Diario de Costa Rica, día 5: Caribe Sur

DOMINGO 28 DE SEPTIEMBRE 2014

Nos despertamos a las 6 y bajamos a desayunar: gallopinto, revuelto, pancakes, pan, dulce de guayaba, zumos, etc. Al final contratamos, a través de Dani y en su hotel, la excursión que iban a hacer ellos de snorkel y caminata por el PARQUE NACIONAL DE CAHUITA (almuerzo incluido) por 60$/persona, que ya bastante era… La empresa se llamaba CAHUITA TOURS y pinchando aquí podréis visitar su web, por si os interesa.
Pelayo en la hamaca de la habitación

Tras desayunar volvimos al cuarto y nos quedamos un rato dormidos, Pela en la hamaca y yo en la cama, pues aún quedaba un rato hasta que nos viniesen a recoger a las 9. Opino que en Costa Rica amanece muy pronto pero las excursiones empiezan tarde y por tanto se aprovechan poco las horas de luz (por la tarde oscurece enseguida); creo que se podría mejorar mucho este aspecto…

Nos vino a recoger un poco antes de la hora un conductor llamado Luis. En nuestro hotel también recogieron cuatro ingleses más y las dos parejas de vascos que habían venido con nosotros el día anterior desde Tortuguero hasta Puerto Viejo. Nos dejaron en la Oficina de Cahuita Tours, donde pagamos los 120$, y nos hicieron entrega a cada uno de gafas, tubo y aletas.

 

Bahía en la que buceamos
Nos llevaron caminando hasta una barquita y en ella navegamos hasta la bahía del Parque Nacional de Cahuita. Allí nos zambullimos la primera vez y vimos un montón de peces. Había que tener cuidado en algunos puntos para no darle patadas al coral, debido a la poca profundidad de la zona. La verdad que el lugar era paradisíaco y vimos muchos peces. La siguiente parada fue un poco más adelante, en un punto en el que se avistamos varios bancos de peces e incluso un pez raya enorme acompañado de otro más pequeño.
Serpiente Oropel
La tercera parada fue ya en tierra, en el PARQUE DE CAHUITA, que es impresionantemente bonito. Nada más bajar nos cambiamos la ropa mojada y justo en los arbustos de los alrededores el guía nos mostró tres serpientes: una oropel amarilla muy enroscada, una marrón y otra que parecía tal cual parte del árbol, todas en las ramas (sólo la última no era venenosa). Nos ofrecieron allí mismo unas cuantas piñas muy maduras que estaban exquisitas. A continuación continuamos con la caminata por el Parque Nacional de Cahuita acompañados de Daniel, el guía. Este parque protege los ecosistemas de la zona, tanto terrestres como los corales marinos. Es una de las zonas más bonitas de Costa Rica, con unas playas impresionantes y mar cristalino que permite observar los arrecifes coralinos.
Parque Nacional de Cahuita

En el parque se han registrado 123 especies de peces, 35 de corales, 140 de moluscos, 44 de crustáceos, 128 de algas, además de varias especies de monos, mapaches, perezosos, nutrias, coatís, ibis, martines pescadores, etc. El guía nos habló de plantas medicinales y sobre todos los bichos que nos íbamos encontrando: perezosos, monos, cangrejos violín, cangrejos ermitaños, serpientes, mariposas morpho, lagartos, basiliscos, y un largo etc. Por ejemplo hace infusiones que van bien para el riñón de la caña agria, para el estómago del sangrillo (se llama así porque su savia parece sangre), nones (fruta que al parecer sabe fatal pero que cura un montón de cosas), jopes (frutas similares a ciruelitas muy ricas), guayabas, etc.

 

Caminata por el Parque de Cahuita

Al salir del parque dejamos 1000 colones de propina puesto que por esa entrada no hay que pagar el ticket que exige el Gobierno (lo único gratis que encontramos en Costa Rica) ya que está gestionada por la propia comunidad de la localidad. Si se accede al Parque por otra entrada tendréis que pagar el boleto. Yo lo pasé un poco mal porque no me limpié bien las arenas de los pies y me hicieron daño luego las sandalias al caminar por el parque así que llevar un calzado adecuado. Aquí os dejo el enlace a las fotos y opinión que subí a Tripadvisor sobre el parque.

Parque Nacional de Cahuita
Almorzamos en el pueblo de Cahuita en una típica soda costarricense. El menú fue rice and beans (cocinados con coco, buenísimo) acompañado de un pescado que le llaman macarena, plátano frito y ensalada verde; para beber jugo de piña y limonada. Estaba todo riquísimo. Luego vino a buscarnos un minibús, que nos dejó en nuestros respectivos hoteles sobre las 16h. Una vez de vuelta en el cuarto nos tumbamos un rato en la cama y nos quedamos dormidos otra vez, pero yo en la hamaca (que me pareció bastante incómoda).

 

Casado que comimos en una típica soda

Despertamos sobre las 17:30h, nos duchamos y cogimos el primer bus de línea que iba hacia Puerto Viejo; paró justo delante del hotel, subimos y pagamos al conductor 610 colones/persona. Al llegar nos dimos un paseo, buscando una tienda llamada ARTEC en la que venden chocolate orgánico hecho por los indígenas de la zona (por cierto, había una excursión que ofrecía nuestro hotel para ir a visitarlos pero era un robo así que nos quedamos con las ganas). Supongo que pagando un taxi hasta la puerta de la reserva indígena y una vez allí la entrada a la misma, probablemente ahorréis varios colones; sin embargo en nuestro hotel no nos quisieron informar de esa posibilidad (nos dijeron que igual llegábamos allí y no nos abrían la puerta, cosa que dudo…).

Compramos en la tienda de ARTEC dos bombones hechos por las mujeres de la reserva por 650 colones. Luego tomamos un par de cervezas (una Imperial y una Imperial Silver, que lleva limón) en un bar muy llamativo que está regentado por un australiano llamado OUTBACK JACK’S, pagando 2.750 colones/4’5euros. Tiene expuestos un montón de objetos y chorradas que hacen que estés un buen rato mirando para las paredes. Aquí tenéis la opinión que subía a Tripadvisor de este curioso local.

Después buscamos, para cenar, el RESTAURANTE TAMARA, pues nos lo había recomendado el conductor que nos trajo a Puerto Viejo el primer día, que era de esta zona. También nos recomendó otro llamado MOPRI, pero no nos dio tiempo a probarlo. Una vez en el Tamara nos atendió un camarero muy majo que nos dio conversación durante toda la velada. Pedimos de primero Pulpo al ajillo con papas fritas y de segundo Camarones en salsa caribeña con patacones (plátano aplastado y frito), ambos platos venían acompañados de ensalada. De postre pedimos un curioso postre llamado Salami de chocolate, que realmente parecía un embutido pero en realidad se trataba de una combinación de chocolate con galletas troceadas y ron. Al parecer congelan la mezcla y luego la lonchean, sirviéndolo con un poco de helado de vainilla. La verdad es que estaba todo muy rico y sólo pagamos 16.000 colones/24€ (de beber tomamos cerveza local). Como nos quedamos de rollo con el camarero al final pedimos un mojito para Pela y un daiquiri de mango para mí, lo que costó como la mitad de la cena (7.000 colones/12€). Aquí tenéis la crítica en Tripadvisor del Restaurante Tamara.

La verdad que esta fue una de las mejores comidas de Costa Rica y la más aceptable de precio, pues a medida que fue avanzando el viaje las cosas se tornaron cada vez más y más caras. La verdad que al final del viaje puedo decir que lo que más nos gustó fue el Caribe Sur, al menos no nos sentimos tan estafados, como nos ocurriría más adelante. Fuimos a Costa Rica pensando que los precios serían acordes a un país latino y nada más lejos de la realidad, están al nivel de Europa para muchas cosas y algunas incluso más caras en Costa Rica…

Luego cogimos un taxi para volver al hotel, pues los buses ya habían terminado. Antes de subir acordamos el precio con el conductor: 3.000/5€ colones, que fue lo que nos recomendaron en la recepción del hotel.

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