Diario de Perú. Día 4: Valle Sagrado

Desayunamos a las 7 am y aproveché para recoger las camisetas que había dejado a lavar y secar. Pagué la habitación (153 soles, una ganga=40euros) y subí al cuarto para cerrar las mochilas. Nos despedimos de las chicas del hostal y nos fuimos para la Iglesia de San Blas, en donde nos tenían que recoger para realizar el Tour por el VALLE SAGRADO. Sobre las 8:10 apareció un minibus con un conductor y una chica muy alterada que nos pidió que subiésemos rápido, pues taponaban la circulación por lo estrechas que son las calles en San Blas. En teoría nos tenían que haber llevado a otro bus más grande pero la chica de este bus hizo lo que le dio la gana así que al final nos metieron en un bus viejo y sucio. Pelayo y Borja iban bastante cabreados. Nuestro guía se llamaba Fredy y la verdad que era un gran profesional. La primera parada fue en un pueblo minúsculo para ir al baño y mirar los puestos que allí se colocan por si algún turista quiere comprar algo.
Vistas del Valle Sagrado
 
La segunda parada fue en el MIRADOR DE TARAY, desde donde hay unas vistas impresionantes del valle Sagrado de los incas. Este valle, dentro de los Andes, está compuesto a su vez por numerosos ríos y valles más pequeños, abarcando desde Pisaq hasta Ollantaytambo. Fue muy apreciado por los incas debido a sus condiciones geográficas y climáticas, pues es donde se produce el mejor maíz de Perú. Uno de los ríos que pasa por este valle es el Urubamba, que nace en el departamento de Cuzco. En su curso alto lleva el nombre de Vilcanota, que conserva hasta que llega al pueblo de Urubamba.
La tercera parada fue en PISAQ, que significa perdiz en quechua, y es que, según se dice la ciudad tenía la forma de este animal. Actualmente está dividido en dos partes: la antigua en la zona alta, incaica, y la actual, en el valle, de época colonial (que data de 1570). Es famoso en todo el país su mercado o feria artesanal.  Cuenta la leyenda que un cacique que vivió hace mucho tiempo en la zona tenía una hija, llamada Inquil, a la que sólo casaría con el hombre que pudiese construir en una sola noche un puente sobre el río Vilcanota/Urubamba. Un apuesto príncipe decidió aceptar el reto y pidió la mano de la princesa. Mientras el príncipe se encargaba de la construcción ella debía de subir un cerro sin darse la vuelta para mirar. Llegado el amanecer el príncipe casi había acabado la obra pero ella se dio la vuelta y entonces quedó convertida en piedra. Se dice que es la estatua que hay en una de las plazas de la ciudad colonial.
Andenes de Pisaq
 
 La visita al yacimiento arqueológico entra dentro del boleto turístico así que no tuvimos que pagar nada. Eso sí, como hacía calor, Pelayo se compró una gorra muy bonita con un bordado que dice “Perú” en rojo por 15 soles en uno de los puestos de la entrada. Los estudios dicen que el yacimiento arqueológico fue la hacienda real del Inca Pachacutec. Hay espacios de uso doméstico, ceremoniales, plazas, torreones o pucaras, acueductos, murallas, etc. En la zona central está el barrio de Intiwatana, sede de templos y palacios, de mayor calidad arquitectónica.
Pisaq
 
Se puede comprobar además cómo los incas resolvieron el problema de cultivar en las pendientes de las colinas, construyendo andenes o terrazas de 2-3 metros de ancho. Esta idea fue tan práctica que fue exportada a china por Mao Tsetung. Se les llama los andenes de acchapata, siendo alrededor de 40 y formando un triángulo con vértice hacia abajo. En las colinas de enfrente están los restos del cementerio Tanqanamarka, de época precolombina, y que con 10.000 enterramientos sea posiblemente el más grande encontrado en América. Fueron saqueados por los conquistadores. Aquí está la crítica en Tripadvisor de Pisaq.
Construcciones de Pisaq
 
El autobús nos dejó luego en Pisaq pueblo, concretamente en un taller de platería, pues parece que hay muchos por la zona. Nos enseñaron cómo se talla la plata y cómo se añaden los esmaltes posteriormente (siendo todos los tintes naturales). Pelayo me regaló unos pendientes muy bonitos con el calendario inca (85 soles=23 euros). La siguiente parada fue ya para comer, en un buffet libre. Yo comí: aguacate/palpa en salsa de mostaza, lasaña de verduras, estofado, tequeños de queso, ensaladas, boniato en vino tinto, ensalada de pasta, pollo con aguacate, etc. De postre tarta de manzana, tarta de chocolate, macedonia de frutas y arroz con leche. La bebida iba aparte (4 cervezas=24 soles, 7 euros).
 A continuación vino la última parada para nosotros, OLLANTAYTAMBO, pues nosotros cogíamos allí el tren hacia Aguas Calientes y el resto de la excursión volvía a Cuzco (haciendo la última parada en Chinchero). Ollantaytambo, pueblo y sitio arqueológico inca, sirvió a Manco Inca Yupanqui como fuerte durante la época de la conquista española. Es la única ciudad del Incanato de Perú que aún está habitada. También cuenta con andenes agrícolas que evitan los deslizamientos.
Pueblo de Ollantaytambo
 
 La ciudad fue previamente conquistada por Pachacutec, anexionándola al imperio inca, y como mandó construir un tambo durante la época inca pasó a llamarse Ollantaytambo. La leyenda cuenta que un general del imperio Inca llamado Ollanta se enamoró de la hija de Pachacutec pero este no vio la relación con buenos ojos, a pesar de que su hija estaba de acuerdo. El general fue desterrado y, cuando murió Pachacutec heredó el trono su hijo. Éste, conociendo el amor que se profesaban su hermana y Ollanta lo mandó volver y permitió que se casaran. De ahí se dice que viene el nombre de Ollantaytambo. Fuimos subiendo los andenes en etapas, pues está muy alto.
Yacimiento de Ollantaytambo
 
En la parte de arriba se encuentra el TEMPLO DEL SOL, formado por grandes monolitos. Sobre ellos perciben varias CHACANAS o cruces andinas talladas en la piedra. Éste es un símbolo milenario que proviene de los indígenas de los Andes centrales y posteriormente del imperio inca. Es una cruz cuadrada, escalonada que cuenta con 12 puntas. Hace referencia al Sol y a la cruz del sur. Se encuentra en petroglifos, tejidos, cerámicas, esculturas, etc. Se supone que representa lo masculino y lo femenino, el cielo y la tierra, el arriba y el abajo, la energía y la materia, las cuatro estaciones del año. El 3 de mayo se celebra el día de la chacana, pues la Cruz del Sur toma en esa fecha la forma de una cruz perfecta.
En Ollantaytambo se puede observar todo el proceso desde la obtención de piedras en la cantera (en una colina que está enfrente, a 6 km), su traslado (quedaron grandes piedras tiradas por el camino, conocidas como “piedras cansadas”) para el que incluso desviaron el cauce del río, su tallado y ensamblaje perfecto. Las piedras son de granito rosa. Para el traslado se cree que utilizaron troncos de madera, piedras rodantes, sogas de camélido, palancas, poleas y la fuerza de miles de esclavos. Además hay un conjunto de canales por el que corre el agua y muchas varias para guardar los productos agrícolas (colcas) en la colina de enfrente con adecuados sistemas de ventilación. Al lado de las colcas hay una piedra gigantesca que presenta el rostro de un inca y otra que parece un viejo. Aquí tenéis la crítica en Tripadvisor de este pueblo.
Nos despedimos de Fredy y nos dirigimos al aparcamiento de autobuses. Aquí está la crítica en Tripadvisor de nuestra visita al Valle Sagrado. Allí el conductor nos dio las mochilas y nos indicó cual era el camino hacia la estación de tren. Pelayo y yo íbamos delante y cuando nos dimos cuenta nos pasaron Borja y Bea en un carro-bici conducido por un señor, pues no querían caminar la cuesta abajo. Aprovechamos para comprar en las tiendas que hay fuera de la estación algo para comer al día siguiente, pues los precios en Machu Picchu son prohibitivos (patatas fritas, bizcochitos, galletas, unos bocadillos y agua).
Inca Rail
Entramos en la estación, pasando previamente el control de pasaportes y billetes (ojo: te tienen que sellar el billete, sino puede haber luego problemas). Esperamos ordenadamente en la zona del andén que nos correspondía, pues va ordenado por letras del alfabeto. Por fin apareció el tren de Inka Rail y nos subimos. Pelayo y yo íbamos en asientos juntos y enfrentados con una profesora argentina de Historia del Arte que venía de Mendoza, Carmen, y un chileno de Santiago, llamado Jorge. Ambos eran muy simpáticos y el viaje fue muy ameno porque no paramos de hablar los cuatro. Salimos de Ollantaytambo sobre las 16:30 y llegamos a Aguas Calientes sobre las 18:15. Crítica de Inca Rail en Tripadvisor.
Viaje a Aguas Calientes con Carmen y Jorge
 
En la estación de Aguas Calientes nos recogió Milagros, que trabaja en el HOTEL ECO INN. Es una chica muy agradable. Nos dio las llaves de los cuartos y dejamos las mochilas. Borja no se encontraba muy bien así que se quedó en el hotel. Bea, Pelayo y yo nos pusimos el bañador y nos fuimos directos a las termas de Aguas Calientes. Sus aguas son recomendadas para enfermedades artríticas y cutáneas. Alquilamos toallas (3 soles/toalla) en los puestos que había al lado de la ventanilla de entrada, pues dentro no te las dan. El señor de la ventanilla nos dijo que había mucha gente pero aún así compramos la entrada (10 soles/persona). Justo allí nos encontramos con Jorge, el chileno que habíamos conocido en el tren.
Era verdad que había mucha gente, pero lo peor es que había varios grupos de niños que montaban muchísimo estruendo. Primero nos metimos en una de las piscinas pero estaba el agua templada. A Bea le daba mucho asco el agua tan oscura y oliendo a azufre así que al rato salió y se duchó en unos chorros de agua que echaban unos leones que había en medio del patio (pues en los vestuarios no había duchas). Nos esperó en la cafetería tomando un mate de coca. Jorge, Pelayo y yo fuimos para otra piscina que estaba bien calentita y allí estuvimos de charleta.
Vistas de los baños
 
            Salimos un poco antes de que cerraran los baños (cierran a las 20h), nos vestimos y recogimos a Bea en la cafetería. Era un salón muy bonito y el mate era de verdad, con hojas de coca y no de sobrecito. Crítica de los baños en Tripadvisor. Miramos después varios sitios para cenar y al final entramos en una picantería, llamada LAS ORQUÍDEAS, bastante cutre en la que sólo había peruanos y en donde se tomaban las cosas con mucha calma. Sin embargo la comida estaba bastante buena: sopa de fideos de primero y de segundo Pela escogió estofado, Bea filete de pollo a la brasa y yo trucha frita (que estaba buenísima). Todo venía, como es aquí costumbre, acompañado de arroz, ensalada y papas fritas. De postre pedimos 3 dulces: un cucurucho de hojaldre, una corbata de hojaldre y una galleta de coco, todos rellenos de dulce de leche (aquí le llaman manjar). A la corbata le llaman lengua de suegra. Para beber pedimos cerveza Cusqueña. Pagamos en total 45 soles (=15 euros).
Cena en la Picantería
 
             Volvimos para el hotel, que estaba justo doblando la esquina, y pasamos por el cuarto de Borja para ver qué tal se encontraba. Lo cazamos comiéndose las galletas y papas fritas que habían comprado para el día siguiente y no tenía mala cara pero él decía que tenía fiebre. Preparamos las mochilas para el día siguiente, pues madrugábamos mucho y a dormir.

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