LUNES 5 ENERO 2015
Nos levantamos sobre las 9 y bajamos al comedor a desayunar, que por cierto estaba repleto de gente. El desayuno era tipo buffet con comida salada, dulces, etc. Yo tomé bacon, revuelto, baked beans, donuts, zumo, croissant relleno de queso y jamón York, etc. Tras el desayuno nos vestimos y nos fuimos andando para la estación, cargando con los snowboards, lo que nos llevó 5 minutos. Por cierto, GRANDVALIRA proviene de la unión en 2003 de las estaciones Pas de la Casa-Grau Roig y Soldeu-El Tarter, pasando a ser por tanto la mayor estación de esquí de Pirineos con más de 200 kilómetros de pistas.
Una vez en la estación decidimos contratar el seguro de accidentes por si acaso, que costaba 4’10€/día y persona, por lo que tuvieron que rehacernos los forfaits (nombre, apellidos y seguro visible). Vimos en la tabla de precios que el forfait para adulto de día completo en GRANDVALIRA sale a 45€, una pastizarra vamos. Bajamos primero por las pistas de PAS DE LA CASA unas cuantas veces para familiarizarnos con la nieve después de dos años sin verla y la verdad que nos fue mejor de lo que esperábamos. Después fuimos para la parte de GRAU ROIG y luego a SOLDEU-EL TARTER. En esta zona sólo hicimos una bajada, pues estaba muy a la sombra y había zonas heladas. Sobre las 14h paramos para beber algo en uno de los chiringuitos de Grau Roig (dos Aquarius 5’80€), sentándonos un rato en las mesas exteriores, pues hacía muy buen día.
A lo largo del día tuve un golpe bastante fuerte en la rodilla que me jorobó un poco gran parte de la jornada; Pela estuvo regular del estómago por culpa de la cena. Sin embargo, a pesar de los males, pasamos muy buen día de esquí, pues el tiempo fue estupendo y la nieve bastante aceptable (a pesar de hacer bastantes días que no nevaba, con alguna que otra placa de hielo). Iniciamos la vuelta a Pas sobre las 15 horas; a las 15:30-16 el sol bajó rápidamente por lo que daba sombra en gran parte de la estación, hacía mucho frío y había que tener cuidado con el hielo. Dimos por terminada entonces la jornada y nos tomamos algo en el chiringuito que hay en Pas, justo encima de las taquillas de venta de entradas. Como no había cerveza pedimos dos refrescos otra vez.
De vuelta hacia el hotel paramos en una farmacia para comprar Thrombocid para mi rodilla. Por curiosidad pregunté cuánto costaba la crema que usaba en ese momento para la cara, que se llama Boreade, y resulta que estaba 4€ más barata que en España así que me llevé todos los botes que les quedaban. En varios viajes que llevamos a Andorra nos hemos percatado que los productos farmacéuticos, en general, están un poco más baratos que en España así que os recomendamos que aprovechéis la oportunidad.
Cuando estábamos llegando al hotel se me cayó una de las fijaciones del snow, perdiendo los topes de la misma… Yo subí para el hotel con las tablas de los dos y Pelayo deshizo el camino para ver si los encontraba. Al llegar al cuarto vi que los topes se habían caído, con suerte, dentro de mi casco así que intenté llamar a Pelayo o mandarle un SMS pero en Andorra no funcionaban nuestros móviles. El pobre llegó a la media hora con las manos vacías… Durante ese tiempo aproveché para ducharme y comer algo de lo que aún nos había sobrado del viaje. Pelayo entonces también se duchó y dormimos un poco de siesta, pues estábamos reventados.
Bajamos a cenar sobre las 19:45 (la cena empieza a las 19:30, lo que nos pareció al principio muy pronto, pero luego con el hambre y el cansancio con el que llegábamos de esquiar hasta nos parecía tarde…). La cena era también tipo buffet con un apartado de ensaladas, otro de carnes y otro con cosas variadas (verdura, pasta, nuggets, etc.). Yo me hice una ensalada con espárragos y luego cogí un pincho moruno, dos rollitos de primavera y un trozo de pescado frito, de postre un yogur. La bebida de las cenas no estaba incluida, como ya dije antes, así que pedimos una botella de agua con gas (3’5€).
Tras la cena dimos un pequeño paseo por Pas de la Casa, aprovechando para entrar en un súper a echar un vistazo; resulta que era de origen portugués y estaba muy bien de precio. Compramos agua para tener en el cuarto (pues el agua del grifo no se debe de beber, os lo aseguro) y dos latas de whiskey Jack Daniels con Coca-Cola (ya venía mezlcado) para probar este invento. Yo pensé que iban a estar muy dulces pero no, la verdad es que estaban bastante buenas. También aprovechamos para comprar factor solar en una farmacia, pues nos había dado bien el sol en la cara y no queríamos quemarnos. Una vez en el cuarto Pelayo apretó las fijaciones de mi tabla con un destornillador que le dejaron en la recepción del hotel y después vimos la segunda etapa del Dakar.
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