todo el día (así que si pensáis hacer la visita os recomiendo que aparquéis allí directamente desde el principio y así os olvidáis del vehículo toda la jornada).
De ahí nos dirigimos al restaurante que nos habían recomendado, lleno de fotos del gladiador, y con buena música en directo (estaba tocando un músico llamado Chris Gales). De hecho en prácticamente todos los locales de la calle había conciertos, principalmente de Blues, a cualquier hora. Pedimos los platos que nos recomendó la camarera:
-Alitas de pollo
-Costillas
Estaba todo muy rico pero no pudimos acabarlo, pues las raciones eran enormes, pagando 56$. Salimos apurados porque llegábamos justos a la visita de Gibson, donde por cierto pagamos 10$/persona. Como podréis comprobar, las dos visitas (Sun Studio+Gibson) salen más baratas que la casa de Elvis Presley, así que si vais con poco tiempo sopesad qué os interesa más.
El guía que nos tocó para la visita era más raro que un perro verde, además de soso, y con acento complicado (empiezo a sospechar que el acento de este Estado es jorobado…). Para complicar la situación, el micrófono que llevaba distorsionaba un montón la voz, y el vocabulario técnico de las guitarras que utilizaba era totalmente desconocido para mí (ya ni siquiera en español…), así que la visita fue un poco tediosa. Entiendo que si sois amantes de la música y las guitarras os encantará, pero vuelvo a repetir que soy una ignorante musical y tengo menos oído que un cactus. Por cierto, no se pueden hacer fotos en el interior de la fábrica.
Durante la visita vimos una guitarra firmada y utilizada por B.B. King, expuesta en un pasillo como si nada, así como a los trabajadores en los distintos puestos de la cadena de fabricación.
Tras la visita cogimos el coche y nos dirigimos al Motel Lorraine, donde mataron a Martin Luther King (actualmente es el Museo Nacional de los Derechos Civiles). Sólo pude hacer unas fotos, pues cuando llegamos estaba ya cerrando.
A pocos minutos del motel se encuentra el Restaurante Arcade, el más antiguo de la ciudad y donde Elvis iba a menudo a comer el famoso sándwich de peanut butter con plátano (que, por cierto, a pesar de que lo ofrecen en todos lados, no tuvimos valor de probarlo…). En este local se han grabado escenas de varias películas.
De ahí nos dirigimos a la gran Pirámide que llama la atención desde que uno se acerca a Memphis. Antiguamente fue un estadio de baloncesto, pero actualmente es una enorme tienda de caza y pesca, Bass Pro Shops, en donde uno se puede encontrar las cosas más insospechadas: lagos artificiales con lanchas, grandes acuarios, cientos de animales disecados (entre ellos dominan los patos colgados del techo), caimanes y enormes vivos, un mirador y restaurante en la parte más alta (para subir hay que pagar 10$).
Además hay un sinfín de armas de todo tipo (y galería), bolera, spa, el Museo del pato y al parecer un hotel llamado Big Cypress Lodge, cuyas habitaciones están en las copas de los árboles (os recomiendo ver el vídeo de su web, no tiene desperdicio). Un lugar curioso como pocos he visto, difícil de calificar…
Al salir pusimos rumbo hacia Jackson, capital del Estado de Mississipi, siguiendo la Ruta 61 principalmente. Pasamos por cientos de campos de algodón y cipreses de agua, que conforman un fantástico paisaje. Atravesamos pequeños pueblos semiabandonados que metían miedo. De hecho tuvimos que parar a echar gasolina en una de las pocas estaciones que nos encontramos, la cual poco le faltaba para ser fantasma. Había gente muy rara y gritona echando gasolina pero los trabajadores fueron amables y no tuvimos ningún problema con nadie (36$).
El viaje fue estupendo, y yo aproveché para hacer mi primera toma de contacto con la música a través de la harmónica que habíamos comprado en Bale Street. La verdad es que Memphis es un lugar maravilloso, de obligada visita.
Antes de llegar al destino reservé una habitación a través de Booking en las afueras de la ciudad llamado Quality Inn & Suites Jackson International Airport por 66$ (que, como podéis sospechar estaba al lado del aeropuerto). Al llegar comprobamos que la habitación era estupenda: amplia, limpia, etc, así como muy amables en recepción.
Estábamos cansados y todavía llenos de las costillas de la hora de comer así que ya no salimos ni a cenar.
Total Kilómetros Road Trip = 2210 + 370 = 2580 km
Cuando he visto el artículo y me he dado cuenta de que era una serie, he entrado con la intención de leerlos todos, pero la verdad, este me ha quitado las ganas, a lo mejor leo el de Nashville o el de Jackson y no se si habréis pasado por Missisipi o Alabama, pero a ver si me explico.
Para ver ciertos sitios, hace falta saber a lo que vas, puedes ir a NY y mola mucho subir al Empire, mola mucho ver el puente de Brooklin o ir a LA y ver Hollywood y los estudios de cine.
Pero si haces un Nashville-Jackson-Memphis.ZOna del Mississippi- Alabama- New Orleans, tienes que saber a que vas y saber del tema, en este caso, tener una cultura musical mas que suficiente: Si entras en SUN Records, tienes que saber que estás pisando terreno sagrado y en mayúsculas, Graceland, es Graceland (y a mi Elvis como que puf, pero es inconcebible lo que estas viendo sin el), Bale Street, no se puede ver así, dejasteis de ver a mucha gente y de entrar en muchos sitios, posiblemente podríais haber conocido a Jerry Lee en el Honky Tonk o en su rancho, es fácil de encontrar.
Por cierto, la gente no habla raro, es inglés de los estados del sur, rápido, un poco cerrado, con las palabras muy pegadas y el de Tennessee no es, ni mucho menos el que peor se entiende, es problema de tu inglés, no de su acento, a mi tambbién me paso las primeras veces que fuí.
Cuando cuentas tus impresiones en el artículo, lo dejas como bueno, vale, Memphis es chulo, pero mira. No, no es así, la frase es: Si no tienes nada que ver con el RNR y su historia, ni te molestes, si te gusta el RNR, va a ser el viaje de tu vida, incluso si no te va el rollo rockabilly o country, si te va el rock de los 60, el de los 80, el heavy, ahí tienes todas las raíces.
Por favor, no se puede escribir tan a la ligera.