
En lo alto del MONTE CASTROVE, en Poio (Pontevedra), se encuentra el BOSQUE DE COLÓN, que alberga alrededor de 500 ejemplares de Sequoia sempervirens. Se trata de la mayor concentración de secuoyas californianas en Europa, también llamadas secuoyas rojas.

Pero, ¿cómo llegaron alli? La idea surge en 1992 en el Congreso de USA con motivo del 50o Aniversario del descubrimiento de América. Al parecer quisieron hacer un regalo al pueblo español para agradecer la gesta de Cristóbal Colón y estrechar lazos entre ambos países. El escrito que recoge este gesto es la Resolución H.J.Res 529, firmada el 23 de octubre de 1992 por George Bush y que podéis consultar pinchando aquí.
A día de hoy ni el Ayuntamiento de Poio ni la Comunidad de Montes de San Xoan se explica cómo los norteamericanos decidieron plantar los árboles en esa localidad concreta pero su población sí recuerda cómo expertos de USA acudieron a la zona elegida para tomar muestras de suelo para analizar en su país. Al cabo del tiempo accedieron a llevar a cabo la plantación, supervisando cada etapa del proceso.
Sólo permitieron que los vecinos colocasen los dos primeros ejemplares de esta especie endémica de Norteamérica que pertenece a la familia Cupresaceae, subfamilia Sequoioideae. Son árboles perennifolios y muy longevos, pues pueden alcanzar 2000-3000 años. La sequoya más anciana registrada cuenta con unos 3.200 años y a menudo pasan fácilmente de los 600, por lo tanto si las conservamos podrán ser testigo de una gran parte de la historia de Galicia.
Además esta especie ostenta el título de la conífera más alta (115 metros, sin incluir raíz). Por otro lado, la base de árbol puede llegar a medir 8 metros de diámetro.
Al parecer el nombre de secuoya fue un homenaje al jefe Cheroqui llamado Sequoyah, y es que son nativas de la zona de Oregón hasta California. Esta zona es montañosa y húmeda, quizás recuerde al clima y paisaje de esta zona gallega. De corteza suave pero gruesa, su madera roja se usa en ebanistería por su calidad y atractivo color.
Las sequoyas corrieron peligro durante los sucesivos incendios que afectaron al noroeste de la península, pero los vecinos siempre se han esforzado en protegerlas de las llamas. Al parecer esta zona se mantiene limpia debido a que la sombra de los árboles impide que crezca maleza en sus alrededores, lo que dificulta la propagación de los incendios.
- El terreno en el que se encuentran cuenta con 2 Ha valladas y señalizadas. Está justo al lado del ÁREA RECREATIVA O CASTRO y el precioso CAMPO DE GOLF CHAN DO FENTO. Por cierto, si sois amantes del golf, os recomiendo salir a jugar en este campo natural.
La subida en coche hasta el Bosque de Colón es estrecha y curvosa, pero bien merece la pena, pues las vistas de la Ría de Pontevedra son espectaculares.
También pdréis organizar un picnic en las mesas del Área Recreativa de O Castro o incluso entrar a la Cafetería del Campo de Golf (no es necesario ser socio), que dispone de unas bonitas vistas así como ricos vinos y pinchos, a buen precio.
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