
DOMINGO 13 MAYO 2018
Desayunamos sobre las ocho de la mañana y salimos del piso, atravesando el barrio, cementerio incluido; en uno de los bonitos parques estaban jugando al criket.

Cuando llegamos a la parada del autobús vimos que había un TKMAXX, una especie de outlet de todo lo que os podáis imaginar. Pelayo y yo compramos un par de gafas de sol cada uno (él Callaway por 20 Libras/22€ y yo O’Neill por 13 Libras/14’5€).
Nos metimos allí mismo en el metro para salir en Warwick Avenue Station con el fin de pasear por los canales de Little Venice, un barrio que recuerda a Venecia. Está lleno de barcos atracados en donde vive gente y además se puede alquilar una lancha por un tiempo para pasear.

Tras dar un paseo por Little Venice nos dirigimos a Paddington. Allí entramos en Pergola, un lugar abierto lleno de puestos de comida y bebida, con mesas en el centro para poder sentarse y comer.

Como no nos convenció la oferta escogimos un restaurante libanés que había fuera, en la plaza, llamado Massis. Estos fueron los platos que pedimos:
-Combinado de entrantes
-Chicken Shaw
-Lamb Cous Cous
-Lamb Cutlets
-Yogurt Kafta
Estaba todo muy bueno y además las raciones eran abundantes. Pagamos por todo 120’38 Libras/135€.
Tras la comida nos dirigimos a Hyde Park, pues yo quería ver el Speakers’ Corner. Allí se reúne la gente los domingos para hablar de diferentes temas, un lugar curioso.

Tomamos algo cerca de los grandes almacenes de Harrod’s, en un local de la cadena Nero, en donde tomamos cuatro cafés y un par de dulces, invitando Macarena.

De ahí nos dirigimos al Royal Albert Hall, en donde se proyectaba un documental de la BBC (Planet Earth 2) acompañado de música en directo de la orquesta. Como las entradas se habían terminado, mi hermana había adquirido por 15 Libras/17€ por persona plazas para la parte más alta, en donde se está de pie o sentado en el suelo. Hay que ir, por tanto, pronto para coger sitio en la parte delantera de la barandilla y poder ver bien. Llegamos justo cuando abrían las puertas, a las 17:15 horas.
El espectáculo fue fantástico, pues proyectaron impresionantes imágenes de naturaleza en una pantalla gigante, acompañadas por una estupenda orquesta. Desde la parte alta se veía bien, y además como llegamos pronto pudimos coger barandilla (yo me senté directamente en el suelo).

Tras el concierto nos dirigimos en bus hasta el piso y allí cenamos algo de fruta y yogures. Volvimos a jugar al mus, pero hasta una hora prudente para el día siguiente ir a trabajar.
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