Diario de China, día 10: Hangzhou

Lago del Oeste
Nos levantamos a las 7:00h, nos duchamos y desayunamos (no está nada mal el buffet del hotel): noodles, sopa china con langostinos recién hecha, tomate, pepino, un pastel y un croissant de hojaldre, sushi, yogur, leche, zumo… A las 8.30 vino a buscarnos Lucrecia para llevarnos en bus al LAGO DEL OESTE, en donde nos esperaba un paseo en barco. Éste era pequeño y de madera, pero cabíamos dos grupos dentro. La guía del otro grupo, que no llegamos a saber de dónde eran, estuvo todo el viaje contando cosas y la siesa y empanada de nuestra guía dijo sólo cuatro palabras. Nos señaló la PAGODA DEL SEÑOR Y LA SEÑORA, las islas artificiales y las TRES PAGODAS en las que se refleja la luz de la Luna una vez al año; de este modo se ven, según dijo, quince lunas, más la de verdad y su reflejo en el agua del lago, que hacen un total de 17 lunas.
Lago del Oeste
 
Lago del Oeste
A continuación visitamos el TEMPLO DEL ALMA ESCONDIDA, uno de los templos budistas más importantes del sur de China. Antes de llegar se atraviesa la COLINA VOLADORA, que está llena de esculturas budistas talladas en la piedra de la montaña. Es un lugar realmente precioso, eso sí, como Lucrecia no era capaz de explicar nada, pues apenas hablaba español, acabó llorando y escondiéndose entre unos árboles…
Colina Voladora
 
Colina Voladora
Monjes en el Templo
 Colina voladora
El templo, que cuenta con más de 1600 años de historia, es un lugar de peregrinación muy conocido entre los fieles de la región. A mí me gustó mucho, creo que merece la pena visitarlo. Después comimos en el HOTEL MARCHANT, situado en la misma calle que el nuestro. Era tipo buffet, para no variar; comí rana, cangrejo, noodles, esturión, ensalada, sushi, tarta de plátano, pastas de té, helado, etc. Todo estaba muy bueno.
Baño psicodélico del hotel

Baño psicodélico del hotel

Cogimos el bus para ir a la siguiente visita, yo estaba tan cansada que aproveché el viaje para ir durmiendo… En este caso Lucrecia nos enseñó la PAGODA DE LAS SEIS ARMONÍAS. Al parecer las pagodas son construcciones que derivan de las estupas indias, si bien, en China la forma circular se transformó en una superposición de pisos en número impar. En su interior se solía conservar alguna reliquia o, simplemente se construían para recordar a alguien destacado por su sentido religioso.

Este templo está en la cumbre de la montaña Yuelun, a orillas del río Qiantang, de forma que sus luces sirvieron, durante siglos, de referencia para los navegantes del río. Es hexagonal, pues los seis lados simbolizan los cuatro puntos cardinales, además del cielo y de la tierra.

Pagoda de las Seis Armonías

Se construyó en el siglo X, durante la dinastía Song del Norte, y contaba con nueve pisos de madera, alcanzando 120 metros. Fue destruida durante una guerra civil pero se volvió a levantar en el S. XII, durante la dinastía Song del Sur, sufriendo una reconstrucción en el S. XV. Ahora cuenta con siete pisos de ladrillo y 60 metros de altura. El perímetro de los pisos disminuye a medida que aumenta la altura.

En ella ya no habitan monjes y, según Lucrecia, fue construida para evitar las crecidas del río. Se puede subir pero sus más de 400 escalones y el intenso calor hicieron que nadie se animase.

Museo de té
A continuación visitamos el MUSEO DEL TÉ, que se encuentra en el pueblo de Longjing, a las afueras de Hangzhou (se escogió este lugar porque de ahí proviene el té Longjing, como su nombre indica). Un chico muy amable que trabajaba para el museo nos hizo una visita guiada… ¡EN CHINO! Se suponía que Lucrecia traduciría lo que el chico iba diciendo pero creo que sólo se centró en el concepto de algunas pocas cosas, pues cada vez que el chico hablaba tardaba como 5 minutos o más, y luego Lucrecia lo traducía y/o resumía en cuatro palabras… Fue una pena porque se veía que el chico lo vivía…

El museo recorre el proceso de elaboración del té desde las plantaciones pasando por la cosecha, producción, etc., hasta la cultura que envuelve a esta planta (de hecho disponen de 8.000 metros cuadrados, de los cuales 3.7 hectáreas son de plantaciones).

Plantación de té
 En chino té se dice chá (茶). Por lo que entendimos existen 7 variedades: verde, negro, oolong, de flores, oscuro, amarillo y blanco. Luego nos hicieron una demostración de cómo se prepara y se sirve. Probamos 4 recién hechos: verde, jazmín y flores, negro con lichis y oolong. Nos lo sirvieron en unas tazas con el dibujo de un dragón y un fénix que cambiaban de color al vertiren ellos agua caliente. La ceremonia estuvo muy curiosa, pues para cada té utilizaban unos instrumentos, procedimientos, teteras y vasos distintos. Después compramos varios tés en la tienda, que salieron bastante caros (oolong, negro y de flores), de hecho fue en lo que más dinero gastamos durante nuestro viaje a China.
Instrumental para la ceremonia del té
En el museo con una trabajadora y Lucrecia
Una vez finalizada visita el bus nos dejó en el hotel sobre las 17:00 horas (por cierto, en el camino vimos desde el bus una copia del toro de Wall Street de Nueva York, pero quizás sea más pequeño el chino; sin embargo aquí no se veía que la gente le tocase los cataplines para obtener un poco de suerte, pues no se le veían gastados).

Aprovechamos para dormir hasta las 19:00h, pues habíamos quedado a las 19:30h con Javi y Carol para dar una vuelta. Tras una hora de paseo con ellos por las calles de Hangzhou yo me sentía cansadísima y deshidratada, pues el calor húmedo era atosigante. Por cierto, vimos varios concesionarios de Lamborgini, Rolls Royce, etc, en plena ciudad, por lo que parece que aquí se maneja dinero…

Al final de tanta vuelta acabamos cenando en un Burguer King (un menú cada uno, total: 150Y). Para rematar el menú americano tomamos después café en un Starbucks, llegando al hotel sobre las 23:15h. Hicimos la maleta para mañana, pues teníamos que coger el tren bala a Shouzou; al parecer es muy rápido pero no dispone de mucho espacio para equipajes así que nos las enviaban en furgoneta directamente a Shanghai, nuestro siguiente destino después de Shouzou, por tanto sólo podíamos llevar una maleta de mano para la noche siguiente.

 

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