Todos los miércoles se celebra el famoso mercadillo de VALENÇA DO MINHO así que un día nos acercamos hasta allí, pues en coche desde Pontevedra se tarda alrededor de 40 minutos. El mercadillo dispone de una gran explanada de tierra donde se permite el aparcamiento a cambio de pagar 1 euro (no sé si son piratas o no, pero al menos te dan un ticket y van con monos identificativos).
Nos dimos un paseo por entre los numerosos tenderetes, en donde podréis encontrar de todo: animales, fruta, herramientas, ropa, comida variada, menaje, y un largo etc. El suelo es en gran parte empedrado, así que es bastante incómodo si váis con tacones o con sillita de bebé.
No pudimos resistirnos a comprar unas cuantas cosas: encurtidos, pan y dulces (todo riquísimo). Luego nos sentamos en un chiringuito que hay por la zona central del mercadillo a tomar algo, que en realidad se trata de una furgoneta-bar con un toldo. Tomamos dos cervezas, mientras dimos cuenta de los encurtidos que habíamos comprado, pagando 1,20€ por cerveza, creo recordar… También sirven comida, pues la gente de alrededor ya estaba almorzando (os recuerdo que en Portugal, además de ser una hora menos que en España, comen más pronto).
Después del mercadillo fuimos a dar un paseo por la FORTALEZA, que es preciosa: muralla, estrechas callejuelas de dentro, bonitos edificios de baldosa, etc. Desde algunos puntos de la muralla hay unas vistas muy chulas de Tui y su catedral, que están al otro lado del río.
Comimos en un restaurante que nos recomendaron unos amigos que viven por la zona y la verdad es que nos gustó: CASA ÁLVARO, en Rúa Oliveira da Mosca 4930-360 Ganfei. Sólo preparan bacalao, pollo y costillas. Son muy graciosos los perros-estatua que hay fuera, os ayudarán a identificar el local, pues no tiene ningún cartel fuera.
Habíamos reservado una mesa esa misma mañana, pues si no lo hacéis, lo más probable es que no tengáis sitio cuando lleguéis. Esto fue lo qur encargamos para comer dos adultos y una niña:
-Una ración de bacalao: servido con cebolla, patatas y aceitunas, ración XL como suele ser en Portugal
-Una ración de costillas: acompañadas de patatas y una ensalada de lechuga y cebolla, además de una salsa picante que venía con un pincel para barnizar las costillas
Como llegamos a la hora prevista y estaban las raciones previamente encargadas, fue sentarnos y servirnos todo directamente (si no se encarga la comida la espera mínima para, por ejemplo una ración de bacalao, es de veinte minutos). Para beber tomamos Castello d’Alba 2014 (Douro).
De postre escogimos tarta de queso (casera) y de whiskey. Todo estaba riquísimo y en su punto. Después nos invitó un amigo nuestro, con el que coincidimos en el restaurante, a unos gintonics, que estaban muy bien preparados. Además el dueño del local nos invitó a una copita de un magnífico Oporto Taylor’s 10 años. Pagamos por todo 66 euros.
Después tuvimos la suerte de que el dueño nos enseñó la sala en donde desalan el bacalao. También nos mostró la bodega, en la que se puede comer, previa reserva y para pequeños grupos; si sois amantes del vino os gustará echar un vistazo a lo que alli guardan. Vimos, por ejemplo, una botella de Oporto que cuenta con unos cien años, una reliquia. Si queréis ver más fotos del local podéis pinchar aquí.
Tras despedirnos del amable dueño y quedarnos con muchas ganas de volver, tomamos dirección hacia el sur, pasando por unos pueblecitos costeros muy chulos. Paramos a tomar algo en las terrazas tipo chill out de MOLEDO. Esta playa es buena para surfistas por el viento que hay a menudo, de hecho allí tienen sede varias escuelas, por si os interesa. Hay una fortaleza en un islote al que me gustaría cruzar un día nadando, pero será en otra ocasión, porque el mar estaba bastante revuelto.
Continuamos hasta la playa de ÁNCORA, que es bien bonita y agradable. A pesar de ser ya las 19-20 horas, igualmente nos bañamos, pues el agua estaba muy bien de temperatura. Aquí había otra escuela de surf, pero hacía menos viento (pues la playa es más recogida) y otra pequeña fortaleza, pero esta vez en tierra.
Tras el baño volvimos hacia Pontevedra y tuvimos la suerte de ver una de las imágenes más bonitas de Galicia: las islas Cíes desde el puente de Rande al anochecer, con las bateas y los barquitos rematando la imagen. Ésta es una excursión de día completo que creo que os encantará.
Dejar una contestacion
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.