Diario de Costa Rica, día 3: Tortuguero

Nos despertamos a las 6 am y estuvimos secando con el secador la ropa todavía mojada del día anterior. A las 7 marchamos al comedor a desayunar: revuelto, salchichas, gallopinto, pancakes, fruta, café, pan de canela, etc.

Volvimos después para el cuarto y sacamos lo que quedaba húmedo para fuera, a ventilar, pues ya había dejado de llover. Yo me duché y al salir se me clavó algo en la planta del pie, resulta que era una hormiga enorme. Pelayo la cazó y la mató, después de darle muchos golpes, pues aguantaba que no veas. Fui corriendo a recepción con la hormiga en una servilleta para ver si era venenosa pero menos mal que no; este tipo de hormiga, llamada balín, “solamente” tenía una picadura dolorosa, pero no veneno, y vaya si era cierto…

A las 9 quedamos en la piscina con Ronny para dar un paseo por el bosque secundario que rodea el hotel, que es bastante joven, pues talaron los árboles hace tiempo (Tortuguero no comenzó su andadura como parque protegido hasta 1970). Como siempre, habló y vendió humo a partes iguales.

Sobre las 11 llegamos al hotel y nos dimos cuenta de que realmente el paseo que hicimos había sido una ruta circular alrededor del mismo, sin alejarnos casi nada, nos sentimos un poco decepcionados…

Dejamos las katiuskas que nos habían prestado en el hotel en su sitio y nos fuimos al embarcadero. Un barco nos cruzó a la otra orilla, en donde nos esperaban para hacer la actividad de tirolinas/canopy que habíamos contratado por 25€/30$ el día anterior. El parque, que pertenece a la empresa AERIAL TRAILS TORTUGUERO CANOPY contaba con 11 plataformas, 4 puentes colgantes y 1 liana, creo recordar. Nos dcieron casos y guantes a todos al llegar y arrancamos el recorrido acompañados por el guía.

Primero recibimos una pequeña clase de cómo había que colocarse en el arnés y cómo frenar. Fue muy divertido y la verdad es que los monitores contribuyeron a ello, pues eran muy simpáticos. Sin embargo, días después, nos ofrecerían por poco más dinero una tirolina que era infinitamente más grande y profesional en Monteverde, así que de haberlo sabido no hubiéramos pagado ésta y sí la otra.

Tras la actividad acudimos directos al comedor del hotel: calabacines, pollo en salsa, pasta, ensalada de garbanzos y lentejas, etc. De postre un bizcocho bañado en leche con chantilly por encima.

Nos dimos un paseo por las calles del pueblo, que cuenta con 1.000 habitantes. Compramos a un chaval que estaba en un banco sentado unas pequeñas tortugas de madera que tallaba él mismo en madera de árboles de la zona (palo de hierro), pagando 10.000 colones/16 euros por cada una (está claro que se aprovechan bien del turismo, pues eran minúsculas…). Además en un ultramarinos regentado por una china compramos dos cervezas imperiales y cera de abejas para mis trenzas por 3.500 colones (6 euros).

Sobre las 16:30 volvimos para el hotel y una señora se me acercó para darme la bolsa con la ropa que había dejado a lavar, ya limpia. Le dimos una propina de 3.500 colones (en la recepción me dijeron que con 5 dólares bastaba, pero nos pidió más así que finalmente de entregué algo más). No sabía todavía lo barata que me había salido esta colada…

Nos pusimos el bañador y nos bañamos en la piscina del hotel hasta las 18h. A Pelayo le ha salido un sarpullido, principalmente por la espalda, pero también por el pecho y la tripa, desconociendo a qué se debe.

Tras el baño nos duchamos y vestimos para la cena, que era a las 19h. Cenamos ensalada, tilapia y crema de verduras. De postre había tarta de lima, muy rica. Para beber nos ponían siempre agua o zumos de polvitos de distintos sabores (guayabazo, maracuyá, mora, etc.) que recordaban al Tang.

Tras la cena tomamos algo en el bar con Dani y Noemi (Pela una Imperial y yo una piña colada), en donde estuvimos de rollo hasta las 21:30. Estando allí vimos pasar un puercoespín muy gracioso. Nos acostamos sobre las 21:30h. Por cierto, aquí os dejo el enlace a la opinión y fotos que subí sobre a Tripadvisor sobre el Parque Nacional de Tortuguero.