Diario de Andorra, día 8: tras la caída, día de turismo obligado

Hoy Pela se ha levantado bastante dolorido después de las caídas de ayer y yo también tenía mil agujetas así que hemos decidido no ir a esquiar y hacer un poco de turismo tras el desayuno, a pesar de que tengamos el forfait pagado. Antes de partir estuvimos un rato charlando con Emilio y Sandra en la recepción del hotel, quienes nos recomendaron algún sitio para comer: BORDA XICA en la Massana, por ejemplo.

Primero visitamos la Iglesia prerrománica de SANTA COLOMA, pues según David, el de la Oficina de turismo, es una visita obligada en Andorra. La verdad es que es muy chula y, al parecer, es la única de este minúsculo país que tiene el campanario redondo en vez de cuadrado. La pena es que todas estas iglesias preciosas que tiene Andorra sólo pueden visitarse por dentro en verano. Aquí tenéis la opinión y fotos que subí a Tripadvisor sobre la iglesia.

Después nos acercamos hasta ANDORRA LA VELLA y dejamos el coche en la zona azul de la calle, siendo la tarifa bastante más barata que en Pas de la Casa. Dimos un paseo por la zona más antigua de esta localidad, en donde vimos la CASA DEL COMÚ, el TRIBUNAL CONSTITUCIONAL, el PALACIO DE JUSTICIA, etc. Yo aproveché para comprar en uno de los centros comerciales Pyrinée más cremas de la cara por muy buen precio.

Tras el tranquilo paseo cogimos el coche y nos acercamos hasta LA MASSANA con el fin de comer en la Borda Xica, sin embargo cuando localizamos el lugar, resulta que había un cartel en la puerta que decía que estaba cerrado por defunción. Una pena… Lo intentaremos en la próxima visita a Andorra.

Volvimos a Andorra la Vella con la idea de comer en un local que contaba con buenas críticas en TripAdvisor, el RESTAURANTE COMA. La comida nos gustó, el local también, pero no así el servicio, que fue nefasto. Los cocineros eran muy jovencitos y se notaba, a nuestro entender, que aún les faltaba un poco de rodaje, pero se  veía que tenían madera, elegancia y ganas.  Aquí tenéis una opinión detallada de cómo sucedieron los hechos.

Tras la comida acudimos a la tienda nueva de MOTOCARD, en donde Pelayo compró unos guantes de moto para invierno por 56€ de la marca Dainese y unas botas Alpinestar por 182€. Estas últimas no las tenían en tienda así que se las enviaron gratuitamente por correo, llegando en 2-3 días. Recibimos muy buen servicio y los precios difícilmente mejorables.

Nos dirigimos entonces hacia ESCALDES-ENGORDANY pero antes paramos en una Iglesia que había de camino, SANT MIQUEL D’ENGOLASTERS (vimos el cartel y nos acercamos hasta allí). La iglesia es preciosa, de marcado estilo andorrano; en este caso el campanario es desproporcionadamente grande y presenta una cara tallada en la piedra en lo alto de uno de sus lados. Aquí tenéis la opinión y fotos que subí de la iglesia a Tripadvisor.

Había otro cartel más adelante que indicaba el LAGO DE ENGOLASTERS así que decidimos continuar por ese camino para verlo. La verdad que fue todo un acierto porque el agua del lago estaba helada y pudimos disfrutar de un maravilloso paisaje. Era la primera vez que veía un lago helado en vivo y en directo y me llamó mucho la atención, sobre todo el ruido constante que se oye del hielo que cruje. Como no, tiramos unas cuantas piedras al agua para acelerar el proceso y ver lo que pasaba. Si vais por allí tened cuidado con el hielo de los caminos que bordean el lago, pues resbala muchísimo. Merece la pena ir hasta allí, es un lugar espléndido, hay además varias rutas de senderismo por los alrededores que deben de estar muy bien. Había además una cafetería y un cercado con animales típicos (caballo, cabras) que seguro que gustará a los peques. Ésta es la opinión y fotos que subí a Tripadvisor  del lugar.

Al bajar de vuelta por la carretera paramos nuevamente al lado de la Iglesia de Sant Miquel para hacer unas fotos de Andorra la Vella, pues justo en ese punto hay unas vistas preciosas del valle. Continuamos hasta el CENTRO DE ARTE DE ESCALDES-ENGORDANY, que es famoso por sus maquetas de monumentos, principalmente de Andorra. Tuvimos que dar muchísimas vueltas para encontrar aparcamiento en un parking privado, pues en la calle era imposible, y en los privados estaban todas las plazas completas. Al final entramos en el museo cuando quedaban sólo 20 minutos para cerrar. Aún así nos dejaron entrar y una chica nos explicó algunas cosas que le preguntamos sobre la sala de las maquetas (pues ya no daba tiempo a hacer la visita guiada, una pena). Son realmente bonitas, hechas todas por el escultor catalán Josep Viladomat. Por lo que nos explicó la chica, para evitar que los americanos arrancasen los frescos de las iglesias románicas de Andorra, se los llevaron los catalanes y ahora están expuestos en el Museo de Cataluña. Lo que queda ahora mismo en las Iglesias andorranas sólo son copias de los frescos originales. Aquí tenéis la opinión y fotos que subí a Tripadvisor.

Volvimos ya para Pas de la Casa por el puerto y, a pesar de que ya era de noche, no había hielo ni nieve en la carretera. Sí se veían las luces de las máquinas en lo alto de las montañas preparando las pistas de esquí y moviendo nieve de los acúmulos hacia éstas. Óscar y Katya nos habían hecho otro encargo, esta vez cuatro cartones de tabaco (que es el máximo permitido: dos por persona) así que en cuanto llegamos los compramos en el Supermercado portugués. Además cogimos una botella de un litro de Jack Daniels para nosotros para llevar para casa (16€).

Tras la cena nos fuimos para el cuarto a ver el Dakar y a dormir, que al día siguiente teníamos nuestras últimas horas de nieve. Pedimos en recepción si nos podíamos quedar con el cuarto hasta las 13-14h, en vez de a las 12h, para que nos diese tiempo a esquiar un poco más y a ducharnos tranquilamente. No sólo no nos pusieron ningún problema, sino que no nos cobraron ningún plus.