Diario de Tailandia, día 6: Bangkok (Jim Thompson, MBK, Siam Paragon)

Cruce de caminos
MIÉRCOLES 28 OCTUBRE 2015
Una hora antes de llegar a Tailandia, nuestro país de destino, sirvieron el desayuno: salchichas, bacon, champiñones, huevo revuelto, un yogur, zumo, té y un bollo dulce, al estilo english breakfast. Aterrizamos sobre las 9 am en Bangkok, donde eran seis horas más que en España.

Una vez en el aeropuerto nos sellaron el pasaporte, nos hicieron una foto y recogimos las maletas. Entramos directamente en el metro y cogimos el Airport Link hasta Makkasan. Hay que sacar las fichas en la ventanilla o en una máquina, que hay que guardar para luego poder salir por el torno.

Ficha

Si no lleváis bahts tendréis que cambiar una pequeña cantidad en el aeropuerto para pagar el transporte (el resto es mejor cambiarlo en sitios con menos comisión). Nosotros llevábamos algunos bahts que nos había dado un amigo así que no cambiamos moneda hasta más adelante. Cambiamos de línea y continuamos hasta Silom, en donde salimos a superficie. Gracias a la orientación de Pelayo y el plano que yo había imprimido no nos costó encontrar el hostal URBAN HOUSE.

Hostal Urban House. Bangkok

El barrio donde se encuentra nuestro alojamiento es muy animado, hay numerosos puestos de comida, tiendas, etc. El callejón en el que se encuentra el hostal puede parecer oscuro por la noche, pero no os preocupéis porque la ciudad en general es muy segura.

Hostal Urban House. Bangkok
Hostal Urban House. Bangkok

En la recepción nos recibió una chica que apenas hablaba inglés así que llamó a otra para que nos atendiese, muy agradable y que lo hablaba perfectamente. Como nuestra habitación aún no estaba lista, aproveché para cambiarme de ropa en el baño que hay en la planta baja del hostal. Justo cuando salí teníamos la habitación preparada. Nos dieron a escoger entre la primera y la tercera planta y, como no había ascensor, nos decidimos por la primera (a pesar de que podía ser un poco más ruidosa por el paso de los huéspedes, cosa que no fue así). Además en la primera planta se cogía mejor la wifi, por lo que nos explicó la recepcionista.

El cuarto no era de lujo ni enorme pero disponía de todas las comodidades: colchón de gran calidad (de los mejores que he visto en un hotel),  aire acondicionado, armario, baño con wáter, pileta y ducha. Dejamos las cosas y salimos del hotel con la intención de visitar la CASA DE JIM THOMPSON.
Casa Museo Jim Thompson
Cogimos el BTS/Skytrain (que va por superficie, a diferencia del metro, que también existen en Bangkok) hasta la parada de NATIONAL STADIUM. Una vez allí tuvimos que preguntar, pues no encontrábamos el callejón en el que se encuentra la Casa. En uno de los numerosos puestos de comida que hay por la calle nos indicaron perfectamente.
Cruce de caminos
Pagamos por las entradas 150B/3’75€ por persona y nos informaron que podíamos participar gratuitamente en una visita guiada en inglés que saldría en pocos minutos, accediendo rapidamente. Al parecer los jardines pueden visitarse por libre, pero a las edificaciones sólo se puede entrar con guía.
Casa Museo Jim Thompson
Al parecer Jim Thompson fue un arquitecto americano nacido en Delaware en 1906. Se alistó con el ejército nacional para luchar en la II Guerra Mundial, acabando en Tailandia. Una vez finalizada la guerra permaneció en este país atraído por su cultura y sus tejidos, especialmente la seda. Desapareció misteriosamente en 1967 en Malasia, mientras estaba de viaje con unos amigos, sin volver a dar señales de vida nunca más. Hasta ese momento llevaba 22 años residiendo en Tailandia.
Tejiendo seda

La casa está formada por seis edificios tradicionales de madera, de distintos orígenes y de al menos dos siglos de antigüedad, en los que no se han utilizado clavos para su construcción. En el interior pueden observarse objetos de diario, vasijas, tejidos, camas, diversas estancias, etc. Por cierto, no se pueden hacer fotos en el interior de las edificaciones pero sí en los jardines, que son de ensueño.

CASA DE JIM THOMPSON
Al acabar la visita, que no duró mucho, pasamos por el restaurante que hay dentro del Museo para echar un vistazo a la carta pero como no nos convenció abandonamos el recinto. Tuvimos la gran suerte de encontrarnos, justo en la puerta, un tuktuk del Museo que acerca gratuitamente a los visitantes hasta la avenida principal, Rama Road, así que nos evitamos la caminata (pues empezábamos a sentir bastante cansancio del largo viaje hasta Bangkok…). Por cierto, aquí tenéis la opinión y fotos de la Casa de Jim Thompson que subí a Tripadvisor.
Centro Comercial MBK

Una vez en la Avenida, como era ya la hora de comer y teníamos enfrente el famoso y gigante Centro Comercial MBK, decidimos cruzar por los pasos elevados y entrar a ver los restaurantes que hay en la sexta planta (se llama Food Avenue).

Food Avenue. Centro Comercial MBK
Al entrar en Food Avenue dan a cada comensal una tarjeta que entregará en cada puesto en el que retire algún plato, pues en ella se va sumando el importe correspondiente. Al salir del recinto se muestra la tarjeta, en cuya banda magnética figuran todos los platos que se hayan consumido, cobrando el importe correspondiente. Hay comida de muchísimos orígenes: thai, vietnamita, mejicana, griega, japonesa, fusión, etc. Nos costó decidir qué escoger, pues todo tenía muy buena pinta:
-nuestro primer Pad thai (125B/3’12€)
Food Avenue. Centro Comercial MBK
-Rollitos fritos vietnamitas (120B/3€)
Food Avenue. Centro Comercial MBK
-California roll acompañado por una sopa de miso (260B/6’5€)
Food Avenue. Centro Comercial MBK
-De postre un Coco con helado de coco, sirviendo la leche aparte (140B/3’5€)
Food Avenue. Centro Comercial MBK
Los platos los preparan en el momento en cada uno de los chiringuitos, y luego se pueden comer en una zona de mesas que hay habilitada para ello. A su vez hay un puesto de bebidas en el que cogimos un par de cervezas (una Heineken y una Asahi enormes, en total 330B).
La verdad es que nos gustó todo lo que probamos, pagando al salir 975B/24€ entre los dos. Por cierto, antes de abandonar el MBK aprovechamos para cambiar unos cuantos euros más a Bahts en la zona de cambio de divisas. Para hacer las cuentas fácilmente la conversión que se hacía en ese momento era de 1 euro=40 bahts. El mejor cambio lo encontramos en Chiang Mai, así que yo esperaría a cambiar allí el grueso de lo que llevéis.
Una vez repuestas las fuerzas caminamos hasta el Centro Comercial de productos gourmet llamado SIAM PARAGON, que está relativamente cerca del otro. Hay también tiendas de todo tipo, pero de marcas de lujo, y un apartado de restaurantes variados. Nosotros nos centramos en el supermercado, que nos encantó: se pueden ver un montón de productos asiáticos, pero también del resto de continentes, e incluso probar los que ofrecen los trabajadores de los stands en promoción. Los precios son altos pero creo que bien merece un paseo si sois amantes de la gastronomía. Aquí podéis ver la opinión y fotos que subí del Centro Comercial Siam Paragon en Tripadvisor.
Gourmet Market del Centro Comercial Siam Paragon
 Gourmet Market del Centro Comercial Siam Paragon
Tras pasear un buen rato por el supermercado nos sentamos en el propio centro comercial a tomar algo; para ello tuvimos que comprar en la recepción una tarjeta y cargarla con cierta cantidad de bahts, pues no aceptaban efectivo (el dinero que no se use de la tarjeta se devuelve luego). Pedí un té con leche para mí, que era de color naranja, y para Pelayo un refresco (pues a partir de las 17-18h ya no sirven alcohol y pasaban ya cinco minutos  de la misma; traté de negociar con la tailandesa pero no hubo manera). Pagamos por todo 70B/1’75€.
Gourmet Market del Centro Comercial Siam Paragon
Gourmet Market del Centro Comercial Siam Paragon
El centro Comercial tiene una entrada de BTS justo delante así que lo cogimos hasta la parada que hay cerca de nuestro hotel, Sala Daeng. Justo en la salida hay otro centro comercial, llamado SILOM, en el que entramos a buscar una tarjeta SIM para el móvil, como nos había indicado la amable recepcionista del hotel.
Dtac. Centro Comercial Silom
Happy Tourist SIM
Hay un montón de ofertas, que al parecer cambian muy a menudo, así que amablemente os aconsejarán la que más se ajuste a lo que busquéis. La tienda se llamaba DTAC y hay muchas porque en realidad es una franquicia (es como Phone House a la tailandesa). Nosotros compramos la “Happy tourist SIM” por 11 euros con 100 minutos de llamadas e Internet ilimitado durante 7 días, más barato que en España. Cuando se acaba la semana basta con ir a un Seven Eleven (que hay miles) y recargar algo de dinero según la oferta que haya en ese momento. Al principio pensé que coger llamadas era tirar el dinero pero al final, a lo largo del viaje, sí que tuvimos que hacer unas cuantas llamadas, como ya veréis más adelante. La chica de la tienda se encargó de instalar absolutamente todo y dejarnos el teléfono listo para funcionar, además con cobertura 4G (que en ese momento empezaba a funcionar en España).
Urban House
Volvimos al hotel y como estábamos reventados dormimos un rato, mientras fuera llovía con ganas. Nuevamente salimos del alojamiento sobre las 20h, con el fin de buscar algún sitio para cenar. Enseguida nos dimos cuenta de que el barrio había cambiado un montón, habían instalado numerosos puestos y mesas improvisadas para cenar. Es un barrio muy animado, guardamos muy buen recuerdo del mismo. Nos apetecía cenar por la zona, así que Wan, la amable chica de recepción, nos recomendó un restaurante genuinamente thai que estaba muy cerca del hotel: NORTHEAST.
Restaurante Northeast
Cuando llegamos ambas plantas del local estaban bastante llenas, eso sí, ni un turista. Nos sentaron en la planta de arriba y nos dieron la típica carta tailandesa que parece un tomo de enciclopedia… Nunca sé qué elegir, tiene todo tan buena pinta y hay tanto donde escoger… Lo bueno es que todos los menús llevan fotos así que no os preocupéis si no habláis demasiado inglés. Estos son los platos que finalmente pedimos:
-Setas con tofu y gambas
Restaurante Northeast. Bangkok

-Dolly fish con salsa de ajo y verduras: estaba picante a rabiar, yo no pude comer más que un par de trozos.

Restaurante Northeast. Bangkok
-Cerdo con huevo y verduras
Para beber pedimos dos cervezas TIGER; pronto nos dimos cuenta que ocurre lo mismo que en China con la cerveza, sólo existe el tamaño botellón. Lo malo es que si hace calor se calienta enseguida así que aprendimos a pedir de una en una para ir compartiendo.
Cerveza Tiger
Estaba todo buenísimo, nos atendieron muy rápido y el servicio fue muy amable (eso sí, apenas hablaban inglés así que nos entendíamos con dificultad). Pagamos 635B/16€, siendo uno de los lugares más genuinos y con mejor relación calidad precio de todos los que visitamos durante nuestra estancia en Tailandia. Aquí podréis consultar las fotos y opinión que subí a Tripadvisor sobre el Restaurante Northeast.
Volvimos caminando a pie hasta el hotel  y empezó a lloviznar, pero sin molestar. Nos encontramos con un caracol gigante en un césped, el más grande que hemos visto nunca, aunque esta especie no existe en España.
Caracol
Os pongo una foto del callejón del hotel, que puede asustar al principio, pero ya os digo que no pasa nada, sólo hay viviendas, hoteles, restaurantes y pequeñas tiendas.
Callejón del hotel

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