Diario de Japón día 4: Tokio (Asakusa, Odaiba)

DÍA 4: JUEVES 20 OCTUBRE 2016

Me desperté a las 4 am por las ganas que tenía de ir al baño y ya no conseguí dormir más. A las 7 desperté a Pelayo, nos vestimos y bajamos a la calle a desayunar. Le preguntamos a la chica de recepción por algún sitio para desayunar y nos contestó que el único que estaba abierto a esas horas era un local que había justo cruzando el paso de cebra, en la misma acera del hotel, llamado Yoshinoya (pensaba que aquí madrugaban pero ya vi que no, pues la calle estaba prácticamente vacía).

Yoshinoya es una cadena de comida rápida, de estilo japonés, especializada en gyudon (bol de arroz con carne de ternera encima, aunque también había de cerdo). Para mí lo más interesante que ofrecen son los menús, esto fue lo que pedimos:

-Pelayo un menú con salmón, sopa, arroz, carne de cerdo y nori
Desayuno en Yoshinoya

-Yo otro menú con natto (semillas de soja fermentadas, muy pegajosas y bastante fuertes de sabor), huevo crudo, arroz, carne y nori

Menu Yoshinoya

El chico que nos atendió fue muy antipático y no quiso ni contestarnos cuando le preguntamos que cómo se comía todo lo que había en la bandeja. Pagamos 1040Y/9’5€ (lo cual para Japón es muy barato). Aquí tenéis la opinión que publiqué en Tripadvisor sobre este establecimiento.

Estábamos en el local cuando de repente entró un occidental acompañado por dos mujeres japonesas; resultó ser un español que trabajaba para la Embajada de Japón en España. Estaba allí de viaje y con las otras japonesas se brujuleaba genial porque le traducían todo (una trabajaba en el Consulado de Japón en Barcelona y la otra en la Embajada de Japón en Alaska). Estuvimos un rato largo hablando con ellos.

Tras un breve paso por el hotel, salimos a la calle con la intención de visitar el templo de Senso-Ji, que se encuentra en Asakusa (barrio del Noreste de Tokio). Cogimos el metro (pagamos 170Y/1’5€ por persona hasta Asakusa) pero no nos enteramos bien de cómo funcionaba, pues en el cambio de línea la máquina se tragó el ticket y no nos dejó pasar. Volvimos a coger otro ticket más de 170Y y al salir en Asakusa en el torno se encendió una luz roja, diciendo que faltaba dinero. Nos hicimos los suecos y seguimos caminando, pues la barrera que baja es de plástico y se empuja fácilmente. El guardia de la estación ni se enteró, pues había mucho tránsito de gente. No entendimos porqué pasó esto ni porqué tuvimos que comprar dos billetes… Igual es que entramos en una línea privada y el ticket no era válido.

Plano de Metro

Caminamos hasta la avenida en la que se encuentra el templo, que es budista y ostenta el título del más antiguo de Tokio (siglo VII). Al parecer fue destruido por los bombardeos durante la Segunda Guerra Mundial, por lo que la actual construcción es una reproducción. El templo está dedicado a la diosa Kannon, pero al parecer su figura no se muestra al público.

Templo Senso-ji

Templo Senso-ji

Lo primero que se ve es la Puerta de los Truenos/Kaminarimon, fácil de reconocer por su gran farolillo rojo. A continuación se encuentran una buena cantidad de tiendas en la llamada calle Nakamise, donde al parecer ya había negocios desde la época Edo. Todavía estaban muchas cerradas (si es que está claro que aquí no madrugan…) pero sí vimos en algunos puestos a señores mayores haciendo típicas galletas, que vimos en muchos más lugares del país. Al final de la avenida aparece la puerta del templo, llamada Hozomon, en donde podréis ver en su parte posterior unas sandalias gigantes que pesan más de dos toneladas cada una. A continuación se encuentra la pagoda de los cinco pisos, unos bonitos jardines con peces, etc.

Sandalias gigantes

Yo aproveché para coger un papel de la suerte a cambio de una moneda: se llama omikuji y consiste en sacar de una caja un palo que lleva un símbolo: luego hay que buscar dicho símbolo en los cajones de madera y coger el papel que dirá cuál es tu fortuna. Hay toda una escala de pasos entre la excelente buena suerte y la maldición; a mí me tocó el papel de buena suerte incierta (me dice que me pasarán cosas buenas en el futuro). Si sale mala suerte se puede atar el papel a los árboles del templo para que se quede allí.

Omikuji y jardines

Jardines de Senso-ji

Tras salir del templo compramos en uno de los múltiples veinticuatro horas, en concreto de la cadena Lawson, unas galletas rellenas de habas, meronpan y cerveza elaborada con espinas de atún (688Y/6’25€).

Cerveza Sorry elaborada con espinas de atún

Fuimos dando un paseo por las silenciosas calles del barrio, mientras nos comíamos las viandas, hasta Kappanbashi. Se trata de una calle conocida por sus tiendas de objetos de cocina pero también por las réplicas de comida de cera: en todo Japón veréis en los restaurantes platos con comida de plástico para que el comensal se haga una idea de lo que le van a ofrecer (y al parecer los precios son bastante altos). Además venden llaveros, imanes, recuerdos y kits para elaborar uno mismo en casa alguna de las preparaciones más sencillas; la verdad es que los escaparates son alucinantes, pues muchos parecen reales y más apetitosos que los originales. También disfrutamos entrando en algunas tiendas de cuchillos que vimos a nuestro paso.

Comida de cera en Kappanbashi

Nuestra idea era continuar el día haciendo un crucero por el río Sumida, que sabíamos que salía desde Asakusa, rematando en la isla de Odaiba para pasar allí la tarde y ver la bonita bahía de Tokio, así que buscamos los embarcaderos. El primero que encontramos fue el de Tokio Cruise, que está justo en la orilla de enfrente al edificio de Asahi (lo reconoceréis fácilmente por el cuerno dorado que tiene en la fachada). Resulta que el próximo barco no salía hasta casi dos horas después (a las 13:30) y valía 15€/persona, además de ser un poquito bordes (eso sí, los barcos son ultramodernos). Aprovechamos para sentarnos en las mesas que había en la sala, para comer, ir al baño y descansar un poco mientras decidíamos qué hacíamos.

Río Sumida y edificio de Asahi

Finalmente abandonamos Tokio Cruise y seguimos caminando por la orilla del río. A los pocos minutos nos encontramos con la oficina de Water Bus, que es más barato y salía en una hora (a las 12:40h), con evidentemente barcos más modestos pero cómodos. Compramos los billetes (1130Y-10€/Persona, además te dan un mapa muy bueno de la isla de Odaiba) y nos sentamos a tomar algo en las terrazas que había justo enfrente, al borde del río (escogimos el Tully’s Coffee, una cadena que hemos visto en todo Japón). Pedimos dos iced cafés, uno pequeño y otro mediano, pagando 700Y/6’4€, que no nos gustaron mucho porque nos esperábamos un frappé y era un simple café con muchos hielos.

Taquilla del Water Bus
Embarcadero de Water Bus

Por lo tanto, si no queréis perder el tiempo, consultad previamente los horarios del Water bus aquí, que es el único enlace que encontré de esta empresa (cuya web, como casi siempre, apenas tiene nada en inglés…). Con abrir el pdf que hay en la web os llegará, pues allí tendréis en inglés las explicaciones de dónde coger cada línea de barco y los horarios. Toda la restante información que encontré en la red hace referencia a Tokio Cruise.

A las 12:40 cogimos el barco, que nos dejó en la isla de Odaiba tras una hora de viaje. Nos colocamos de pie en la cubierta, pues hacía muy buen tiempo. Fue un viaje muy bonito, guardamos muy buen recuerdo, os lo recomiendo vivamente. La bahía de Tokio es espectacular y las vistas desde el barco son impresionantes, además pasar por debajo del famoso Rainbow Bridge.

Bahía de Tokio

Una vez en Odaiba (que por cierto, es una isla artificial ganada al mar, repleta de locales de ocio) buscamos la réplica de la Estatua de la Libertad, en donde nos hicimos unas cuantas fotos (aunque es bastante más pequeña que la de verdad). Durante nuestra estancia en la isla vimos varias personas disfrazadas de los personajes de Mario Bross, se ve que les encanta.

A continuación decidimos comer en el restaurante Hawaiano Kua Aina, que está en la entrada del centro comercial Aqua City. Pedimos dos hamburguesas con patatas:

-Pelayo con salsa teriyaki
-Yo con piña

Kua Aina

Estaban buenas pero sin más, pagando las dos hamburguesas, una cerveza hawaiana y un agua 3104Y/28€. Las vistas, eso sí, eran bonitas, pues teníamos enfrente la bahía y la estatua de la Libertad. Entramos después en el centro comercial que hay justo al lado del restaurante y compramos algo de postre en un Daiso (dos bollitos blandos, uno tipo Hokkaido y otro relleno de crema) por 216Y/2€.

Salimos del Aqua City y nos dirigimos a otro centro comercial que hay en la isla llamado Diver City. Subimos hasta la última planta, en donde hay una exposición de Gundam (a los enamorados de estos juguetes les encantará); con una parte gratuita y otra de pago. Nosotros vimos sólo la gratuita y la verdad es que es amplia y curiosa, aunque no os encandile el tema (que es nuestro caso). Además sacamos dos bolas de las máquinas gashapon con muñecos para montar (300Y/2’7€ cada uno).

Pelayo en el Museo de Gundam
Kitty

Salimos al exterior para ver el gundam gigante que hay en una de las entradas (es digno de visitar), nos sacamos unas cuantas fotos y construimos los muñecos que venían en las bolas, en plan friki. Al parecer retiraron la gran estatua en Marzo de 2017 pero colocaron otra nueva que además se mueve.

Gundam gigante de Diver City
Montando los Gundam

A continuación paseamos por Venus Fort, otro centro comercial inspirado en Italia, con tiendas a ambos lados de las calles (al estilo del Hotel Venetian de Las Vegas, que podéis ver pinchando aquí). El techo está pintado de azul, como si fuera el cielo, y la verdad es que llega a engañar a los sentidos. Sin embargo la parte que más nos gustó de este centro comercial fue la de TOYOTA MEGA WEB, en donde pasamos un buen rato jugando en los simuladores y viendo coches de todas las épocas.

Venus Fort

Cuando nos cansamos de Odaiba (pues había más centros, museos, miradores, restaurantes, balnearios, etc., pero ya no teníamos fuerzas) cogimos el tren en Aomi hasta Shimbashi (línea Yurikamome, por 380Y/3’5€ por persona) con el fin de cruzar el Rainbow Bridge y ver la bahía iluminada de noche. Recomiendan sentarse en el primer vagón, pues al parecer va sin conductor y hay unas bonitas vistas. Cuando llegamos a la estación el tren ya estaba en la vía y creímos que nos sentábamos en la parte delantera pero resultó ser la trasera. He de decir que desde allí las vistas fueron espectaculares, aunque no puedo comparar con las del primer vagón. Ya no nos movimos del sitio porque habíamos cogido asiento justo en la cristalera y no quisimos perderlo.

Toyota Mega Web

Toyota Mega Web

Como aún era pronto (pues anochece volando y parece que es mucho más tarde) decidimos coger el JR-Yamanote desde Shimbashi hasta Shibuya para ver el paso de cebra más transitado del mundo. Es impresionante: primero lo cruzamos a pie y luego lo vimos desde el Starbucks que hay en uno de los edificios laterales y en donde además no necesitáis consumir nada, podéis subir y hacer fotos sin problema. Además hicimos otra con el perro HACHIKO, que está justo a la salida de la estación de JR. Al parecer este perro acompañaba a su dueño a la parada de metro y luego lo iba a buscar cuando volvía de trabajar. Un día el dueño murió en el trabajo y el perro estuvo esperando por él en la parada de metro de Shibuya a que volviese durante casi 10 años. Los vecinos lo alimentaron durante todo ese tiempo y decidieron finalmente erigir una estatua en su honor, dada su fidelidad. No es fácil de encontrar dada la gran cantidad de gente que hay en los alrededores de la estación y porque pasa desapercibido entre los árboles de la plaza.

Paso de cebra de Shibuya y Hachiko

Hachiko

Luego dimos un paseo por el barrio, que cuenta con edificios repletos de neones, miles de tiendas, gente y barullo a partes iguales. Conseguimos comprar en una de las tiendas de Bic Camera una tarjeta SIM de Japan Travel por 4082Y/37€. Al meterla en el móvil se seleccionaba la red y seinstalaría automáticamente, sin necesidad de una primera  llamada de activación desde un teléfono fijo japonés (y al parecer no valen hoteles), como pasaba con las demás compañías. También aprovechamos para comprar una batería externa de móvil muy chula, de color rosa, por 2246Y/20€ (que nos fue muy útil durante el viaje, pues no parábamos de consultar información y sobre todo Google Maps para no perdernos).

Tarjeta SIM ideal para turistas

Paramos para descansar un rato en un bar y tomamos un par de cervezas, pagando 1160Y/10’5€. Luego buscamos un sitio para cenar pero como llevábamos todo el día caminando, estábamos un poco cansados, y no queríamos dar muchas más vueltas por lo que entramos en un centro comercial que había justo al lado, llamado Mark City. Escogimos, entre los locales que allí había, un restaurante especializado en fritos llamado Tonkatsu Wako (en realidad es una cadena, aquí podéis consultar su web). Enseguida nos sentaron en una mesa y nos sirvieron té. El tonkatsu es carne de cerdo empanada con panko, frita y troceada; se ve en muchísimos locales de comida rápida. Esto fue lo que finalmente pedimos:

-combinado de fritos: ostras, langostinos y cerdo

Cena

-frito de cerdo con huevo, cebolla y miso con almejas enanas

Cena

Cada plato venía acompañado por arroz, una especie de morning glory tailandés pero al estilo del lugar, nabo daikon rallado, col, sopa miso, encurtidos vegetales (tsukemono), etc. Además había varios tipos de salsas: tonkatsu, soja, teriyaki, ponzu, karashi/mostaza japonesa, etc. Se podía repetir de arroz, col, daikon y té todo lo que uno quisiese… Total, que comimos muchísimo. Pagamos 2960Y/27€ por todo, pudiendo ver dejo la opinión que escribí en Tripadvisor junto con fotos del local.

Al salir cogimos unos dulces en un combini por 958Y/9€ para el desayuno del día siguiente y volvimos al barrio de nuestro hotel en JR. Una vez allí entramos a echar una ojeada en un supermercado muy pijo que nos había llamado la atención desde el primer día y era la última oportunidad que teníamos para verlo, pues al día siguiente abandonábamos Tokio. Qué casualidad que en la puerta tenían varios “MUST”, ¡¡y entre ellos estaba el jamón gallego de Torre de Núñez!!

Jamón Torre de Nuñez

Al llegar al hotel nos duchamos y a dormir, que el día había sido muy largo…

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