Diario Costa Este USA y NY, día 11: Nashville-Memphis

MIÉRCOLES 27 SEPTIEMBRE 2017

Nos levantamos cansados, pues la noche se hizo dura debido a los vecinos de habitación, que se pasaron toda la noche discutiendo y el hijo pequeño llorando. Además a las 6 de la mañana un camión se puso a cargar y descargar durante casi media hora, haciendo un ruido terrible. El desayuno se servía en una de las habitaciones del hotel, más bien pequeña, y había poca cosa: tostadas, bollos industriales, mermelada, café malo, té y poco más. Hicimos el check out y nos dirigimos al centro de Nashville. No volvería a alojarme en este hotel, aquí tenéis la opinión y fotos que subí a Tripadvisor del Fiddlers Inn.

Partenón de Nashville

Primero visitamos el Partenón, que es una copia en escala real del que está en Atenas, pero como se supone que estaba en su momento de máximo esplendor (con friso y construcción completa, incluido el interior y la estatua de Atenea). No tuvimos problema para aparcar en las inmediaciones, que es gratis, y pagamos la entrada al edificio (6$ Pelayo y 5$ yo con el carnet de la Universidad).

Partenón de Nashville

Partenón de Nashville

En la planta baja había una pequeña colección de cuadros de pintores locales del siglo XIX y XX, además de una exposición sobre el origen del edificio, que fue la Exposición del Centenario de Tennesee, en 1897, en la que se conmemoraba el centenario de su unión a USA. Tras la celebración se suponía que el edificio iba a ser desmantelado pero la ciudad decidió, dado su éxito, mantener la construcción. Con el tiempo se fue degradando, pues los materiales eran muy pobres, así que se tiró abajo en 1920 y se construyó uno nuevo y duradero en su lugar. Para su elaboración estudiaron a fondo los restos que se encuentran en el Museo Británico, y se pintaron como teóricamente estaban los originales.

Partenón de Nashville

En la planta alta se encuentra la réplica de la enorme estatua de Atenea de Fidias, diosa de la sabiduría y protectora de Atenas, tal y como se cree que era, pues se perdió hace muchos años. La copia es obra del escultor Alan Lequire y se inauguró en 1990. La antigua era de oro y marfil pero la actual está construida con materiales más comunes como la fibra de vidrio y el cemento. Pinchando aquí podréis ver más fotos del Partenón.

Farmer's Market NashvilleFarmer's Market Nashville

Tras la visita al Partenón paseamos por el Parque del Centenario, un lugar muy agradable. A continuación nos dirigimos al Farmer’s Market, que también dispone de aparcamiento gratuito, para ver los productos de la zona. No estaba ni mucho menos lleno pero los puestos de verdura y fruta que había estaban muy bien colocados y decorados. Había una zona de pequeños locales de comida que me encantó, fue una pena que acabásemos de desayunar… Aquí podéis ver más fotos del mercado que subí a Tripadvisor.

Estadio de los Titans

Edificio Batman

De ahí nos dirigimos al centro de la ciudad pero los parkings privados eran carísimos (el más barato 20$ por 4 horas) así que intentamos dejarlo en la calle. Una vez que encontramos sitio, cerca del río (desde donde se ve el Estadio de los Titans), nos tuvimos que enterar de cómo funcionaban los parkímetros: sólo valen monedas y se puede dejar un máximo de dos horas. Teníamos monedas para una hora así que dimos una vuelta por los alrededores viendo la reproducción del Fuerte de Nashborough (que sirvió para protegerse contra los Cherokee) el Hard Rock Café, el llamado Edificio Batman (llamado realmente AT&T Building), monumento a los indios, el Wild Horse Saloon, una zapatería de botas y sombreros de cowboy, etc.

Tienda de botas

Gorros de cowboy

Antes de volver al coche compramos en una tienda unas bebidas y algo de picar por 13$. Estaba regentada por un egipcio muy amable que nos avisó de que no bebiésemos la lata de cerveza por la calle, pues estaba prohibido, así que nos entregó un vaso de plástico (algo que no entendí muy bien por qué sí se puede beber alcohol en vaso pero no en lata…).

Hard Rock Café,

Wild Horse Saloon

Tras la rápida visita a Nashville, de la que teníamos muchas expectativas pero que resultó decepcionante por el sistema de aparcamiento, pusimos rumbo hacia Memphis por carretera, camino que resultó ser precioso, lleno de caseríos muy cuidados. Yo había leído que en un pueblo que había de camino llamado Ethridge había un núcleo importante de Amish, que incluso organizaban un mercado en el que vendían sus productos, así que sugerí parar a verlo.

Señal de carros de caballos
Casas de Amish

Carros de Amish

Cuando llegamos, sobre las 15-16h, el mercado ya estaba cerrado pero salimos en búsqueda de la colonia de Amish siguiendo las cagadas de los caballos que tiran de sus carros. Acabamos encontrando algunas de las casas, que son reconocibles porque a veces se ve el carro de caballos desde fuera y siempre hay algo pintado de rojo (además podemos añadir que todas estaban bastante destartaladas). Los habitantes rápidamente se escondían cuando nos veían pero sí pudimos fotografiar algunos carros de caballos que nos cruzamos por los caminos. Son tal cual se ven en las películas: larga barba, sombrero, ropa antigua, etc.

A lo largo de la ruta vimos preciosos cementerios abiertos

Continuamos el viaje parando a comer en uno de los pocos locales que vimos en la carretera, concretamente en una pequeña localidad llamada Waynesboro. La verdad es que en las autopistas hay muchas cadenas de comidas para parar pero en las carreteras hay poca cosa. Se llamaba Dad’s Pizzeria y estaba lleno de banderas, camisetas, cascos, fotos, etc., dela Liga Universitaria de Fútbol Americano. Pedimos según las recomendaciones de la camarera:

-cubos de cheddar frito

Dad's Pizzeria

-pizza mediana barbacoa

Dad's Pizzeria

-alitas de pollo

Dad's Pizzeria

Sobró media pizza y es que queda demostrado que aquí comen como animales, pues siempre que nos recomiendan algo acaba sobrando comida… Para beber pedimos agua y un Sprite, pagando por todo 23,88$. Al salir del local vimos un par de máquinas en las que no habíamos reparado al entrar y que llamaron rápidamente nuestra atención: una Arcade y otra de tirar monedas, a saber cuántos años llevaban allí…

Dad's Pizzeria

Dad's Pizzeria

Continuamos la ruta parando sólo a echar gasolina (30$), atravesando preciosos pueblos, sobre todo Collierville, hasta que finalmente llegamos a Memphis, en donde habíamos reservado a través de Booking un cuarto mientras comíamos en un Hotel de la cadena Magnuson, llamado Grand Memphis Airport-Graceland, puesto que se encuentra muy cerca de ambos. Aprovechamos una oferta de última hora consistente en un 39% de descuento, por lo que nos salió la habitación doble con desayuno por 50$.

Grand Memphis Airport-Graceland

Cuando llegamos al hotel estábamos tan cansados que decidimos cenar en el cuarto así que compramos unas cervezas grandes en la gasolinera que había al lado del hotel (pagando sólo 3$, una ganga, pues aquí el alcohol es muy caro) para acompañar la pizza que había sobrado del mediodía.

La noche fue movida, pues el hotel estaba lleno de familias cargadas de hijos muy ruidosos que no pararon de hacer barullo por el pasillo. Eso se juntó con los aviones aterrizando y despegando hasta las dos de la mañana, pues, como ya comenté, el aeropuerto estaba muy cerca del hotel.

Total Kilómetros Road Trip = 1745 + 465 = 2210  km

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