DÍA 12, VIERNES 28 OCTUBRE 2016
Me desperté a las 5 por el ruido que hace la nevera así que cogí los tapones, el antifaz y seguí durmiendo hasta las 9. Nos levantamos y preparamos el desayuno. La dueña del piso nos había dejado té verde que calentamos en una tetera que había en la casa, y además en una sartén calentamos la lengua para Pelayo y el tofu para mí, pues no había microondas. De postre yogur y un dontus.
Como la ropa todavía no estaba seca la dejamos cogada en las ramas de bambú. Salimos a la calle con la idea de ir hasta la Oficina de turismo de la Estación de tren de Kyoto; para ello caminamos hasta la estación de JR de Nijo. Por el camino paramos a hacer fotos en un templo muy bonito.
Una vez en Nijo cogimos el JR hasta la Estación de tren de Kyoto y allí subimos hasta la segunda planta, que era donde estaba la OFICINA DE TURISMO. Cuando llegamos había bastante cola pero avanzaba rápido. La chica que finalmente nos atendió no hablaba demasiado inglés así que no fue fácil entenderse con ella… Nos dio mapas y guías y poco más.
Nos sentamos fuera para analizar la información y decidir qué haríamos ese día. Confirmamos que en Kyoto todo el mundo se mueve en autobús, pues hay pocas líneas de JR y sólo dos de metro (norte-sur y este-oeste).
Decidimos ir a visitar el BOSQUE DE BAMBÚ, al oeste de la ciudad, pues hasta allí se iba en JR. Tuvimos que coger la línea SAN-IN y parar en ARASHIYAMA (concretamente nos bajamos en la parada de SAGA ARASHIMAYA). Una vez allí compramos en un Lawson que había al lado de la estación algo para comer más tarde (un sándwich, un maki, etc., por 1142Y/10€).
Bajamos una avenida que fue a dar al puente de TOGETSUKYO, adorado por los japoneses, así que estaba lleno de gente. Lo cruzamos y entramos en el MONKEY PARK IWATAYAMA, que se encontraba en lo alto de un monte. Las entradas fueron 2x550Y=1100Y/10€ y el recinto cierra a las 16:30.
Llegar hasta la cumbre nos llevó sobre 20 minutos, a buen ritmo. Recomiendan que no pares ni des de comer a los animales, ni te agaches ni mires fijamente a los monos. Una vez arriba hay un mirador desde el que se ve toda la ciudad de Kyoto y además se puede observar una gran cantidad de macacos. Al parecer es una especie japonesa famosos por las fotos en las que se ven bañándose en agua caliente durante el invierno (aunque aquí no los veréis así, sino libres por el monte).
Hay una caseta con verja en el que se les puede dar de comer a los monos sin que te ataquen, previo pago de la bolsa de cacahuetes (100Y/0’9€). Yo estaba asustada de tanto cartel como había por el camino pero luego vi que no eran tan fieros, pues apenas nos hacían caso y además había cuidadores que los vigilaban y reñían si se portaban mal. Estuvimos un buen rato mirando como se desparasitaban, dormían, peleaban, las mamás atendían a sus bebés, etc.
Bajamos el camino hasta la base del monte y volvimos a atravesar el puente hasta que entramos en el PARQUE KANEYAMA, en cuyo interior está el famoso BOSQUE DE BAMBÚ. Es muy bonito, mucho más tupido de lo que pensábamos en un principio, pues apenas pasa luz pero no es muy largo (id antes de que anochezca porque sino no veréis nada de nada).
Mientras estábamos allí empezó a llover. Pelayo no tenía ganas de ver más templos, pues había varios en el recinto (pagando 500Y/4’5€ en cada uno de ellos), así que decidimos visita la casa de OKOCHI SANSO, que era un famoso actor del país. Como le gustaban los jardines se construyó uno bien grande en esta zona, que es la parte principal de la visita. La entrada nos costó 2*1000=2000Y/18€. Con la entrada te ofrecen un té matcha (de verdad, muy amargo), y un dulce relleno muy rico. Estos dulces que acompañan al té se llaman wogashi y los hay de varios tipos; en este caso era un monaka, pues eran dos barquillos con relleno de judía. Tuvimos la suerte de ver varias chicas con kimono bebiendo té a nuestro lado.
Los jardines eran bonitos, pero la visita fue rápida porque cada vez llovía más. Finalmente nos sentamos en el salón a tomar el té, que estaba cubierto. Allí pusimos los abrigos a secar pero estaban empapados así que decidimos volver al apartamento.
Caminamos hasta la estación de JR y cogimos el tren hasta Nijo, desde donde caminamos hasta el piso. Por el camino vimos una licorería llamada KENTBOY’S en la que un hombre muy majo que hablaba inglés muy bien nos contó algunas cosas sobre los vinos japoneses y nos recomendó uno de la zona de Yamanashi, elaborado con una variedad muy tradicional de uva llamada kushu. Compramos una botella de este vino y otra de sake de la zona de Kyoto, pagando por todo 2100Y/19€.
Decidimos cenar en el piso así que antes de subir entramos en el Familiy Mart y compramos dos sopas para la noche y algo de sushi para desayunar al día siguiente (3148Y/29€). Cenamos tranquilamente en el apartamento, aprovechando para mira la documentación que nos habían dado en la Oficina de turismo y así organizar las visitas de los días siguientes.
Gracias por esta nota