Nos levantamos a las 6.30 de la mañana y la verdad que mereció la pena por el magnífico desayuno que sirve este hotel: Había varios cocineros preparando comida china en el momento, pero también disponían de toda clase de alimentos occidentales. Pelayo tomó una sopa recién hecha con noodles, buenísima, y que al parecer es desayuno típico en China. Yo cogí verdura, salchichas, zumos naturales, noodles, dumplings, croissants, etc., no daba abasto, quería probar todo, ¡qué pinta!… No sé si volveremos a alojarnos en un hotel así…
Chou nos recogió a las 8.00 (era hiperpuntual) y partimos junto con el resto de españoles, en total 22, a la PLAZA DE TIAN’ANMEN. Estaba preciosa, pues el 1 de Julio celebraban el 90 aniversario del Partido Comunista. Hay grandes medidas de seguridad por toda la zona, de hecho vimos al menos 4-5 cámaras de seguridad en cada farola. Por fin estábamos en la plaza que tantas veces habíamos visto por la TV…
Su nombre (天安门广场) significa Plaza de la Puerta de la Paz Celestial, y es el símbolo de la nueva China. Se trata del centro geográfico y político de la ciudad, pudiendo presumir de ser la plaza más grande del mundo (880x500m). Cuando se diseñó se pretendía construir una gran explanada para realizar actos masivos, al estilo de la Plaza Roja de Moscú, y lo consiguieron. Además está flanqueada por:
– la puerta Sur de la Ciudad Prohibida
– el Museo Nacional de Historia y de la Revolución
– el Gran Palacio del Pueblo, sede de la Asamblea Popular Nacional
– el Mausoleo de Mao Zedong
– el Gran Teatro Nacional de China está muy próximo también.
En esta plaza proclamó Mao la República Popular China en 1949 pero su episodio más dramático fue la conocida Revuelta Estudiantil de 1989. Hoy en día se multa al que escupa o ensucie la plaza (y ya digo que hay miles de cámaras que controlan todos los movimientos).
En ella se encuentra también el Monumento a los Héroes, un gran obelisco de 38 metros de altura, que recuerda a los muertos en la lucha revolucionaria. Nos hicimos un montón de fotos y luego cruzamos por el subterráneo hacia la entrada de la Ciudad Prohibida. Chou nos explicó que hay 7 puentes de entrada para atravesar el foso: uno de mármol decorado con dragones para el emperador y, a sus lados, otros seis decorados sólo con lotos (dos para los príncipes, dos para altos funcionarios y dos para soldados, sirvientes y demás), lo que representa el sistema feudal chino.
Al entrar hay unas puertas rojas con incrustaciones de metal, siempre de 9 en 9, pues es el número del Emperador. Hay que tocar nueve de ellas para obtener buena suerte (los chinos son muy supersticiosos, ya lo veréis). Para continuar con este número sólo deciros que el palacio tenía 9.999 habitaciones… Los tejados están todos pintados de amarillo, que es el color imperial (de hecho nadie más que el emperador podía llevar vestidos de color amarillo en aquella época).
La CIUDAD PÚRPURA PROHIBIDA, 紫禁城, fue el palacio imperial desde la Dinastía Ming hasta la Qing. Construida en el siglo XV (tardando más de 14 años y necesitando más de un millón de obreros), fue residencia del emperador durante más de 500 años, así como centro ceremonial y político. Fue declarada Patrimonio de la Humanidad en 1987 y está registrada como la mayor colección de estructuras de madera que se conserva en el mundo, contando con 980 edificios. Nadie podía entrar o salir del palacio sin el permiso del emperador, de ahí que se llamase prohibida.
Dentro de las construcciones hay algunos objetos históricos de las dinastías que por allí pasaron (24 emperadores de las dinastías Ming, entre 1368-1644, y Qing, entre 1644-1911), pero la mayoría se encuentran expuestos en museos. El Palacio Imperial dejó de ser el centro político de China cuando, en 1912, abdicó el último emperador de China, Puyi. Las construcciones más impresionantes son el Salón de la Armonía Suprema, el Salón de la Armonía Central y el Salón de la Armonía Conservada (los nombres de las cosas aquí son de aúpa…).
El palacio es bonito pero es tan inmenso que la visita se me hizo al final un poco larga (a pesar de que reconoceréis varios de los patios que salen en las películas). Finalmente vimos unos jardines que están en el interior y nos llevaron a comer a un restaurante que según Chour era de lujo. Sirvieron numerosos platos distintos en las típicas mesas giratorias para facilitar que probásemos de todo. El menú fue: sopa, pollo agridulce, arroz, tallarines, tofu, verdura, etc. y de postre fruta. En china no suelen tomar de postre otra cosa que no sea fruta. He de decir que me gusta el sistema de la mesa giratoria, pero no es apto para tanta gente, pues cada uno quería girarla en un sentido distinto y era difícil ponerse de acuerdo.
Por la tarde vimos el PALACIO DE VERANO, 颐和园, que es un parque considerado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco desde 1998. Se encuentra a orillas del lago Kinming, que es artificial, y está prohibido bañarse en él. Este lago tiene forma de melocotón, pues es una fruta que representa la longevidad en la cultura china. En la zona hay muchas construcciones: residencias, pagodas, pasillos, muelles, puertas, etc. Fue concebido para ocio exclusivo del Emperador y su familia pero hoy en día es lugar de recreo muy famoso entre los habitantes de la ciudad.
Lago
Destaca el Gran Corredor, un pasillo techado de más de 750 m de longitud, construido por orden de la emperatriz para poder moverse por el parque sin preocuparse del clima. Está decorado con más de 14.000 pinturas con escenas de la historia de China, dividido en cuatro partes, una por cada estación del año.
En lo alto de la Colina de la Longevidad está la Pagoda del buda Fragante. En uno de los muelles se encuentra el Barco de Mármol, usado por la emperatriz para sus fiestas (muy criticada su construcción en su momento por la inutilidad para navegar y el gran gasto que supuso).
Estando en el Palacio de Verano dos de las españolas de nuestro grupo compraron sendos abanicos a una vendedora ambulante, siendo timadas, pues la vuelta se la dieron en rublos rusos que ya no son de curso legal, en vez de yuanes chinos. Chou ya nos había avisado y yo os lo recuerdo también, ojo con los vendedores ambulantes, comprad todo mejor en tiendas.
Dimos un paseo por el lago en un barco con cabeza de dragón (tuvimos que pagar 10Y a mayores, pues no estaba incluido en la visita), en donde coincidimos con un grupo de chinos católicos muy majos. Cantaron canciones durante todo el rato, fue divertido, sobre todo porque reconocimos alguna canción pero evidentemente la cantaban en chino, lo que sonaba bastante curioso.
Tras la visita nos llevaron a una FÁBRICA DE PERLAS de agua dulce que pertenecía al Gobierno. La guía nos dio una explicación en español macarrónico y abrió allí mismo una ostra para que pudiéramos ver las casi 20 perlas que llevaba dentro, que posteriormente regaló a los miembros del grupo. Después hubo paso obligado por la tienda para captar clientes pero no compramos nada dados los elevados precios. Os informo de que en China se regatea todo, incluso aquí, que era una tienda del Gobierno y se supone que con precio fijo, se podía apretar un poco a los vendedores…
Como nos sobró tiempo adelantamos la visita al PARQUE OLÍMPICOasí que nos sacamos unas cuantas fotos con el Nido (el estadio) y el Cubo de Agua (la piscina). Es un lugar que os sonará por haberlo visto en repetidas ocasiones en la TV durante las Olimpiadas del año 2008.
Tras las fotos nos trasladaron a un TEATRO en donde vimos un espectáculo fabuloso de acróbatas, funambulistas, contorsionistas, malabaristas, etc. Estuvo realmente interesante, os lo recomiendo vivamente. El bus finalmente nos dejó sobre las 21.30 en el hotel, un poco tarde para encontrar un sitio para cenar pero al final lo conseguimos, pues encontramos un WOK abierto cerca del hotel. Para elegir los ingredientes nos ayudó una china que estaba en la mesa de al lado y que hablaba inglés, pues los camareros no hablaban nada. Pedimos bolas de carne de ternera, pollo, tofu, judías, setas, etc. Estaba un poco picante, ¡delicioso! Pagamos por el wok y las cervezas 156Y entre los cuatro, una ganga, la verdad es que China es un país muy barato. De camino al hotel compré una tartaleta con frutos secos en una pastelería que estaba buenísima. Al llegar al hotel tomamos un café en la cafetería, donde nos quedamos charlando hasta la 1 de la madrugada con Javi y Carol.
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