SÁBADO 2 MARZO 2019
A las 8:30 bajamos al bonito comedor de Casa Lerín, en donde ya nos esperaban Mónica y Cristina con el desayuno: café, infusiones, pan, mantequilla, riquísima mermelada casera de ciruela, torta típica de la zona, etc. Nos recomendaron visitar Casa Ubieta, en Ayerbe, en caso de que quisiésemos comprar productos típicos de Aragón.
Estuvimos charlando con ellas largo y tendido, pues son muy simpáticas. Fue una pena no poder quedarse más tiempo en la zona, pues merece la pena unos cuantos días. Tras el desayuno cerramos las maletas y marchamos en dirección a Logroño, donde dormiríamos esa noche en casa de nuestro querido amigo Óscar.
Por el camino vimos preciosos paisajes y pueblos además de buitres, grullas, patos, cigüeñas, etc.
Llegamos a Logroño sobre las 12, donde ya nos esperaban Óscar y su hija Sara. Tomamos un aperitivo y luego dejamos a Sara en casa de la abuela.
Nos dirigimos entonces a la Calle Laurel, en donde tomamos:
–Bar Paganos: Tres pinchos ibéricos, dos vinos y un corto (12’2€)
–Bar Ángel: tres pinchos de champiñones y tres vinos (10’8€)
–Bar Ontañón: tres pinchos de solomillo y una botella de Marqués de Cáceres Excellens 2015 (25€)
De ahí nos fuimos para casa, pues venía de visita Fran, una amigo de Óscar. Ellos se fueron al salón a beber gintonics mientras yo me eché una siesta en el cuarto. Pelayo se acabó quedando dormido en el sofá, pues lo oía roncar yo desde el salón… Vamos, que la visita fue un éxito, al pobre Fran no le hicimos ni caso.
sobre las 19:30 me levanté y Fran ya se había ido. Decidimos ir a comprar algo para cenar, con la intención de que cocinase algo Pelayo. De camino al supermercado Óscar paró en el bar en donde juega habitualmente al mus y ya la volvimos a liar. Nos presentó a varios de sus amigos: el Moñas, Nacho, el Madrileño, Iris la camarera, y Juan (quien, por cierto, nos regaló una botella de vino blanco de La Rioja).
Yo tenía el estómago bastante tocado así que me tomé dos caldos, pero Pelayo y Óscar siguieron a cañas. Óscar tiró una de las cañas que había en la barra, sin querer, mojándose la camisa y el pantalón. Pelayo mientras aprovechó para ir al baño a vomitar, sintiéndose mucho mejor después.
Sobre las 21 horas Pelayo nos apuró para ir a comprar algo al Supermercado, pues iban a cerrar. Como en casa había filetes y setas al final nos fuimos directos para casa de Óscar, pues ya era bastante tarde.
Pelayo y yo nos dedicamos a cocinar y, cuando nos dimos cuenta, Óscar se había metido en la cama y ya no hubo manera de despertarlo. Por tanto cenamos Pelayo y yo y después nos fuimos a dormir, pues nos esperaba un largo viaje al día siguiente.
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