Gran Canaria día 5: Barranco de las Vacas, Maspalomas y Puerto de Mogán

MARTES 27/04/2021

Desayunamos sobre las 9 en la estupenda cristalera del Hotel Villa Bandama Golf, producto de calidad, bien preparado, sólo puedo decir que estaba todo riquísimo (me conquistó la ensalada de berenjenas). Cuando estuvimos listos cogimos el coche y pusimos rumbo al Barranco de las Vacas, el cual recuerda a Antílope Canyon.

Barranco de las Vacas

Dejamos el coche aparcado en un apartadero, pues tampoco encontramos mucho sitio, y caminamos por la carretera con cuidado (pues pasaban coches de vez en cuando y es estrecho) hasta que llegamos a un camino que baja debajo del puente donde comienza el barranco. Resulta que cuando volvimos y continuamos la carretera en coche vimos que hay un aparcamiento específico para visitarlo, que podéis buscar directamente en Google Maps.

Barranco de las Vacas

Una vez que conseguimos bajar al barranco caminamos por entre la vegetación hasta que divisamos el puente de piedra, en donde ya empiezan las formaciones de roca erosionada que recuerdan al famoso cañón norteamericano. Había algo de gente cuando llegamos pero fue peor cuando abandonamos el barranco, pues justo estaba llegando una gran excursión de adolescentes. El barranco es bonito y no muy largo, con buenos puntos para hacer fotos (eso sí, tuvimos que esperar un rato para poder hacerlas solos).

Arinaga

Continuamos la ruta hasta Arinaga, donde tomamos un par de cervezas (4€) en una terraza que estaba al lado del muelle, lleno de gente pescando. No vimos mucho más de esta localidad, la verdad. Continuamos hasta las dunas de Maspalomas, aparcando justo enfrente del famoso hotel Riu Palace que, por cierto, estaba cerrado por obras de remodelación.

Dunas de Maspalomas

Dunas de Maspalomas

Si uno mira de frente hacia el hotel, a la izquierda hay un camino que conduce a las dunas (fuera de las instalaciones del hotel), no hay pérdida, pues hay un cartel explicativo. Comenzamos a caminar por la arena con la idea de llegar al mar pero finalmente abandonamos la misión, pues estaba realmente lejos y además había bandera roja. Hicimos unas cuantas fotos de la estupenda arena y las dunas y, como ya era la hora de comer, buscamos un local para comer de entre las recomendaciones que llevaba anotadas.

Bar Playa El Boya

Nos decantamos por Bar Playa El Boya, un curioso y conocido local de comida tradicional, que comenzó como un chiringuito, y que se encuentra a unos 15 minutos en coche de las dunas de Maspalomas, concretamente en Arguineguín-El Pajar. No reservan, reparten números por orden de llegada, e incluso se puede ver el marcador en directo en su web (es interesante, con la historia del chiringuito). Cuando nosotros llegamos iban por el 19 y nos asignaron el 22, tardando poco en darnos mesa (tuvimos suerte porque nos asignaron una justo al lado del mar).La playa es de piedras y hacia un lado es bonita pero hacia el otro hay una cementera. Esto fue lo que pedimos:

-Guiso del día, que era de pulpo

-Salpicón de huevas

Restaurante El Boya

-Puntillas de calamar (no saqué la foto, me olvidé)

-Postre: Mousse de gofio y crema de yogur con tocino del cielo (no los hacen en el local)Restaurante El Boya

Nos quedamos con ganas de probar los pulpitos fritos, pues los vimos en casi todas las mesas. Para beber tomamos una caña, un agua y dos cafés, pagando por todo 27’7€. Es un sitio con poco glamour pero a mí me gustó, la comida está rica y el servicio es amable (hay muchos empleados, no paran de trabajar). Además, según nos contaron los  locales, en el sur es difícil encontrar un local con buena relación calidad precio, pues al ser muy turístico los precios están inflados. Continuamos entonces hasta el Puerto de Mogán, localidad a la que llaman la Venecia canaria.

Puerto de Mogán

Puerto de Mogán

A pesar de que el pueblo era muy turístico creo que bien mereció el paseo, pues apenas había gente. Dejamos el coche aparcado cerca delo puerto, en la zona azul, pagando 2€, cantidad que nos dio hasta las 19 horas. Paseamos por el puerto, para ver los barcos, y luego por la parte de casitas bajas pintadas de colores, rodeadas de buganvillas; algunas están en el agua, formando unos pequeños canales, de ahí lo de Venecia. Está todo muy cuidado, abundan los locales para comer, tomar algo, comprar un recuerdo, etc. Llama la atención la claridad del agua, podíamos ver a la perfección desde el muelle agujas, sargos, mújeles, etc.

Puerto de Mogán

Puerto de Mogán

Cala de Mogán

Vimos la Cala de Mogán, tan idílica y apetecible, que nos entraron ganas de bañarnos así que fuimos hasta el coche a por los bañadores y nos pegamos un chapuzón. Era una zona tranquila, llena de familias con niños y es que la cala era ideal para bañarse sin peligro.  Tras una pequeña siesta en la toalla continuamos la ruta hacia el norte de la isla, pasando por Arteara (donde hay un famoso cementerio aborigen que finalmente no visitamos), Fataga y Tunte, la capital de San Bartolomé de Tirajana. Es una carretera preciosa, con barrancos, pueblitos, oasis, etc., que recorrimos prácticamente solos; aprovechamos para parar en el Mirador de la Degollada de las Yeguas, con impresionantes vistas. Es además Destino Startlight, es decir, un lugar de baja contaminación lumínica y por tanto ideal para observar las estrellas; de hecho casi la mitad del territorio de Gran Canaria cumple estos requisitos (Risco Caído y Montañas Sagradas de Gran Canaria).

Mirador de la Degollada de las Yeguas
Preciosa carretera
Tunte

En Tunte había muchas cruces de Santiago, y es que es un lugar de peregrinación en la isla, hasta la iglesia de Santiago de Tunte. Como aún era pronto paramos en la Enoteca El Zarcillo para tomar unos vinos (14’55€):

-dos copas de Viñarda Listán Prieto: elaborado en Gran Canaria, buenísimo.

-una copa de Vandama: vino tinto elaborado en Gran Canaria con Listán Negro

-una copa de Primavera, Ribera del Duero

Apareció Mario así que estuvimos un rato de charleta con él, es genial. Después volvimos al hotel y preparamos la cena con la comida que había sobrado del día anterior: ensalada, queso, etc. Hoy recorrimos un total de 220 kilómetros.

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