VIERNES 4 OCTUBRE 2019
Cuando despertamos, sobre las 7, desayunamos en el cuarto y en cuanto estuvimos listos caminamos hasta la estación de metro más cercana, Wilshire/Normandie. Esa misma mañana compré entradas para visitar UNIVERSAL STUDIOS: cuestan desde 109$ hasta 129$, según si coincide en fin de semana, hay algún evento especial, etc. A nosotros, por ser viernes, nos costaron 114$/persona (devolviéndo BNEXT 3,17€).
Al llegar al metro compramos primero en las máquinas de la estación una tarjeta TAP por 2$ para cada uno y luego cargamos en cada una dos viajes para ir y volver a Universal Studios. Cada viaje fueron 1’75$, devolviéndonos Bnext 0’14 por los trámites.
Cogimos la línea morada hasta Wilshire/Vermont, que era una parada, y allí cambiamos a la roja hasta la de Universal Studios (siete paradas). Al llegar salimos a la superficie hacia la izquierda y a continuación atravesamos la carretera por una pasarela hasta la parada de bus por donde pasa la lanzadera gratuita que traslada a los visitantes hasta la puerta del parque. La lanzadera es realmente un trenecito, que pasa cada 10-15 minutos, y cuyo servicio dura hasta tres horas después de que cierre el parque.
Una vez en la entrada, sobre las 9:50, pasamos el control de seguridad rápidamente, pues apenas había cola, y mostramos las entradas que llevaba en el móvil (usan un lector de código), entregándonos a cambio un mapa del parque.
El parque se divide en dos partes:
–Upper: la zona más grande
–Lower: la más pequeña, que incluye Parque Jurásico, La Momia y los Transformers; para llegar a ella hay que tomar una serie de escaleras mecánicas. Como es la parte más alejada, os recomiendo empezar por aquí, pues habrá menos gente.
Nosotros, sin embargo, comenzamos por Harry Potter, lo cual fue un error, pues por la tarde nos comimos muchas colas en la zona lower. La zona de Harry Potter era preciosa, con tiendas y algunas atracciones (sólo vimos la de Forbidden Journey, para lo cual hicimos una cola de 15-20 minutos pero opino que no merece la pena perder el tiempo en ella).
Como queríamos hacer el Studio Tour en español, y empezaba a las 11:30, nos acercamos hasta el punto de salida, atravesando la agradable zona de los Simpsons. Mientras esperábamos la cola tomamos dos pretzels y una cerveza (22’79€, devolviéndonos 0’34€ Bnext).
El tour guiado duró sobre una hora y la verdad es que nos encantó: el tren atraviesa por los estudios de grabación, decorados de calles, pueblos, una playa con tiburones, el famoso Motel Bates de Psicosis (además de la casa), un avión destrozado, una estación de metro, etc. Aquí podéis ver uno de los ataques de Tiburón, que nos metió un susto…
A lo largo del viaje hay varios momentos en que el tren entra en zonas 3D con movimiento que están genial, sobre todo la pelea entre el Tiranosaurio y King Kong.
Luego salimos rápidamente hasta el espectáculo de Waterworld, pues empezaba justo en ese momento. El escenario era acuático y por tanto los actores entraban en barcos, motos acuáticas, saltaban desde plataformas, se deslizaban por tirolinas, etc. Fue el espectáculo que más nos gustó, no os lo perdáis, aquí podéis ver unos segundos del show.
A continuación vimos el espectáculo de Efectos Especiales, que se desarrolla en un Teatro, totalmente a oscuras. Es bastante grande por lo que veréis mejor cuando más abajo y centrado, cerca de los presentadores. Podréis ver un hombre ardiendo pinchando aquí.
Al salir rápidamente entramos en el Show de los Animales Actores, que fue un espectáculo simpático, con aves, perros, gatos, etc. Tras tantas actividades seguidas decidimos tomarnos un respiro y comer algo, concretamente una Krusty Burger en el pueblo de los Simpsons. Pedimos dos hamburguesas, un agua y una cerveza Duff, pagando 47’23$ (Bnext nos devolvió 0’71€). Fue la peor hamburguesa que comimos durante nuestro viaje, más seca que una suela de zapatos. Como la comida es tan cara dentro de el parque y de calidad regular, os recomiendo llevar cosas en la mochila.
Desde ahí nos dirigimos al Lower Park donde vimos la atracción de Transformers, que es tipo 3D y posteriormente hicimos una hora y media de cola para entrar en el circuito acuático de Parque Jurásico. Durante la espera hice más gestiones para conseguir que trajeran la maleta al hotel. Se me ocurrió escribir a Dennis, el dueño de nuestro Motel, para ver si los transportistas la habían dejado, contestándome afirmativamente, por lo que por fin me relajé.
El viaje de Parque Jurásico duró 5 minutos y está muy divertido, pero no sé si merece la pena tanta espera… (ojo a los que van sentados en los bordes porque se mojarán). Finalmente entramos en La Momia, que es una montaña rusa a oscuras muy divertida.
De ahí volvimos al Upper Park y, como ya eran las 17:30 nos dio tiempo a entrar en la Montaña Virtual de Krusty, que marea muchísimo. En cuanto salimos nos fueron dirigiendo hacia la salida, pues el parque cerraba a las 18 horas, por lo que prácticamente estaban todas las partes cerradas. Nos quedamos sin ver cosas, pero es que un día no daba para más, y eso que no había demasiada gente en el parque…
Salimos hacia la zona de tiendas y restaurantes, llamada Universal Citywalk. Pelayo compró una camiseta en la tienda de los Raiders (40’55, devolución de 0’61 de Bnext) y yo un riquísimo y gigante Cinnamon Roll que nos comimos entre ese día y el siguiente (6’89€, devolución de 0’1€ de Bnext).
Cogimos entonces la lanzadera hasta la estación del metro y volvimos al Motel por otro camino diferente al de por la mañana, por conocer algo más del barrio. Resulta que descubrimos la parte latina del mismo, más barata que la coreana. Compramos comida en un estupendo supermercado de la cadena Jons Fresh Marketplace, en 3334W 8th Street, que tenía unos precios geniales y mucha variedad de productos frescos, además de un personal muy amable. Cogimos minipepinos, tomates, cerveza y fruta, pagando 17’68€ (Bnext nos devolvió 0’27€).
Una vez en el hotel, tras más de 48 horas sin maleta, Mike me la entregó. Cenamos entonces en el cuarto el arroz que nos había sobrado del restaurante coreano la noche anterior, además de una ensalada que preparamos en el momento. Tras la cena tocó un merecido descanso.
Al día siguiente abandonábamos ya Los Ángeles, careciendo por tanto de tiempo para visitar muchos de los lugares que tenía en mi lista, como por ejemplo:
–Observatorio Griffith: para ver el atardecer desde el parking
–Urban Light: conjunto de farolas que se encuentran al lado del Museo de Arte Contemporáneo, ideal para pasear por la noche cuando están iluminadas
–Museo La Brea Pits: donde se exponen algunos de los mejores fósiles de dinosaurios del mundo así como La Brea Tar Pits (en Hancok Park, donde se pueden ver fósiles atrapados en los pozos de alquitrán)
-Subir al Observation Deck del Ayuntamiento: buenas vistas de la ciudad desde la planta 27, gratuito; aprovechar para ver las edificaciones del Downtown, como por ejemplo el Walt Disney Concert Hall (obra de Frank Gehry) o el Grand Central Market
-Caminar desde Venice Beach hasta Santa Mónica
-Visitar China Town para ver Olvera Street y alguno de los primeros edificios de Los Ángeles como Casa Ávila, Casa Sepúlveda, Casa Pelanconi, etc.
-Recorrer Mulholland Drive: carretera escénica que aparece en innumerables películas, con exclusivas mansiones y buenas vistas de Los Ángeles.
-Restaurantes como Eggslut, Pink’s Hot Dogs, Philippe the Original, Musso&Frank (al parecer el restaurante más antiguo del mundo), Brent’s, The Original Pantry Café, etc
Los Ángeles es una ciudad que suele desagradar por sus infinitos atascos, sin embargo a nosotros nos parece que, si tenéis tiempo, merece la pena pasar un par de días en ella.
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