Diario de Andorra, día 7: llegó la temida caída

JUEVES 8 DE ENERO 2015

Nos levantamos a las 9, como de costumbre, y tras desayunar tiramos para las pistas. Hoy Pelayo tuvo dos incidentes:
-fue atropellado por parte de un francés que bajaba a gran velocidad, por lo que cayó de bruces y se clavó las gafas, poniéndosele el ojo morado con el paso de las horas
-él solo clavó la tabla en una zona de hielo y dio una vuelta en el aire cayendo con el costado derecho. Acabó muy dolorido pero aún así siguió esquiando hasta que marchamos a la hora de siempre, es más bruto… Sólo paramos a tomar algo en el mismo chiringuito de ayer, en donde estaba el mismo DJ amenizando la jornada de esquí.
Pelayo con un incipiente ojo morado y la cadera mazada tras las dos caídas
Volvimos para el hotel cuando bajó el sol (cae volando, haciendo rápidamente un frío tremendo, es alucinante, además se empieza a formar hielo, que para las tablas es peligrosísimo), nos duchamos y comimos algo de lo que habíamos comprado en el supermercado portugués el día anterior. A pesar del golpe que se había pegado Pelayo quiso ir a hacer algo de turismo así que nos desplazamos en nuestro coche hasta CANILLO, atravesando el puerto de montaña.
Canillo
 Canillo
Canillo es un pueblo muy pequeñito pero con una parte antigua muy bonita. Allí podréis ver las típicas casas andorranas de piedra, con un río que atraviesa el pueblo, un molino, una iglesia, calles muy estrechitas, etc. Como era Navidad tenían un montón de decoración por el pueblo, estaba muy chulo. En Canillo además está el PALAU DE GEL, en donde se pueden realizar numerosas actividades solos o con la familia al completo (patinaje sobre hielo, curling, karting sobre hielo, etc.). Además también hay a la salida del pueblo, si venís desde Andorra la Vella, varios outlets de ropa deportiva con muy buenos precios.
Iglesia de Canillo
Volvimos para el hotel cuando nos empezó a rugir la tripa de hambre. Antes de entrar pasamos por el centro comercial Pyrinée, que está justo enfrente de la entrada al hotel, para comprar las dos colonias que nos habían encargado Óscar y Katya, pues aquí son un poco más baratas que en España (botes grandes de Allure Homme de Chanel y Omnia de Bulgari para mujer, saliendo ambas por 97€).
Cenamos y nos fuimos para el cuarto como dos abuelitos a ver la televisión. La verdad que seis días esquiando seguidos sin parar se hacen duros… Cada día que me levantaba por la mañana me parecía que había recibido una paliza por la noche mientras dormía, qué horror de agujetas… Y eso que estirábamos al llegar al cuarto para estar menos cargados al día siguiente.

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